III

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Como costumbre Izuku había acompañado al bicolor hasta la estación de tren, era un poco tarde.

Se despidió de su compañero sin evitar sentirse un poco mal por haber sospechado de aquella pelicastaña en la cafetería.

De verla otra vez no sería mala idea hablarle.

Al igual que las pocas personas en la estación observa ligeramente enfadado la zona por donde se suponía que el tren debía de ya haber pasado

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Al igual que las pocas personas en la estación observa ligeramente enfadado la zona por donde se suponía que el tren debía de ya haber pasado.

El clima empeora, cosa que a Shotō no le molesta tanto pero quiere evitar resfriados innecesarios así que lleva puesto un abrigo.

Concentrado en eso no se da cuenta del rubio que se acerca con un aire de pocos amigos.

Cosa de la cual Ochaco si se percató, pues aquel ojirubi iba a por ella, razón más que suficiente para volver a su forma de ángel.

No fue en ningún momento su intención hacerle enojar de tal manera, sólo andaba murmurando cosas al azar cuando pasó cerca a él.

¡¿Acaso iba a saber que con mencionar el nombre de Shotō el otro se pondría así de celoso?!

«Me alegra saber que al menos uno de ellos se vaya interesando ¡Pero no quiero que me incluyan de ese modo!» pensaba avanzando entre las personas, más cuando divisó al bicolor tuvo una idea.

Ahora, volviendo a transformarse y aprovechando que el tren estaba por llegar decidió poner en marcha el improvisado plan.

Era simple, solo aparecería como la típica persona distraída y empujaría despacio al rubio -quien por fin se calmaba- para que chocara con el heterocromático.

Todo parecía ir bien...hasta que lo llevó a cabo.

Caminaba dispuesta a realizar su cometido sin percatarse que en verdad había alguien corriendo y perdido en su propio mundo.

Lo siguiente que Uraraka recuerda es una muy buena caída y a las personas observando sorprendidas.

Pero no era ella el centro de miradas.

Bueno, tal vez si de una.

—¡¡TÚ!! ¡¡CARA REDONDA!!

Y así la mencionada sintió como un escalofrío le recorría el cuerpo.

Katsuki de alguna increíble manera logró agarrar al bicolor para que no cayera.

El problema: que quien se golpeó al caer fue él.

—¡L-Lo siento!— gritó antes de salir corriendo.

—¡CARAJO CUANDO LA ATRAPE VOY A...!— dejó de gritar, ya se había dado cuenta de a quien logró salvar de semejante caída.

Se levantó al mismo tiempo que el dichoso tren llegaba y mientras las personas empezaban a abordar por fin, ayudó al otro a levantarse.

—Te lo agradezco mucho Bakugō.— habló Todoroki sin quitar la expresión de preocupación en su cara —T-Tu cabeza...

Y eso bastó para que el mencionado tocara aquella zona dándose cuenta que -si bien no era tan grave- estaba sangrando.

—Maldita sea.— murmuró, si que fue un buen golpe —No te preocupes por eso y sube de una vez Shotō.

—P-Pero te lastimaste por mi culpa.

—No seas tonto, no fue tu culpa.— respondió en tono burlón —No deberías mostrar tanta preocupación por personas que no conoces.

A pesar de lo que le acababa de decir era en parte cierto; este era un caso diferente.

Por lo que Shotō sin importarle los reclamos de su compañero y el como este sabía su nombre le hizo abordar también.

Ochaco observaba todo, sin quitársele aún el susto y con una cosa muy en clara.

La mirada enojada de Bakugō daba demasiado miedo.

❛Angel of Love ; [ᵏⁱʳⁱᵈᵉᵏᵘ/ᵇᵃᵏᵘᵗᵒᵈᵒ]❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora