Capítulo 22

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No podía creer lo que estaba haciendo, en qué dimensión extraña había ingresado para estar montada en esta bestia junto con Álex

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No podía creer lo que estaba haciendo, en qué dimensión extraña había ingresado para estar montada en esta bestia junto con Álex. Hablando de él, creo que lo estaba estrangulando con mi abrazo, pero que puedo decir odio las motos, además estaba un poco asustada porque ya habíamos sobrepasado los límites del pueblo, menos mal que siempre llevo en mi mochila dinero y gas pimienta.

Después de un tiempo siento como el motor se detiene. Respiro hondo- ¿llegamos?-pregunto. Álex se saca el casco- sí, ya llegamos- me mira sobre su hombro- ya puedes soltarme-. Miro mis brazos que aún estaban abrazándolo, por lo que lo suelto con incomodidad. Carraspeo- perdón es que le temo a las motos- comento. Él se baja de la moto- no me digas ni me di cuenta- dice con sarcasmo. Hago una mueca, mientras me saco el casco, siempre tan petulante.

Álex me ayuda a bajarme, y miro mi alrededor- ¡estamos en Gairdin is Breá!- exclamo emocionada. Asiente- el mismo-.

Gairdin is Breá es también el nombre de la mansión de nuestros fundadores, que ahora les pertenecían a sus descendientes. El lugar tiene un jardín enorme, razón por la que se llama así, son como kilómetros y kilómetros de flora silvestre de distintas especies, también contaba con ganados y por supuesto la mansión de tres piso estilo casi "Casablanca". Tanto la mansión como el jardín eran privados, solo familiares y amigos ingresaban, excepto cuando se celebraba el aniversario del pueblo, una parte del jardín se habilitaba para el picnic familiar que se realizaba cada año con música, comida y fuegos artificiales a la noche. Era hermoso este lugar, siempre había querido ver más allá de la valla que separaba la parte pública de la privada.

Observo a Álex con intriga- ¿qué hacemos aquí?, ¿ya esta mi gatita en casa?-. Pero él simplemente me ignora y camina arrastrando la moto hacia el portón. El policía cuando nos ve, sale- solo familiares o amigos, sí la familia no informa de su ingreso no pueden entrar- dictamina. Me pongo nerviosa por un segundo, hasta que escucho la voz de Álex enunciando- ya informe a los dueños, seguro que te llego un mensaje con nuestros nombres, somos Álex Wesley y Sally Wickman-. El hombre abre los ojos con asombro- ¿eres Álex?-. El aludido asiente. Extiende su mano - Disculpa no lo sabía, soy nuevo en este puesto- se disculpa. Álex estrecha las manos- está bien hermano no pasa nada-.

¡¿Qué rayos?!, ¿cómo hizo para entrar?, ¿y qué es eso de "eres Álex" como si fuera alguien importante?, ¡no entiendo nada!.

Ingresamos los dos, y Álex deja su moto estacionada. Caminamos en silencio hasta que interrogo- ¿cómo hiciste para que entráramos?, ¿por qué te conocen? ¿y todavía no me dijiste si Luna está bien?-. Suelta una carcajada- ¿qué tal sí una pregunta a la vez haces?-. Resoplo- bien...¿cómo está mi gata?- pregunto despacio. Sonríe con ironía- sabía que esa iba a ser la primera, ella está bien en tu casa- saca su celular y me muestra la foto de Luna junto con las gemelas. Asiento y suspiro aliviada. -Luego la otras dos preguntas se debe a que el año pasado fui al pueblo continuó a este. Había una casa abandonada- posa su vista en mí- no preguntes porque estaba ahí-. No voy a negar que eso iba a preguntar, porque sería una mentira. Él continúa narrando- la cosa es que escuché el grito de un niño, cuando entre vi a un adolescente tirado en el suelo gritando "¡alacrán!"- vuelve a mirarme- al parecer él era alérgico a su veneno, como pude le saqué el líquido abriendo más la herida y cortando la circulación, hasta que llegó la ambulancia . Al parecer el pibe era el hijo de los dueños, como recompensa me dejan entrar aquí cuando quiera mientras no realice desastres y no traiga a nadie- me sonríe a media- pero hoy llamé para ver si te dejaban, tienes suerte de apellidarte Wickman, sino hubieran dicho que no-. Parpadeo sorprendida- uhuh... gracias...pero, ¿por qué hiciste eso?-. Encoge los hombros- digamos que este es tu regalo de cumpleaños- avanza más rápido pero me mira por el hombro- por cierto no solo arreglé para que vengas hoy, sino que también puedas hacerlo cuando quieras- vuelve su mirada adelante, mientras continúa caminando rápido- pero la próxima vez vienes por tu cuenta, no soy tu chófer-. Ruedo los ojos- como si alguna vez se me ocurriera volver a subir en esa cosa- murmuro, pero él me escucha igual, ya que se oye su risa.

Esperando lo Inesperado Saga: "El verdadero Amor I"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora