Capitulo 10

442 40 20
                                    

Narrador omnisciente

23 de Septiembre. Dos años atrás.

-¡Adentro! -

La pequeña rubia se quejó al caer contra el duro suelo luego de que el guardia que la había acompañado la empujara dentro de la que sería su habitación a partir de ese entonces. Ella recogió sus piernas y las abrazó sintiendo sus ojos empañarse de lágrimas, mientras que pequeños sollozos comenzaban a surgir de su garganta como si fueran burbujas explotando poco a poco, sentía que este era su fin, no podía explicarlo de otra manera.

Lo más gracioso de su caso es que... ella era absoluta y remotamente inocente.

No había cometido crimen alguno más que haberse acercado al chico equivocado. Era solo una niña que a causa de los celos había terminado inculpada por un crimen terrible, todas las pruebas la apuntaban a ella ¿Y quién iba a creerle que ella no había matado a nadie si incluso estaban sus huellas en el arma homicida? No tenía sentido, pero ahí estaban.

Recordaba haber conocido a Austin cuando comenzó a ir a taller de baile, el chico se había comportado tan amable con ella explicándole y ayudándole con sus pasos con una paciencia infinita que comenzó a gustarle, un día ella le robó un beso a lo que él se había sonrojado pero le había contenido las ganas de huir.

Todo fue bien por un par de días. Hasta que ocurrió aquel incidente... No tenía idea de que había pasado, solo recordaba estar yendo con tranquilidad a su clase, temprano como siempre, y luego al despertar su cabeza dolía terriblemente, se sentía muy mareada, pero lo peor fue que al ver sus manos... Estás estaban manchadas de sangre, ella soltó un grito al ver a su profesora de baile frente a ella, muerta, era obvio que había sido apuñalada por el arma homicida que estaba en el lugar, a unos centímetros de su mano.

Alguien la había asesinado ¿Pero quién? Estaba demasiado confusa, no llegaba a comprender que estaba pasando ¿porque? ¿Que había hecho mal?

La investigación no duró mucho, todos sintieron que era demasiado obvio que había sido ella, más aún por sus huellas impresas en el arma homicida. "¡Soy inocente! ¡Lo juro!" Nadie le creyó. ¿Grabaciones de vigilancia? Las cámaras estaban en reparación desde hace meses, por lo que no había grabación alguna ¿Testigos? El conserje que mantenía el lugar en orden aseguró que solo la vio a ella entrar con una mochila sospechosa, a pesar de que ella no llevaba mochila a su clase de baile ¿Su condena? Permanecería en aquel reformatorio hasta que fuera mayor de edad, entonces sería trasladada a una prisión para mujeres.

Sentía que querían cerrar el caso muy rápido. No sabía porque. No hasta que la vio a ella, Alexa, quién la miraba sonriendo como si verla en tal lugar le hacía de lo más feliz... Alexa era hija de la comisaria de la estación en que la procesaron, Alexa era hermanastra de Austin...y Alexa estaba obsesionada con Austin.

Aún lloraba en silencio por la injusticia de su destino, cuando escuchó una especie de timbre y alzó la cabeza extrañada. No tenía idea de lo que era eso, no sabía el peligro que representaba ese estúpido aviso para chicas como ella, tan pequeña y frágil... Aún no sabía nada de como eran las cosas en aquel lugar, pero a golpes, risas y dolor lo entendería.

Porque se burlaban de los inocentes.
Y se aprovechaban de los culpables.
No había diferencia para ellos, no cuando la directora del lugar ordenaba apagar las cámaras a esa hora, para que no hubiera pruebas de lo que sucedía.
Para que no supieran... lo despiadados que podían llegar a ser la mayoría de los guardias de aquel lugar.

Sin piedad.

Dos hombres entraron a la habitación de Ángela, mientras un tercero quedaba de vigilante en su puesto tras la puerta. Ellos observaron con repugnante lujuria a la muchachita que les miraba aterrada, retrocediendo al notar como la observaban, como se relamían los labios. Como si ellos fueran un par de lobos a punto de devorarse a un pequeño conejo indefenso, y lo fueran a disfrutar mucho.

©El Reformatorio ||Ticci Toby|| [PAUSADA]Where stories live. Discover now