Pactos

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- Luna vamos a llegar tarde

- Ya voy

- ¿Ya voy en cuánto?

- Papi en cinco minutos estoy lista

- Llevas diciendo eso media hora

Me termine de poner los aretes y salí, estaba realmente asombrada que mi papá se haya podido arreglar solo tan rápido, pero al parecer la demorada era yo. Llevaba varios días sin ver a Dylan por cuestiones del atentado. Al menos cinco casas del barrio quedaron destruidas, sobre todo las cercanas a las de Dylan, y había más daños y escombros que cosas por salvar.

Mi padre y yo sentimos que en parte había una forma que Dios usaba para hacernos despedir de la casa, que ya no nos servía, pero conservábamos en memoria de mi madre, ahora vivíamos en una zona mucho más exclusiva de la ciudad y habíamos sido forzados a comprar de nuevo ropa ya que la nuestra quedo en cenizas.

Dylan estaba quedándose con Becca y Francisco mientras conseguía un lugar apropiado, le había propuesto quedarse en el apartamento o incluso ayudarle a buscar, pero él se negaba cada vez que veía mi agenda de la iglesia.

Pero hoy era el día en que nos había citado a mi padre y a mí, no decía un lugar en específico, solo nos había dicho que teníamos que irnos elegantes y que era fuera de la ciudad. Ahora contábamos también con uno de los coches de Javier que era perfecto para lo que necesitábamos mi padre y yo, y como ya sabía conducir la vida era mucho más fácil.

Al tiempo y por órdenes de mi padre estaba asistiendo a terapia, es que realmente quién en su sano juicio puede afrontar cada catástrofe sin apenas descansar, no sabía por qué me había tocado a mí, pero ya hace mucho tiempo no me quejaba, todo es parte de un plan mayor.

Camine con cuidado hasta mi padre y nos dirigimos al ascensor, al llegar a la primera planta llamamos al servicio de parqueadero que tenía el edificio en  el cual te guardaba los autos como en un ballet parking así que solo debíamos esperar, con cuidado metieron a mi padre en el asiento delantero y guardaban la silla de ruedas en el maletero, yo ajusté espejos y puse el coche en marcha, como Dylan no nos quería decir a dónde íbamos lo único que pude hacer fue poner uno de esos mapas que te van indicando por donde seguir.

Al llegar vimos que era una hermosa casa de dos pisos

- Seguramente es dónde está viviendo

- Puede ser

Saqué mi celular y lo llamé

- Preciosa

- Hola amor, creo que llegamos

- Ese creo no me deja muy convencido ¿dónde estás?

- Pues... hay una casa

- ¿Hay un lago?

- ¿Que?

Dylan se rio y supe inmediatamente que se estaba burlando de mi sentido de orientación

- Muy chistoso

- ¿Estás con tu papá?

- Si

- Bueno amor, entonces necesito que me hagas un favor, toma a tu papá y déjalo justo al frente de la puerta- Apoyé el celular en mi hombro e hice lo que me había dicho

- Listo

- Ahora necesito que rodees la casa hasta que llegues a la parte de atrás

Caminé despacio hasta que encontré una pequeña puerta que daba paso al jardín

CelestialWhere stories live. Discover now