Capitulo 30

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El ultimo dia de vacaciones habia sido increíble, por lo que, cuando Albus se acostó por la noche, no podía dejar de sonreir. Hace días que habia iniciado "eso" con Scorpius y no podia estar mas feliz. Lo llama eso debia al hecho de que no sabía como catalogarlo, como definirlo. Albus estaba conciente de que no eran novios, eso era obvio, ademas del hecho de que Scorpius probablemente jamas querria serlo, pero, entonces, ¿Qué eran? La pasaban bien juntos; muy bien, cree Albus, pero aún está demasiado inseguro como para preguntarlo. Dudaba de que esto fuera algo especial para Scorpius, al menos no tan especial como lo era para Albus, y eso lo mataba por dentro.

Scorpius siempre habia sido el rey de Slytherin, el famoso jugador de Quidditch, el chico popular...¿Que pasaría si la gente se enterara de que ahora estaba "saliendo", se podría decir, con Albus, el perdedor hijo de los Potter? ¿Qué haría Rose, Jackson y todos los demas? De echo, Albus no se habia detenido a pensar en ellos en ningún momento de las vacaciones, ni tampoco se detuvo a pensar en los años anteriores, cuando Scorpius le hacía la vida imposible...¿Y si todo esto fuera alguna especie de broma cruel creada por Rose para humillarlo? 

Albus tembló: no lo creía, no quería creerlo, pero la verdad era que su prima era la única capaz (a excepción, tal vez, de Jackson) de hacer algo tan malvado y, tomando en cuenta los sucesos del pasado, recalculando la vuelta tan drástica que habia dado Scorpius al juntarse con el, todo le incidaba a Albus de que se habia equivocado todo este tiempo; estaba claro que Scorpius no sentía nada por el. Que estúpido fue al pensar lo contrario.

(...)

Al día siguiente, Scorpius se despertó con una enorme sonrisa. Tiró las sabanas a un lado, poniéndose de pie, y comenzó a caminar hacia el baño, sin dejar de tararear una pegadiza canción muggle que habia oído en algún lado. 

Probablemente se la habia enseñado Albus, pensó, y la mención del chico trajo una sonrisa aún mas grande; últimamente éste se encontraba obsesionado con una banda llamada The neighbourhood y habia insistido en que Scorpius debia escucharla. Debia de admitir que le gustaba, aunque jamas lo admitiría frente a Albus, como buen Slytherin que era. 

Al terminar de lavarse los dientes, se cambió a toda velocidad y salió de la habitación casi corriendo, solo para dirigirse al cuarto de enfrente. Se peinó el pelo con nerviosismo antes de tocar, luciendo una gran sonrisa a la espera de que Albus abriese la puerta. Cinco minutos. Scorpius tocó con mas insistencia. Albus siempre le abría al segundo, lo que probablemente significaba que estaba en el baño o no se encontraba en la habitación en absoluto. Diez minutos. Ahora, preocupado y nervioso, decidió que le importaba poco si el chico se enojaba por invadir su privacidad y abrió la puerta de golpe, sin sorprenderse al ver que nadie se encontraba allí. 

Respiró con calma, pensando en que quizá el chico habia bajado a desayunar, y volvió a cerrar la puerta de la habitación, sintiéndose algo avergonzado por su arrebato. 

Bajo las escaleras con lentitud y salió de la sala común, evitando las miradas curiosas de los alumnos que, recién llegados, se encontraban conversando entre ellos y saludandose. Los pasillos del castillo, ahora, se encontraban repletos de ruido y personas caminando de aquí para allá. Scorpius gimió en voz baja, deseando estar de vuelta en los tranquilos días de vacaciones. Se detuvo frente al Gran Comedor y soltó una bocana de aire antes de entrar, pensando en lo que le esperaría dentro. Los mas cercanos a la puerta voltearon a mirarlo por unos segundos, pero Scorpius no les prestó ni la más minima atenció y se dedicó a pasear su mirada por el lugar, buscando a Albus, aunque sintiéndose extrañamente decepcionado al no encontrarlo.

Caminó hacia la mesa de Slytherin lentamente, perdido en sus pensamientos, ¿Donde estará Albus? Era imposible que estuviese en clase, ya que las de la mañana se habian cancelado por la llegada de los alumnos, pero, entonces, ¿Qué habia pasado con el?

Scorpius llenó su plato de huevos y tocino, decidido a ignorar los pensamientos de preocupación que le invadían. Quizá simplemente está hablando con su hermano o en la biblioteca.

--¡Scorpius!--se volteó, esperanzado y alegre, pero su expresión se borró al ver que era Rose quien corría en su dirección. 

--¿Qué quieres?--preguntó cuando la chica llegó frente a el. Ella puso cara de dolida, pero Scorpius la ignoro completamente. 

--¿Te gustaría venir con nosotros?--preguntó ella, sentandose frente a el y sonriendole dulcemente--. Jackson tiene una divertida anecdota...

--No, gracias, estoy esperando a alguien.

--¿A quién?--ella preguntó, perdiendo la paciencia--. No seguirás con ese rarito de Potter, ¿O si? ¡Es ridículo, Scorpius, tu perteneces con nosotros! Conmigo--añadió en un susurro estirándo su mano y tomando la mía. 

Estaba demasiado confundido por la actitud de la chica como para reaccionar, aunque, cuando lo hice, quité mi mano con una mueca de asco. Me puse de pie, sin sentir nada del hambre de hace unos segundos.

--Mira, nosotros terminamos. Punto. Ahora, si me disculpas, iré a buscar a Albus.

Scorpius se fue de allí apresuradamente, seguido por algunas miradas confundidas de aquellos que oyeron la conversación, sin notar que Rose tenía una enorme sonrisa. 

No hay razón-- SCORBUSOù les histoires vivent. Découvrez maintenant