Nadie se hace frío por casualidad. Sino que atrás lleva sufrimiento. En este caso, Hyun Sook, traumas de su infancia cerraron su corazón, pero con la llegada de Jung Kook todo se vuelve aún más confuso respecto al pasado. Él sin saber toda la histor...
Me encantan estos días, el frío y la lluvia son mis almas gemelas, pero no las de mi padre.
—Por favor, papá, le dije que lo acompañaría. Me abrigaré bien —probé insistirle a papá porque nunca lo he hecho, por lo general siempre estoy de acuerdo con todo lo que dice o permite.
—Va a llover —volvió a repetir mirando la tv, específicamente, el tiempo.
—Llevaré paraguas.
—No es solo por eso, Sook —admitió—, no puedes acompañarlo a ningún lugar.
Fruncí los labios.
—Siempre salimos, ¿cuál es la diferencia ahora?—ya la sabía, pero quería saber su punto de vista completo.
—Que estarán solos y debes saber que no tienes permiso de salir con chicos hasta que tengas 22 y puedes enamorarte cuando yo muera.
¡Ah! No podía decirlo enserio...
—Papá, es Jungkook, tú lo conoces. Es como Tae —claro que no lo era.
Pese a que Jungkook fue mi mejor amigo antes, desgraciadamente la distancia y el tiempo nos separaron, mi memoria lo marginó también. Así que ahora tengo todo el gran cariño que le tuve junto a la confianza, pero la diferencia con Tae es que con él nada me da vergüenza y el contacto físico es nuestro, técnicamente si no lo tenemos es raro, literal un hermano.
—Mh... —cambió la tele antes de mirarme—, cuando está Taehyung aquí me siento tranquilo, pero con Jungkook mi sentido de padre se activa... ¿por qué será? —usó un tono irónico en su pregunta. De seguro ha hablado mucho con Nam.
No aguanté más y me reí.
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—Papá..
Él también sonrió dándose por vencido.
—De acuerdo, te daré permiso —esperaba conseguirlo, pero no estaba segura—. Joon también irá.
No podía rebatirle más, sino hasta me cancela el permiso.
Justo Nam baja tallándose los ojos, dirigiéndose a la cocina saludando vagamente. Las vacaciones son sinónimo de amanecerse.
—El día está genial para quedarse acostado —nos comenta saliendo de la cocina con su bol de cereal, que por cierto tenemos dos cajas para evitar desastres.
—Sí... pues eso no sucederá —papá palmeó su hombro al pasar a su lado, mi hermano frunció el ceño y se volteó.
—¿Por qué?
—Irás a estropear la cita de Sook -ordenó como si nada metiendo su laptop al maletín.
