2| MY ONLY HERO ||teen wolf [ᴍᴏᴅ]

19. Noticias no queridas

—Debo ver al médico forense y averiguar qué sucedió con Jackson.

Cómo si me importara, sheriff. Ahora lo que más me preocupaba era mi mejor amigo.

—Hay una orden de captura para Stiles. Su Jeep está aparcado, es decir... —su voz se apagó—. No sé qué quiere decir... miren, si contesta el teléfono o su correo... si alguno lo ve...

—Lo llamaremos —aseguró Isaac lo que me sorprendió. Él siempre lo odió. Pero de igual forma asentí.

—Seguramente está asustado por toda la atención —dijo Scott. Pero ni yo soy tan estúpida para creer eso.

—Lo encontraremos —concluí transmitiendo seguridad. Estaba una que luciera verdadera.

—Sí. Nos vemos, ¿okey?

La privacidad entre los tres no duró demasiado pues, el entrenador se acercó llamando a McCall. Este fue con Finstock mientras nos dejaba a Isaac y a mí solos. Mierda.

—Entonces... ¿Por qué volviste?

Sus ojos azules me miraron. Yo simplemente no sabía donde meterme.

—¿Puedes hablar o te comió la lengua el gato? —De la nada, tomó mi nuca, atragiéndome a él y besándome. Me tomó por sorpresa pero le seguí el paso.

El beso era lento, no pasional. Me acariciaba la mejilla. Y era dulce. Se sentía bien. No como esperaba, pero aún así, estaba cómoda.

Puede que no sea Stiles. No, no es nada como él. Pero Stilinski tiene a Lydia. La ama a ella.  Esperen... ¿por qué pienso en Stiles cuando estoy besando a Isaac?

Salí del momento cuando Isaac se separó y me miró a los ojos.

—Porque descubrí qué me motiva a quedarme.

Antes de que pudiera contestar algo, al menos un: "Perdón pero creo que no estoy correspondiendo", Scott llegó con un humor terrible.

Seguro nos habrá visto. ¿Cómo no estar mal? Se supone que debíamos buscar a Stiles, no besarnos. No creo que Isaac haya encontrado a mi mejor amigo en mi boca pero sí que intentó buscar algo.

—¿Terminaron? Porque Stiles sigue por ahí perdido.

Rodé los ojos. No podía hacerme sentir peor de lo que me estaba sintiendo al rechazar a Isaac.

—Sí. Terminamos —repuse firme—. Ahora muévete que no hay nadie. Vamos a encontrar a mi mejor amigo. —Scott ni se inmutó—.  ¡MCCALL! ¡Mueve el trasero!

El moreno me miró asustado y comenzó a revisar en su casillero a la vez que me felicitaba por dar vuelta las cartas. Ahora él se sentía culpable y mal.

El chico sacó un zapato y la camisa que había tenido antes de cambiarse.

—¿Vamos a encontrarlo por el olfato?

—Isaac, ¿Por qué a veces eres más cara bonita que cerebro? —Pregunté sarcástica.

—Pero al menos soy una cara bonita —rodé los ojos. Tomé el zapatilla y se lo entregué sonriente—. Bien. Pero, ¿Por qué a Scott le toca la prenda y a mí el zapato?

—Porque eres Isaac.

Scott comenzó a clavar la mirada en  un punto fijo y cuando lo seguí encontré a Derek. Mi mejor amigo cubrió a Isaac con el cuerpo.

—Tenemos que hablar.

Una tercera persona se metió en la escena. Abrí los ojos sorprendida. ¿Cómo...?