" Allí Dios envió a mi Ángel a rescatarme y a cambiar mi vida..."
Álex Wesley es el típico chico malo que hace lo que quiere cuando quiere, hijo de una familia destruida con un presente turbio, mujeres, corridas de moto, fiestas y alcohol es todo l...
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¡Al fin un descanso! ¡Al fin viernes!.
Entre el laburo y la escuela no había tenido paz para mí. Al menos el Oldsmobile 442 de Rodrigo quedó de maravillas, el abuelo estaría orgulloso de mí por tener sus dotes en los autos, lástima que nunca lo conocí al viejo.
Hablando de viejos, al parecer mi presunto "padre" debe estar con sus amigos de juego o con alguna de sus zorras por ahí, mejor para mí ¡doble paz!.
Voy a la cocina para prepararme un sándwich de mortadela con queso y tomate, luego tomo una lata de cerveza. Me siento a descansar en el sillón y mirar la televisión.
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3 horas después
Abro los ojos. Había quedado planchado del cansancio, y seguro que seguiría roncando sino fuera que algo comenzó a vibrar en mi bolsillo trasero. Lo saco y veo que es mi celular con una llamada entrante de James, o mejor dicho El bastardo como lo había agendado. Atiendo:
-Vaya, vaya, vaya... miren quién se acordó de mi existencia -bromeo.
-Deja el dramatismo idiota en media hora te espero -contesta James, ya con su tan característico mal humor.
-Ok -acepto -¿contra quién compito?-pregunto.
Él se ríe y con burla dice -contra mi princesa-.
También sonrío con burla.
Entre James y yo existía una gran rivalidad a lo que se refería con las carreras. Llevábamos un conteo muy riguroso de las veces que ganábamos cada uno.
James junto con otros chicos pertenecían a una pandilla, en cambio, yo solo era un injerto. Competía carreras de moto clandestinas para ganar un poco más de dinero. Las carreras solían hacerse entre contrincantes de otras pandillas, el ambiente era de ponerse bastante pesado. Pero a veces no había contrincante, por lo que los chicos terminaban compitiendo entre ellos, y por supuesto James no desaprovechaba oportunidad para "vencerme", cosa no tan sencilla ya que soy mejor que él en el volante.
