Parte 37

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Son tantos los postres que me dan ganas de pedir un poco de cada uno de ellos, pero la verdad es que estoy llena, así que me decido por Brownie casero con chocolate y helado de vainilla.

Cuando levanto la vista me lo encuentro observándome.

-¿Qué? pregunto con una sonrisa.

-Nada, solo observaba lo hermosa que eres.

-Ay, cállate.

-En serio osito, eres... hace una pausa y termina diciendo. Hermosa.

Me sonrojo un poco, por sus halagos.

Cuando el mozo viene le decimos exactamente lo que pedimos. Dexter se decide por un .

-Wow digo olvidando lo llena que estoy, esto sí que está bueno.

Porque seamos sinceros. "El postre es el postre", no importa cuán llenos estemos, comemos hasta reventar.

Luego de pagar la cuenta, que por supuesto no me dejó pagarla, nos retiramos del lugar.

Vamos en auto cuando se me ocurre hacerle una pregunta que ni siquiera la había pensado antes.

-¿Dexter, puedo hacerte una pregunta?

-Claro, dime.

-¿Por qué, ustedes los hombres siempre insisten en pagar la cuenta? ¿Saben? nosotras las chicas cuando salimos a comer llevamos plata. Desvía su cabeza de la carretera y me mira. Luego gira nuevamente para centrarse de nuevo y después de varios minutos contesta.

-No lo sé osito, ¿costumbre?

En muchos lugares se sigue pensando que el "caballero" debe pagar, a mí personalmente me parece ridículo. Ósea vivimos en el siglo XXI, tenemos la autonomía y capacidad de pagar las cuenta solas.

-Pues, a mí me parece algo machista.

-Puede verse en ese sentido dice Dexter, pero en realidad es por ser Caballero, no tiene nada que ver con algo machista; es sólo respeto hacia ustedes. Al menos yo lo veo así dice.

No digo nada porque no me convence todavía su explicación, pero lo dejo estar.

Cuando veo, que vamos en otro sentido pregunto.

-¿Dónde vamos?

¿Es mi imaginación o está nervioso?

-Tengo algo que mostrarte, ya hemos llegado dice estacionando el auto y bajando para abrirme la puerta.

Ha estacionado el auto frente a una casa. ¿Su amigo o conocido de la empresa vive aquí? Pienso por dentro

-Ven

Toma mi mano y nos conduce a una enorme casa, y digo enorme, porque nuestra casa es promedio normal. Esta tiene enormes ventanas de vidrio, y aunque me parece exageradamente grande, me gusta. Quien quiera que viva en esta casa si tiene buen gusto y plata.

Mete su mano en el bolsillo y saca una llave, lo que me hace fruncir el cejo. Abre la puerta y me hace una seña para que pase. Hago lo que me dice y entro olvidándome del afuera, miro para todos lados tratando de entender todo esto. Cuando giro para preguntar me lo encuentro arrodillado.

¡Ay no, si es lo que pienso; esto no puede ser cierto!

-¿Ashlee Liseth Sirlie, me harías el gran honor de vivir en esta casa que he comprado para nosotros y te casarías conmigo para cada uno de nuestros días durante el resto de nuestra vida?

¡No puedo creer esto, Dexter quiere que me case con él! ¡Por los cielos de lucifer!, él sí que está loco. Ni siquiera sé que decir, lo único que sé que haría lo que me pidiese. Bueno no sé si todo pero si la gran mayoría.

Me acerco a él hago que se levante y cuando estamos a la altura, respondo.

-Si Dexter, quiero casarme contigo.

Me pone un hermoso anillo con una perlita gris y me abrasa.

-Estaba tan nervioso, que pensé que me dirías que no.

-¿Por qué pensaste eso?

-Porque no respondías.

- Lo siento estaba pensando respondo.

-Te amo osito. Deja un veo en mis labios y tira de mi hacia una puerta.

-Dexter quiero decirte algo.

-Luego, quiero mostrart...

-Estoy embarazada.

Frena al instante y se gira. Me mira a mí y luego a la pansa.

-Hablas en serio dice muy serio.

-Sí, y sé que es pron...

-Es lo mejor que me ha pasado en la vida. ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! dice abrasándome.

-¿De qué hablas, gracias porque?

-Por esto dice tocándome la pansa, por darme una familia. Me abrasa.

-Dexter, no te entiendo.

-Osito dice mirándome a los ojos. Siempre quise formar una familia normal, la familia que nunca tuve, y esta es la mejor noticia después de haberte conocido, y del sí de hace un momento.

-Te amo tanto Dexter. Pero tengo miedo, no sé nada de ser madre, esto me aterra.

-Lo sé, y yo también de ser padre, pero aprenderemos juntos, te lo prometo. Intentaremos ser los mejores padres para él, o ella.

Se me caen las lágrimas por la felicidad y el miedo, estoy hecha un desastre.

-Ei, no llores osito, te prometo que lo haremos ¿sí? Asiento

-ven quiero enseñarte el resto.

-¿Esta casa es la de tu amigo?

-¿Mi amigo? Dice confundido

-Si, por los muebles digo, son los que elegí y... me callo al instante, no puedo creerlo.

-Es nuestra, la compre para ambos.

-¿Qué? Espera, ¿o sea que me has mentido?

-Bueno, en realidad te he engañado para darte una sorpresa.

-Oh.

-¿No te gusta?

-No, Es...

-Podemos buscar otra que te guste.

-No, no es eso, es sólo que... corro abrasarlo. –Gracias, es perfecta.

-¿En serio te gusta?

-Si Dexter, es grande, pero me gusta.

-Bueno, no tan grande. –Ven sigamos, se me ha ocurrido una idea.

Llegamos a una habitación que se encuentra vacía y me giro para mirarlo.

-Podría ser la habitación del bebé.

Mis lágrimas siguen cayendo por mis pómulos, esto es algo que nunca pensé que me pasaría, no ahora, si era consciente de que formaría una familia pero no pronto.

Camino más al centro de la habitación y me imagino todo.

-Sí. Respondo, esta habitación será la del bebe.

Camina hasta mí y nos quedamos abrasados en el medio de la habitación.

-También he dejado otra habitación vacía para que hagamos la biblioteca, tú decide cómo quieres los muebles. Asiento.


¿Mí compañero de cuarto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora