¿Mí compañero de cuarto?

Parte 43

Lo prometí, lo cumplo, acá les dejo unos capitulos.

Lee se está bañando cuando llaman a la puerta.

-Gerald, pasa gracias por venir.

-No es problema. Toma ya está todo hecho, su nombre y lista para usar.

-Gracias. Y tú, toma esto.

-¿Qué es?

-La escritura del antiguo apartamento, todo está a tu nombre; es tuyo.

-oh. No pensé que me lo vendería, al menos no tan rápido.

-Pues no, no lo hago. Abre la carpeta.

Espero hasta que lea los primeros cuatro renglones y me siento en el sofá.

-Dexter, no puedo aceptar esto, es mucho; puedo comprártelo.

-Lo sé, sé que puedes comprarlo, pero es un regalo. Cuando yo empecé con mi empresa tú me ayudaste con lo económico, y sé que es mucho menos, pero es lo menos que podía hacer, tu familia fue y es como mía también. Tu mujer está embarazada, tu hija comenzará a estudiar y los gastos se sumarán así que no digas nada y tómalo.

-Gracias Dexter, eres un buen hombre, un amigo excepcional, Ashlee tiene que estar muy orgullosa por haberte encontrado.

-Lo estoy. Dice Lee apareciendo con un vestido negro y el cabello mojado.

-Hola Gerald, te ha gustado la sorpresa.

-Hola As... Perdona Lee. Si, muchas gracias a ti y a Dexter de verdad, estoy realmente agradecido con ustedes.

-Para nada, nosotros te debemos mucho a ti, nos has hecho tantos favores, es lo menos que podíamos hacer.

-Gracias, muchas gracias.

-De nada Gerald, pero hay otra cosa que queríamos pedirte.

-Claro, lo que queráis, disparen.

-Bueno, en realidad....

-¡Vamos Dexter!, ¿qué es?

-Te gustaría entregar a Lee en el Altar.

Gerald me mira muy serio, y luego dirige la vista hasta Lee.

-Por favor dice Lee juntando sus manos.

-¡Claro que sí!, estaría más que feliz de acompañarte en aquel momento, gracias por pensar en mí dice abrasando a mi osito.

****

-Me pareció a mí, o a Gerald se le cayeron unas lágrimas.

-Pues claro que si mujer, es una persona no un robot.

-Que gracioso digo pegándole en el brazo. Tengo que irme, nos vemos más tarde.

-Sí pero antes toma, es tuya.

-No hace falta Dexter, de verdad.

Escucha, digo tomándola de la cintura y mirándola fijo a los ojos. -Si vas a vivir y casarte conmigo, todo lo que tengo es tuyo también ¿sí? Asiente. Así que tómala y no reniegues.

-Te quiero.

-Yo también, digo tocando su estómago y besándola. Ve y regresa pronto, voy a extrañarlos, cuídalo bien.

-Lo haré. Hasta pronto bebe dice cuando cierra la puerta.

¿Bebé? ¿He escuchado bien? ¿A qué se debe ese nuevo apodo? Me siento, tomo el diario que está en la mesa y empiezo a leer.