Capitulo 13

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Albus aun tenia un moretón bajo el ojo derecho y una cicatriz en el labio, consecuencia de la pelea que tuvo con James, y yo intentaba mirar a todos lados menos a su rostro.

Cuando era pequeño, un niño del parque muggle al que mi padre me había llevado derramo helado de chocolate en mi, blanca e impecable, ropa. La remera se había pegado a mi pecho y yo no podía evitar sentirme sucio y asqueado. De un momento a otro, mi ropa desapareció como por arte de magia, dejándome en ropa interior en medio de un parque repleto de niños. Mi padre se había apresurado a llegar a mi, pero eso no impidió que los niños, y los padres, también, me observaran y se rieran.

Escondí ese recuerdo a todo el mundo, incluido Rose, a excepción de mis padres, que ya lo saben. Siempre creí que seria mi recuerdo mas vergonzoso, que no lo olvidaría jamas, aunque ahora puedo darme cuenta de que este no se compara en nada, nada en absoluto, en no haber ayudado a Albus cuando su hermano lo golpeo. 

No solo me sentía asqueado por mi mismo o sentía vergüenza, sino que también había crecido un gran odio en mi interior; odio dirigido a mi y a James Potter. Este ultimo es un idiota por completo, aunque, también, se me ocurrió que es algo enfermo, por que nadie en su sano juicio dañaría a otro ser humano de tal manera, mucho menos a un familia tan cercano como un hermano. Pero luego me puse a reflexionar sobre el tema y caí en la horrible realidad de que yo era idéntico a James Potter: puede que no haya insultado a Albus, ni tampoco le hice un moretón bajo el ojo o le partí el labio, pero no le ayude, me quede mirando como James le pegaba y no hice nada para evitarlo, y eso es tan malo como si hubiera levantado un puño en su dirección. 

Así que le pedí a McGonagall que nos volviese a dar una oportunidad con el proyecto, por que no caí en la cuenta de nada de esto hasta el momento en que escuche a Rose y Jackson reírse de el en el Gran Comedor. Estaba tan enfadado que mi juicio se nublo y termine gritando a mi novia frente a todo Hogwarts, aunque realmente no me sentía muy arrepentido. En realidad, Rose ni siquiera me gusta.

 Comenzamos a salir a partir del momento en que ella vino llorando a la puerta de la habitación de chicos, suplicándome que la ayudara por que Jackson, quien en ese momento no era nadie para ninguno de los dos, la había pillado besándose con una chica de Hufflepuff en el baño del segundo piso. Y yo la había ayudado, pensando en que seria cosa de unos días, sin saber que terminaría durando varios años. 

Nos hicimos muy bueno amigos a lo largo del trayecto, aunque esa no es la única razón por la que permanecimos con la farsa de los novios

Cuando estaba en cuarto grado, descubrí que no sentía la misma atracción por las chicas que mis otros compañeros. En realidad, ni siquiera sentía atracción. Si, había chicas realmente bonitas, pero no sentía nada emocional acerca de ellas, absolutamente nada. En cambio, si parecía tener cierta aficcion por los chicos, algo que mi padre, ni en sus malditas pesadillas, podría llegar a aceptar. Así que se lo conté a Rose y ambos llegamos al acuerdo de apoyarnos mutuamente y continuar con la farsa hasta salir de Hogwarts, ya que sabíamos que ninguno de los dos se enamoraría de alguien y, ademas, también servia para mantener a las chicas (en mi caso) y a los chicos (Rose) alejados: alguien podría sospechar si se ve que rechazamos a un puñado de gente hermosa o no sentimos la mínima interés en nadie. 

Pero el pacto se rompió la noche anterior, cuando escuche a Rose pavonearse sobre las malvadas bromas que le habían echo a Albus. Jackson se reía como un imbécil, lo que era normal, así que el no me enfado mucho. Pero con Rose... oh, diablos, puedo jurar que la sangre subió a mi rostro y mi visión pareció nublarse por la furia, por que lo que estaba contando era realmente, realmente, desagradable. 

Así que aquí me encontraba ahora, sentado en una de las mesas mas aparadas de la biblioteca, mirando los hermosos ojos verdes de Albus Potter brillar bajo la luz de la lampara, su nuez de adán subir y bajar por nerviosismo (haciéndolo lucir malditamente irresistible), sus húmedos y regordetes labios rojos y su precioso cabello negro, sin defensa alguna. 

Holaa

Lamento haber tardado mucho en actualizar, es que, ademas de esta, estoy escribiendo dos historias mal (una de Riverdale y otra que es propia, la cual subiré pronto). Prometo que encontrare mas tiempo para todo.

Espero que les haya gustado mucho el capitulo y que hayan comenzado la semana de manera estupenda. 

Recuerda, ustedes son las estrellas que iluminan mis oscuras historias.

:)

No hay razón-- SCORBUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora