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Era un día como cualquier otro, en el que las hojas volaban por todos lados en aquella ciudad, tranquila y sin ningún escándalo, donde tan solo sonaban las ráfagas de viento y los autos que pasaban de vez en cuando por el lugar. En ella se encontraba una casa, lujosa, muy moderna y peculiar, como una mansión ─literalmente─, dónde vivía un joven de 23 años llamado Park Jimin, quien tenía unos padres muy ricos e incluso un hermanastro llamado Min Yoongi de 25 años de edad.

Esta familia tenía todos los días la misma rutina, no hacían nada fuera de lo común, pero, ¿No es siempre el hijo menor quien rompe las reglas?, pues así es.

Jimin se encontraba viendo por su ventana a las personas caminando y platicando entre si, llevando su perro a pasear, ir a comer a un restaurante, entre muchas otras cosas que la gente hacia para distraerse.

Pero él no podía hacerlo.

Estaba encerrado de por vida en esa mansión porque a sus padres no les gustaba que sus hijos mantuvieran una relación o cierto afecto hacia personas de "bajo recurso".

Jimin no era como sus padres, él era un chico muy sencillo al que no le gustaban las cosas lujosas ni mucho menos valiosas, al contrario, no le agradaba la idea de parecer más frente a los demás solo por tener dinero.

Pero un rostro llamó su atención, un chico pelinegro que llevaba un jean negro ajustado y una camisa azul con una imagen bastante extraña, iba caminando tranquilo por aquella avenida sin darse cuenta de la persona que le tenia la mirada fija en aquella mansión.

En ese momento a Jimin le pareció atractivo, pero en solo pensarlo le daba miedo, si se llegaran a enterar sus padres, estaría encerrado de por vida, así no tendría que socializar con chicos y evitáse que lo llamaran "Gay".

En eso, sintió que abrieron la puerta de la habitación, dio un salto del susto porque siempre acostumbran a tocar la puerta antes de entrar, pero como estaba perdido en sus pensamientos de seguro no escuchó las palabras del mayor.

─ Hola Yoongi, ¿Qué quieres? ─ Dijo Jimin apartando su vista de la ventana y mirando fijo al contrario quien llevaba una cara inexpresiva.

─ ¿Qué haces viendo por la ventana?, ¿Acaso no tienes más nada que hacer? ─ Se acercó a Jimin cerrando las cortinas de color gris frente a él.

─ No, ¿Por qué la pregunta? ─ Espetó ocultando sus nervios de tan solo pensar, ¿Lo habrá cachado viendo al chico?

─ ¿Estás seguro que no tienes más nada que hacer?, si yo fuera tú me apresuraría, sabes que a nuestros padres no les gusta esperar ─ Dijo acercándole el reloj a Jimin. Iban a dar exactamente las 5:13 pm, no tenía mucho tiempo, ¿Cómo se le había olvidado la cena con los invitados?

─ ¡Gracias por recordarme!, ¿¡CÓMO SE ME HA OLVIDADO LA CENA!?

Y sin esperar respuesta del mayor, corrió hacia el baño y se encerró a darse una buena ducha, el agua caía por su torso desnudo y mientras se enjuagaba con jabón tarareaba con un tono de voz muy bajo algunas canciones.

Al salir del baño se dirigió a su habitación a paso rápido, examinó el lugar dándose cuenta que ya no había rastro de su hermano, cerró la puerta detrás de él y se vistió lo mas rápido posible, le echó un vistazo al reloj, eran justamente las 5:47 pm, debía apurarse, el solía ser puntual y no seria su última vez, tomó el traje que estaba en el armario y poco a poco se fue colocando la prenda.

Al terminar de vestirse se roció perfume con una fragancia que lo hacía lucir mas masculino de lo que ya era, pero, en ese momento tocaron a su puerta, era YoonGi nuevamente, pero esta vez no dijo nada, sólo salió de su cuarto junto a él y cerró la puerta tras ellos.

Después de salir de la habitación bajaron las escaleras que llevaban al lujoso comedor, el cual estaban decoradas con una alfombra roja que hacía ver al lugar magnifico sin duda alguna.

Al llegar allá, lograron darse cuenta que llegaron justo a tiempo. Dos mayordomos hicieron una reverencia a la que ellos correspondieron y luego se sentaron dando la bienvenida a la chica que estaba frente a ellos. Era muy bella y tenia el cabello largo de color castaño, llevaba un vestido rojo que marcaba bien su figura y unos tacones plateados que brillaban por todo el salón. Era nada más y nada menos que la próxima prometida del hermano mayor.

─ Hola Yoongi, ¿Cómo estás?, me alegra al fin conocerte ─ Dijo emocionada y levantándose de su asiento para darle un cordial saludo a Yoongi. Era más alta de lo que pensaba, pero aún así Yoongi era más alto.

─ Excelente al saber que eres mi prometida ─ Le dedicó una sonrisa coqueta que hizo a la chica sonreír ─ ¿Me dirás tu nombre, preciosa?

─ Shin Su Ran, espero seamos una hermosa pareja, tu madre me ha hablado un poco sobre ti.

─ ¿Enserio?, pues, si es algo malo o vergonzoso, no le hagas caso ─ observó a la chica que lucía tan hermosa y perfecta frente a sus ojos y le lanzó un beso al aire el cual ella recibió con gusto.

Mientras los dos mayores se encontraban charlando, la madre de los chicos le hizo señas a Jimin para que volteara a verla, le dedicó una sonrisa y luego se fue a sentar junto a su hijo menor.

─ ¿Qué te parece la prometida de tu hermano? ─ Esperó la respuesta de su hijo.

─ Es muy hermosa, y-y hace muy buena pareja con Yoongi, ¿Por qué la pregunta? ─ Miró fijo a su madre mostrando interés a su pregunta.

─ Porque pronto tendrás una, ya casi tienes 24 años en unos meses, hijito, y tu padre y yo creemos... Que te vendría bien una esposa, ¿No lo crees? ─ Con solo decirlo, Jimin se tensó por completo, era cierto que no le había confesado a su madre que no le atraían las mujeres, preferiría guardar el secreto.

─ No me hará falta madre, no te preocupes por mi.

─ Claro que me preocupo por ti, soy tu madre y no me gustaría que estuvieras sólo de por vida ─ Sobó mi mejilla.

─ Pues, si es así, esperaré a que cumpla veinticuatro ─ Contestó un poco decepcionado, pero al ver a su madre se alegró, pues le gustaba verla feliz, era la única mujer que quisiera tener a su lado. Para toda la vida.

─ Me alegro hijo, entonces empecemos con la cena ─ Espetó haciendo que Jimin asintiera varias veces.

Al comenzar la cena se mantuvieron en un largo momento de silencio, algunas veces cruzaban miradas pero no era incómodo en lo absoluto, empezaron a tomar confianza y eso era bueno porque no quería tenerle cierto rencor a su futura cuñada.

Dada las 7:00 pm, terminaron la cena y comenzaron a hablar los mayores, quiénes querían conocerse mejor y saber de sus vidas. En eso el padre de la chica quien se mantenía callado, decidió presentarse de manera decente.

─ Me agradó ésta cena, fue muy especial para mi conocer a los padres de mi próximo yerno, fui muy irrespetuoso al no presentarme antes, mis disculpas, mi nombre es Lee Jung Soo ─ Se inclinó haciendo una reverencia a los Park quienes correspondieron de inmediato.

─ Nos alivia saber eso, espero nuestros hijos sepan valorar el amor que se tienen mutuamente ─ Recogió su hermosa cabellera negra y le hizo señas a los mayordomos para que llevaran las copas de vino a la mesa ─ También fue mi error no haberme presentado, mi nombre es Park Li Sa, y él es mi esposo Min Su Ga ─ Lo señaló

─ Mucho gusto ─ Regaló una de sus hermosas sonrisas que a todos les agrada y sin esperar respuesta se levantó a buscar otra botella de vino para los invitados, quiénes agradecieron de forma amable.

Jimin después de observar que los mayores estaban ocupados, tanto Yoongi como sus padres, no dudó en subir a su habitacion. Debido a la rica y hermosa cena, el chico estaba agotado y sin pensarlo empezó a desvestirse y colocarse vestimenta de dormir. Se colocó un pantalón holgado y una camisa gris cómoda. Se acurrucó en su como un enorme bebe y de tanto pensar, al fin cayó en el sueño más profundo.

Ahg, pronto sabré quién eres, hermosura.

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