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Era la segunda vez que vomitaba, ¡qué fastidio!, pensó Bakugo mientras enjuagaba suavemente su rostro. Se tocó el vientre, "¿En serio hay una vida formándose aquí?", la simple idea era aterradora, concebir una vida en esa jaula lujosa, en la colmena... ¿qué le depararía a la criatura? ¿Nacería bien? Bakugo temía que algo de su extraña y aberrante naturaleza afectase al bebé. Y... también quedaba el asunto de quién sería el pequeño. No podía asegurarlo, había compartido lecho con todos, a veces con dos al mismo tiempo. "Supongo... que nunca me detuve a pensar...", estuvo tan ocupado con sus padecimientos, con sus memorias fragmentadas y la desesperación general, que olvidó, por un momento, que el coito tendría consecuencias, que en algún punto las cosas terminarían como lo estaban haciendo en esos momentos. Bakugo cerró los ojos un momento, respiró profundamente... Se preguntó a sí mismo si quería un bebé, y se respondió "No así"; por supuesto era joven, no había pensado en planes tan caseros, aunque tampoco recordaba qué pensaba en ese entonces, o qué deseaba del futuro. Vivía el momento, y ahora el futuro era más que nunca abrumador e incierto.

Salió de la habitación, subió lentamente las escaleras hasta el piso que contenía la piscina techada, era quizás la primera vez que iba, ya que usualmente prefería irse al mar, pero quizás esta vez necesitaba esa especie curiosa de confinación. Era irónico, alguien confinado buscando confinación, pero estaba seguro de que necesitaba silencio. Así que, al llegar, sin importarle la ropa, se dejó caer en el agua, sumergiéndose lentamente, embargado por la sensación de caída, lenta, profunda... se sumergía, poco a poco, las pequeñas burbujas de aire escapaban lentamente de su cuerpo, hasta que su espalda tocó el fondo de la misma. "¿Sería tan malo...Si simplemente me rindo?", inseguro de si alguien le esperaba en casa, desesperado, con una vida potencial formándose en su vientre... ¿Por qué no sólo rendirse, cerrar los ojos, dejar que el oxigeno escape de él y... no volver a despertar? Por dos razones que le obligaron a impulsarse de nuevo a la superficie en busca de aire. La primera, un fuerte instinto en su organismo, algo que le empujaba siempre cuando creía que tocaba fondo en las siempre precarias circunstancias, esa fuerza que le recordaba que aceptar la vida dulce y placida de la colmena sería su real perdición. Y la otra, la otra era una voz susurrante e inentendible pero que calentaba su pecho, como si esa persona estuviese diciendo "Aguarda por mí, resiste". Quizás era una fuerza desconocida en su interior, su conciencia... o quizás tenía relación con esa sonrisa, esos ojos dorados... con Kaminari Denki.

Cuando salió del agua, se reclinó lentamente hasta que logró flotar, de vez en cuando daba una pequeña patada para impulsarse, hasta que decidía quedarse quieto, sintiendo como sus oídos se tapaban agradablemente con el agua. Por un momento se sentía verdaderamente a solas consigo mismo, había paz, tranquilidad, y las molestias de su cuerpo parecían disolverse con el agua. "¿Qué se supone que pasará conmigo cuando de a luz...?", faltaba tiempo para eso, o al menos eso sospecharía, pero una vez que tuviera uno, ¿le harían tener más? ¿Cuándo acabaría todo esto? ¿De verdad lo dejarían volver a casa, a continuar su vida como si nada hubiese pasado? Sonaba irreal, pero imaginarse volviendo a casa, a ver a su padre, con un bebé en sus brazos... ¿Qué diría? No tenía idea.

Una punzada de dolor invadió su pecho: ¿siquiera le dejarían conservar al bebé? ¿Por qué tanto interés en... en el apareamiento? Debía existir algo más, una verdad oculta, alguna pista tras todos los sucesos, pero de ser así, no tenía idea, poco a poco perdía los sentidos de los días, y se sentía más solo que nunca, especialmente con todos cambiando de esa forma. "¿Realmente soy lo que quieren?", los besos, las caricias, el sexo... ¿significaba algo realmente? Posiblemente estaban siendo manipulados para sentirse de la manera que se sentían, sin embargo, ¿de qué serviría saberlo o no? ¿Qué ganaba con tener respuestas? Esa era una buena pregunta que no tenía cómo responder, ya que sentía que debía saberlo, que necesitaba enterarse de la verdad, más no sabía para qué quería saberla ni cómo ayudaría a su situación.

Proyecto colmenaWhere stories live. Discover now