1

15.1K 1.1K 856
                                    


Año: xxxx

La humanidad se dividió, no se trató de una guerra mundial, tampoco de un conflicto meramente socioeconómico. La humanidad se dividió, literalmente quedó partida. Las mujeres y los hombres se separaron por completo. La primera colonia femenina en marte fue todo un éxito.

Los científicos de ambas partes trabajaron arduamente en conjuntos, intercambiando archivos y bases de datos únicamente sin mantener contacto alguno, para desarrollar métodos de reproducción que eliminaran la dependencia del otro sexo por completo. Tomó algunos años y la población tuvo sus bajas temporales, pero se obtuvo el éxito. Los niños in vitro eran un éxito, así como la inseminación de los hombres y mujeres sin la necesidad de copula o del sexo opuesto. De implementaron técnicas de mutación genética para creer hombres capaces de producir óvulos, así como las mujeres esperma. Se buscó crear una nueva raza que pudiese reproducirse por voluntad sin ayuda alguna, tomando como inspiración a las flores hermafroditas.

Pero esto dejó satisfecho a los hombres, habían dado un paso adelante, y eso los animó a querer dar un salto. Si habían hecho de la modificación genética un éxito, ¿Dónde estaba el límite? ¿Acaso la ciencia debía frenar al primer vislumbre de éxito? No, esto era una señal de que un gran océano de posibilidades se abría ante ellos. Ahora podrían modificar y mejorar al hombre. Sin embargo, quedaba un problema: encontrar los genes adecuados, el tiempo que tardaría y la necesidad de obtener un método eficaz y poco costoso. Terminaba por ser una desventaja el tiempo de gestación y el número limitado. El primer hombre en dar a luz tardó un año en hacerlo, producto de los cambios genéticos. Por más que se intentó ningún cuerpo podía tener más de dos óvulos fecundados. Los cuerpos de estos individuos desarrollaron sistemas de defensa que impedían más de dicho número, rechazando a terceros y expulsándolos de inmediato manteniendo el producto primario a salvo. Y los bebés in vitro eran un caso aún más completo que requería demasiada vigilancia, seguridad, personal, seguimiento de protocolos y periodos de espera de dos años para que un solo bebé estuviera listo para nacer con el tamaño y peso mínimo adecuados.

La respuesta no se encontraba en el ADN humano, eso era seguro. Lo cual empujó a los investigadores a explorar los mecanismos de reproducción de otras especies. Se intentó primero con ADN de la rata, pero los primeros experimentos fueron demasiado desalentadores. Los usuarios morían antes de los primeros meses ya que el enorme número de fetos los consumía, nadie sobrevivía. Muchos presentaron mutaciones físicas innecesarias, como garras, encorvamiento, cambio de conducta, necesidad de roer y en el peor de los casos, pelaje por todo el cuerpo. Fue inútil tratar con roedores, fue inútil todo hasta que un día, encontraron la respuesta.

Y aquí es donde nuestra historia comienza.

(...)

—Dabi, aquí están los expedientes, la generación apta para las pruebas está lista para la examinación.

—Son parte de la última generación, ¿cierto?

—Sí, son parte de la cuarta generación de los neo-hombres, todos tienen capacidad para la bi-reproducción.

—Entonces, será mejor empezar de una vez —respondió aquel al que habían llamado Dabi—. Los pequeños esperan.

(...)

Le dolía la cabeza, lo último que recordaba era el usual chequeo médico. Ahora estaba en una habitación con paredes de color beige, el piso y el techo tenían forma de hexágono. Su ropa ya no estaba, estaba vestido con una especie de tela negra ligera. Se levantó poco a poco de la cama y revisó la habitación. En su muñeca había un brazalete que decía: A001. ¿Qué era eso? Buscó la salida, pero no había puertas visibles, había una ranura como de puerta, pero esta no se movía. No había ventanas, pero se podía respirar bien. Tentó las paredes, encontrando una parte suave que presionó, la pared se deslizó dejando una puerta delgada al descubierto, esta conducía a un pequeño baño, pero no a una salida. Volvió sobre sus pasos, observó que la pared se movía, revelando una pantalla que había estado oculta.

Proyecto colmenaWhere stories live. Discover now