14. Especial Guang Hong

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Holaa después de este tiempo ^^, este capítulo es un poco especial, pero no exactamente igual que los otros especiales. En este caso escribo desde el punto de vista Guang Hong pero es una continuación de la historia y además habrá un salto de tiempo de dos meses, así que vamos a avanzar un poquito!

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Habían pasado tres días y Guang Hong seguía sintiéndose la peor persona del mundo, había hecho algo horrible y aún no se sentía preparado para hablar de nuevo con Leo. Él estaba cumpliendo con su palabra y no le había molestado para nada, aunque sabía que le tendría que resultar difícil.

Llevaba esos tres días con una actitud dispersa y melancólica, Yuri le había presionado un par de veces para que le contara que le pasaba, pero no quería hablar de ese tema.

En realidad lo único que quería era meterse dentro de un agujero y no salir jamás.

Cuando salió cabizbajo hacía el patio de la universidad y vio a lo lejos a Leo se dio cuenta que había esperado demasiado, probablemente ya había llegado al límite de su paciencia. Su primera reacción fue huir simulando que no lo había visto. Pero decidió que debía ser valiente y arreglar su error de una vez.

–Hola –saludó con una sonrisa cuando el chino llegó hasta él.

–Hola –replicó en voz baja sin mirarle.

–Sé que te dije que esperaría, pero tengo algo que decirte –El chino asintió y propuso ir a otro sitio para hablar. Terminaron en uno de los bancos en la parte trasera de la universidad.

Por esa zona no pasaban muchos alumnos por lo que podían estar relativamente solos y hablar tranquilos.

–Yuuri pasó por una depresión hace unos años –comenzó con su explicación–, en aquella época nos contó que iba a ver a una psicóloga que le ayudó mucho, le he pedido su número por sí querías hablar con ella –Leo sacó una tarjeta un poco despintada y doblada por el paso de los años, el chino la recibió sin decir nada–. He pensado que yo no puedo hacer mucho por ayudarte, y Yuuri nos habló tan bien de ella que quizás podría venirte bien volver a hablar con un profesional –explicó suavemente, temía que Guang Hong se lo tomara a mal, que pensara que era un entrometido, pero de verdad que quería que fuera feliz.

Se quedó mirando la tarjeta que ya contaba con varios años, una de las esquinas se había roto y algunas palabras se habían despintado, pero se veía el número de teléfono y el nombre de la profesional.

–Gracias –dijo al fin. Quería decir algo más, pero realmente no sabía como continuar.

–Bueno, solo era eso, no te molesto más –Leo se levantó haciendo ademán de despedirse, había dicho que le daría el tiempo que necesitara para hablar con él.

–Espera –Guang Hong le agarró del brazo antes de que pudiera irse–, ¿podemos hablar ahora? Si tienes tiempo, claro –pidió tímidamente.

Aunque Leo estaba dando saltos por dentro, mantuvo la compostura y volvió a sentarse.

–Sí, tengo tiempo.

–Lo he pensado mucho durante estos días y quiero disculparme de nuevo –explicó apenas mirando de reojo a Leo–. Siento mucho como me porté contigo, fue algo muy cruel  y, tenías razón, me pasó algo y al final terminé pagándolo contigo –Bajó la mirada sin saber que más decir.

–¿Qué te pasó? –preguntó, con esperanza de que Guang Hong quisiera contarlo, éste suspiró pesadamente.

–Mi madre me llamó –dijo con una mueca entre la tristeza y el enfado–, quería contarme que mi hermano mayor va a tener un bebé– Por fin miró a Leo y dejó escapar una sonrisa al ver su expresión confusa–. Me alegro por mi hermano, pero a veces pienso que mi madre me habla de lo orgullosa que está de ellos sin mencionar nada sobre mi a posta –Se encogió de hombros un poco molesto–. No deja de hablar de sus trabajos, de todo lo que consiguen y ahora de lo contenta que está por ser abuela –Miró a Leo cuando éste acarició una de sus manos con cuidado–. Hasta me habló de su esposa, su carrera de medicina y de lo buena pareja que hacen.

Little PervertWhere stories live. Discover now