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Dabi no contaba con otra visita de su patrocinador tan pronto, pero estaba bien, tenía algo interesante que mostrarle, algo que le daría sabor a este "juego" tan divertido pero que a veces se tornaba monótono; la espera lo volvía monótono, y estaba consciente de que hay cosas que uno no puede apresurar sin importar los medios dispuestos... al menos hasta cierto punto; leyendo los papeles de Aizawa había encontrado datos interesantes respecto a las abejas, algo respecto a la reina, que se titulaba "El combate de Reinas"; y uno pensaría que esto sería imposible pero...

—Señor Chisaki, es un placer tenerle de vuelta —dijo Dabi, con la más amable de las voces que pudo concebir.

—¿Dónde está Aizawa? —inquirió sin hacer mucho caso a los modales forzados de Dabi.

—Hospitalizado, su estado es grave —resistió las ganas de sonreír burlonamente— Pero, todo sigue en marcha, nuestros especímenes están más saludables que nunca, y poco a poco la cúspide está cercana, ¿le gustaría echar un vistazo?

—Dime, ¿Cómo sabemos que este si tendrá éxito? Ya me habían prometido el éxito y todo falló.

—En esa ocasión logramos la creación de la abeja reina, pero nunca alcanzó la siguiente fase, quedó en inmadurez sexual reproductiva y sus zánganos murieron, claro que primero intentaron aniquilar a su indigna reina... —Dabi entonces sonrió— Y creo que podremos darle uso pronto.

—Ah, ¿Lo conservaron?

—El profesor Aizawa lo consideró pertinente, aunque yo más bien diría que fue un acto bondadoso.

Chisaki acompañó a Dabi por un largo pasillo, abrió una puerta con un código de acceso, además de un escaneo de huellas dactilares y otro de pupila; antes se hubiera requerido del profesor para abrirlo, pero ahora él poseía las llaves, no había limites en su alcance.

La habitación era fría, carecía de ventanas, se mantenía fresco gracias a un sistema de ventilado, y las luces eran todas artificiales; todo era blanco, puro blanco. Lo que desencajaba de la habitación era una especie de cámara, como un tubo enorme y largo que iba del techo al piso, y su interior, lleno de un liquido extraño, estaba un joven de cabello rubio, cuyos ojos estaban cerrados, una mascarilla cubría su rostro y en su cuerpo podían apreciarse varios tubos conectados.

—Nuestra primera esperanza de abeja reina —dijo Dabi, observando el tubo.

—¿Cuál era su nombre? —inquirió Chisaki.

—Su nombre era Mirio, antes de ser el sujeto X01, por supuesto... y puede que él ayude a acelerar un poco las cosas.

—¿Y Bakugo?

—¡Ah! Veo que recuerda el nombre de nuestra nueva abeja reina... Bien, se lo mostraré.

Salieron de la habitación, quedó perfectamente cerrada, y sin chistar procedieron a otra habitación, a la que accedieron tras acceder cuatro pisos en un elevador y caminar por dos pasillos, doblar a la izquierda y brindar los códigos de acceso: la habitación estaba repleta de pantallas que mostraban distintas áreas de La Colmena.

—Veamos dónde están jugando nuestros niños —dijo Dabi, presionando un botón que llevó la atención a una de las cámaras específicamente. Bakugo se encontraba en medio del acto de copula, y por lo visto no era sólo con uno, sino que estaban participando Midoriya y Todoroki—. Como podrá ver, señor Chisaki, nuestros especímenes están más energéticos que nunca; según los reportes de "Hawks" el sistema reproductor de Bakugo está llevando a cabo una metamorfosis interna satisfactoria, es probable que lo llevemos "al nido" pronto.

Proyecto colmenaWhere stories live. Discover now