Capitulo 7

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¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Dos semanas ya habían pasado desde que Sakura entró literalmente estrellándose en su vida, y la mayoría de las mañanas aún quería matarla. Como ahora. Abriendo violentamente la puerta, espetó:

—¿Qué mierda, Sakura? —Él mantuvo sus ojos enfocados en su rostro. Aún después de dos largas semanas, su pene seguía sin entender que ella era su amiga y que estaba fuera de los límites. Y últimamente, con Sakura teniendo el hábito de pasarse usando prendas ajustadas, del tipo que mostraba más de lo que tapaba, Sasuke también había desarrollado la costumbre de no mirar a Sakura por debajo del cuello. Ella sonrió burlonamente, lo cual lo puso más irritado.

—Sakura, te juro por Dios, si solo viniste aquí para sonreír estúpidamente… Ella negó con la cabeza.

—¿Qué entonces?

—Es mi primer día en la uni —murmuró tan bajo que él tuvo que pedirle que lo repitiera antes de entender lo que estaba diciendo. Sasuke retrocedió incrédulo.

—¿Y? ¿Qué mierda quieres entonces? ¿Que me despida antes de que vayas a clases o que te de tu mesada? No soy tu papá. Sakura hizo una mueca por su tono, aunque ya no se sentía herida por esto. Hacía tiempo que había llegado a la conclusión de que Sasuke no era en absoluto una persona mañanera. Levantó su barbilla.

—Quiere decir que como mi amigo se supone que me acompañes a la escuela. Sasuke comenzó a toser.

—¿Me hablas en serio? No tengo clases hasta el mediodía. Y por si no sabes leer relojes, recién son las siete de la mañana. —Entonces sonrió—. Tus clases no empiezan hasta las nueve. ¿Significa esto que, la supuestamente confiada Sakura, está… nerviosa? Sakura intentó no ponerse verde incluso mientras mentía descaradamente.

—Por supuesto que no. Él le dio una mirada conocedora, lo suficientemente despierto ahora como para ponerse del humor burlémonos de Sakura.

—Sí, lo estás. Ella cambió de tema.

—Tienes que acompañarme a clases.

—Nope.

—Lo harás.

—Ella golpeó sus brazos buscando causar algún efecto, sin importar que él fuera como un inamovible bloque de cemento.

—A, no soy tu padre. B, no soy tu hermano. C, dios no permita que sea tu novio. D, soy tu amigo sólo bajo coacción y E, no me pagas para hacer eso, y aún si me lo ofrecieras, no lo tomaría. Ella apretó los dientes. Cualquiera pensaría que dos semanas de amistad harían de Sasuke menos imbécil pero no. A veces, de hecho, actuaba más imbécil.

—Simplemente podías decir no —le espetó.

—Lo hice —le recordó con sarcasmo—. No pareciste entenderlo. Se cruzó de brazos sobre el pecho.

—Bueno, no me importa. Me vas a acompañar a la escuela. —Se detuvo y entonces gruñó—: Temo perderme en el camino.

—Qué duro.

—Si no me acompañas…

—¿Qué? ¿Me vas a matar? Su tono condescendiente la fastidió tanto que Sakura le dio una mirada de muerte y frunció el ceño, pensando en algo que pudiera hacerle ver las cosas a su manera. Y entonces se dio cuenta. Sonrió lentamente. Oh-oh. Sasuke de inmediato comenzó a cerrar la puerta, pero Sakura fue más rápida y se las arregló para escabullirse en el cuarto. Mierda.

—Afuera —le ladró. Ella sacudió la cabeza, aún sonriendo con esa terriblemente malvada sonrisa suya.

—Si no me acompañas a la escuela… Él le dio una mirada dura. Ella caminó hacia él lentamente. Él intentó no mostrar lo preocupado que estaba. Ella se puso de puntitas y sopló en su oído. Toda la piel de su cuerpo se le puso de gallina.

Sasuke y SakuraWhere stories live. Discover now