El consejo de ancianos

20 1 3
                                    

Capítulo 16:

Alrededor de Celeste se hallaba el consejo de ancianos, también llamado el Grymil. Era una reunión en el que se debatían problemas de máxima seguridad. Se reunían los 50 elfos más mayores, junto con el rey y sus generales. La criatura más anciana tenía mas de 7 siglos de antigüedad. El consejo se reunía en el haya del centro del bosque. Tenía unos 1056 años de vida y era un señor árbol. Las reuniones se celebraban bajo las raíces de aquel monstruo.  El rebelde no sabía nada de sus compañeros. 

El Grymil discutía sobre que hacer con Celeste. Unos proponían devolvérselo a los centauros, la raza más poderosa. Otros opinaban que, si unos cuantos humanos habían llegado aquí para luchar contra una fuerza muy superior, deberían ir con ellos a declarar la guerra después de tantos años escondidos entre la tierra. Los elfos discutían sobre ello cuando el rebelde habló:

- Yo no os voy a obligar a venir conmigo en busca de mis compañeros, pero si os quedáis aquí, Sharnar os encontrará, y cuando lo haga, os matará. Mis amigos están por ahí arriesgando la vida por todos mis compañeros muertos en combate por esas malditas ratas. ¡ Así que si queréis seguir escondiendo de Sharnar, adelante, pero si tenéis un poco de valor, luchad por lo que os pertenece!-

Los elfos, conmocionados, llamaron a sus soldados. 

Al atardecer, Erik llegaba a Hugardil, la morada de los magos. Era una gran casa de piedra llena de musgo. La entrada tenía dos leones hechos de mármol y a tamaño real. El rebelde y el hechicero entraron en ella. No se encontraron a nadie. Estaba desolado. Se veía restos de lucha por todas partes: columnas destrozadas, restos de varas rotas en el suelo, etc. 

- ¿Qué a pasado?- preguntó Erik

- Fueron los centauros y Shanar. Los magos suponíamos un riesgo muy grande para ellos, así que nos atacaron y mataron a todos, a todos menos a mi- y continuó- te preguntarás por qué no lo recojo, es sencillo, así  nunca me olvidaré de lo que ocurrió aquí y quien lo hizo, y así, cobrarme venganza- concluyó el mago furioso.
Erik no sabía que había sido de sus compañeros. No sabía ni donde estaba Celeste, ni siquiera los rebeldes que le habían acompañado  a ese mundo.

- Pero buen, basta ya de hablar de mi, todavía me tienes que contar la historia de los Treinta- le dijo Gurtel al rebelde.

- Mi padre era un caballero de la guardia real, llamada los Treinta. Eran treinta caballeros, la mayoría con más de 30 años, caballeros veteranos que había combatido en más batallas de las que puedas imaginar. Eramos felices, pero un día llamaron al rey para que acudiera a una reunión con otro soberano. Nadie sabía como se llamaba, pero todo el mundo lo conocía por su apodo: Destructor el Sangriento- Erik calló durante unos instantes para hacer memoria.- durante el encuentro, mi rey su guardia cayeron en una emboscada de su rival. Murieron todos, incluido mi padre. Después de eso, aprovechando la debilidad de mi país, el ejército del asesino penetró en nuestros territorios. Nadie sabía que hacer. Yo era un general de una gran parte del cuerpo armado, así que tomé una decisión: lucharíamos hasta morir. Pero no contábamos con que había un traidor entre nosotros. Se llamaba Arsel. Era un ser despreciable, prefería el dinero antes que su familia. Cuando me enteré de la traición lo ahogué con mis propias manos, pero ya era demasiado tarde. Destructor el Sangriento nos había rodeado y estábamos siendo masacrados. No teníamos nada que hacer. De 20 mil hombres que había allí sobreviví yo y mi compañero, Celeste, que no era más que un soldado raso. Durante la fuga nos persiguieron lanzándonos flechas- hizo una breve pausa para tomar aire- tres días después creíamos haberlos despistado pero nos asaltaron he hirieron a mi compañero en el hombro. Esa es la historia con la que empezó toda esta pesadilla- concluyó Erik. 

Persal volaba a lomos de Juncar. El dragón dorado volvia a la cueva de la que habían huido. Nada más entrar buscó el cuerpo de Erik, pero no lo encontró. Desesperada, empezó a rebuscar por todos los lado sin éxito. El cuerpo de su compañero de su compañero. Había rastros de pelea. Una gran mancha negra estaba en el centro de la cavidad. A su alrededor se encontraban resto de cenizas. 

-¿ Qué eran esos bichos?- preguntó Persal

- Eran Argüeins, seres creados para destruir, creía que habían desaparecido después de la caída de su rey. Pero debieron de estar escondidos miles de años en la oscuridad, su madre. En cuanto  a esa gran quemadura en el centro de la cueva- prosiguió Juncar- solo había una persona en este reino capaz de hacer eso, pero no es posible-.

-¿ Por qué no es posible?- preguntó un rebelde

- Porque EL TIRANO los mato a todos... a todos los magos- y continuó- y en concreto solo su jefe lo podía hacer. Se llamaba Gurtel y era el mejor mago de todos, sabiduría y poder.  Y si es él, solo puede estar en un sitio- concluyó el dragón.

-¿ Donde ?- preguntaron los rebeldes intrigados.

- En Hugardil, el castillo de los magos- respondió Juncar.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 10, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Llamas de libertadWhere stories live. Discover now