28.- 어디 있니?

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Después del incidente en el bar, Sanae creyó que Yoongi jamás volvería a dirigirle la palabra. Por suerte el muchacho resulto ser demasiado sensato. Una mañana Sanae despertó con una increíble sorpresa en la pantalla de su celular; un mensaje de Yoongi disculpándose se encontraba inerte en el aparato, Sana no pudo evitar sonreír con entusiasmo, había perdido por completo las esperanzas y de verdad creyó que jamás lograría reconciliarse con el muchacho.

No había visto a Jimin por un largo tiempo y al parecer EunJae y su hermano se encontraban en la misma situación. De pronto el cuarteto de jóvenes singulares había desaparecido sin razón aparente.

— No puedo creer que el maldito ni siquiera me haya llamado, es oficial, lo odio — EunJae se recostó en la cama de Sanae mientras hojeaba la misma revista por millonésima vez —, cuando lo vea, no le voy a hablar hasta que se disculpe. Ya dije.

SeokJin comenzó a reír y en seguida pauso el vídeo juego.

— YeJi tampoco me ha llamado y no estoy llorando como tú — musitó.

Sanae cerró su libro y suspiró.

— Seguramente tienes el corazón hecho un lío, pero te haces el fuerte — dijo dibujando una sonrisa arisca en el rostro.

Jin negó y puso los ojos en blanco.

— Sigiriminti... babosa. Claro que no, seguramente tuvieron algo que hacer y por eso se esfumaron — el chico se encogió de hombros y volvió la vista al juego —. Quiero confiar en ella.

— Diles que yo digo que es probable que no vuelvan jamás, diles que fuiste a buscar a Jimin y su casa estaba vacía — Tsuyu se posó a un lado de Sanae y comenzó a hablarle al oído.

Sanae la miró molesta y negó.

— Sí se los digo, les romperé el corazón — declaró.

— ¿Decirnos qué? —preguntaron ambos hermanos al unísono.

Tsuyu comenzó a reír, mientras se acercaba a EunJae para leer la revista. La chica flotaba encima de su vieja amiga, disfrutando del lío en el que había metido a Sanae. Jae y SeokJin esperaban una respuesta, expectantes, sin embargo, Sanae no parecía querer hablar.

Sana volvió la vista al libro, se acomodó los anteojos y suspiró. Tenía que replantearse mil veces el hablar con los chicos sobre lo que había visto aquel día que recibió el mensaje de Yoongi. Se levantó de la cama, entusiasmada y se dirigió a la casa de su novio para contarle sobre aquel inesperado acontecimiento.

Cuál fue su sorpresa, cuando al llegar, encontró el jardín hecho trizas y la casa complemente vacía. Su corazón comenzó a latir desesperado, mientras buscaba alrededor algún indicio de vida en vano. Ni Jimin ni sus hermanos habían dejado nada atrás, de pronto su existencia pareció ser un sueño e incluso se encontró así misma desesperada.

¿Jimin había huído?

De pronto con ese pensamiento en la cabeza, un rayo de luz atisbó su horizonte con opulencia. Lo cierto era que no veía a Jimin abandonándola sin razón alguna. El joven debía de tener un motivo y Sanae se aferraría a esa idea, pues una vida sin el chico, simplemente no valía la pena.

— ¿Y bien? — SeokJin se acercó a ella y le arrebató el libro.

— Habla zorra — EunJae se sentó sobre la cama y se cruzó de brazos.

Sanae negó.

— ¿No tienen nada que hacer? Se la pasan en mi casa y tengo que trabajar.

— Nosotros también — Jae caminó hasta la chica y se sentó a su lado —, solamente digo que, si tienes algo que decir, lo digas.

SeokJin puso los ojos en blanco.

— Los secretos entre amigos no son buenos. Nos has dicho que no los buscáramos, que ellos aparecerían, EunJae ha tenido muchas ganas de ir a casa de JungKook aunque dice que no lo quiere y que sólo son amigos. Conozco a mi hermana y de seguro lo quiere debajo de ella.

EunJae golpeó a su hermano con fuerza.

— Cállate.

— Seguramente no nos han buscado por qué tienen muchas cosas que hacer, no creo que sea correcto ir a su casa. Todo el mundo tiene pendientes.

Resignados, los hermanos regresaron a sus actividades, bufando con molestia. Era evidente que Sanae no hablaría y como la chica no se había decidido a hacerlo, tendrían que caer ante curiosidad. Buscarían a YeJi y a JungKook haciendo lo que Sanae les pidió que no hicieran.

Ambos intercambiaron miradas y supieron enseguida lo que pensaba el otro. EunJae cerró el libro y SeokJin apagó la consola.

— Jae ¿Cuándo tenemos la prueba de portadas? — preguntó el muchacho.

Jae fingió mirar su móvil.

— Mañana a las 7. Tenemos que irnos ya — declaró —, bueno Sana, volveremos mañana y saldremos a comer comida italiana. Te amo, bye.

EunJae se acercó hasta la puerta de su habitación  y tomó su chaqueta, se giró para esperar a su hermano y abrió. 

— Hasta mañana Sana — dijo el chico, acercándose a EunJae.

Sanae suspiró y sin mirarlos habló.

— Tsuyu, síguelos y si hacen algo sospechoso, házmelo saber — musitó.

Tsuyu comenzó a reír y se colocó a un lado de EunJae.

SeokJin tragó saliva.

— ¿Tsuyu sigue aquí? — preguntó.

— Eso obvio que no, baboso. Solamente nos quiere asustar, abusando de su poder como toda una dictadora. Mala.

Sanae no respondió y en su lugar, cambió de página.

Claramente nerviosos, EunJae y SeokJin salieron de casa, en busca de la respuesta a todas sus preguntas. 


El capítulo se llama ¿En dónde estás? 


어디 있니 ? -> eodi issni?

Se supone que iba a escribir otra cosa, pero para llegar a eso, tengo que hacer esto. Además, les pasaré una info. xD Esperen. 


Jeongsin. pjm BTSWhere stories live. Discover now