Capitulo 113

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Por suerte nada más llegar al parque, aquel día se volvió un poco más refrescante, amaba los días así, donde no tenía que pasar bochornos, y mucho menos sudar mientras voy detrás del terremoto que tenía por hija, al menos hoy tenía la ayuda de Vanesa, era un gran alivio el tenerla al lado en un día como hoy.
Llegamos al parque más cercano de casa, era el más grande de la zona, y donde Esperanza le encantaba ir. Nada más llegar como de constumbte mis niñas me miraron a mi y luego a Vanesa para buscar su liberación de las correas e salir corriendo en línea resta, hasta la zona donde íbamos de costumbre.

- Lo hacen siempre no te preocupes no se van a perder.-Le dije tranquilamente a Vanesa que las miraba angustiada.

Noa dejamos guiar, por la pequeña, ella sabía perfectamente donde quería ir, se conocía demasiado bien aquel parqueo para tener la edad que tenía, este parque era como mi segunda casa ya en los días que estaba en casa y no debía de ir a trabajar.
Llegamos a la zona de juegos para la edad adecuada para ella y se perdió en los primeros columpios, mientras que Vane y yo buscabamos un lugar para sentarnos en el banco más cercano ya que lo primero que me había soltado era "No, ni se te ocurra, para eso están los bancos para sentarse, te vas a sentar tu en el césped así en tu estado". A mi no me quedaba de otra que negar con la cabeza mientras me reía, me había sentado mil veces en el césped sin ningún problema, pero para darle el gusto a ella, nos sentamos en un banco que no quedaba del todo muy retirado.

Pablo

Las risas mañanera de los niños, e sonido de pájaros creando su propia melodía, acompañado con el murmullo de las parejas ancianas paseando hablando de sus problemas diarios, me fueron despertando.
No era el lugar indicado para dormir agusto, o dormir bien pero después de tanto haber caminado había sido el mejor hotel que recordaba hasta la fecha..

Me incorporé del césped, para ir nuevamente en busca de la fuente, saciar mi sed era ahora la única preocupación que tenía junto a él rugir de mi estómago. Mire a mi alrededor, la selva verde que me rodeaba, ahora se podía ver con claridad, era un hermoso y natural parque, lo 1ue no sabía bien en que ubicación estaba en a1uel momento, cosa que ahora mismo no me preocupaba endemasia, a lo mejor así encontraba aquel lugar cual estuve buscando estos días atrás.
Me dispuse a poner rumbo nuevamente, quería buscar algo que echarme a la boca, y si así alguien me reconocia mejor.
Volví a poner los pies en aquel sendero naranja que guiaba los caminos en aquel parque, siguiendolos sin salirme de ellos, no quería acabar más perdido de lo que ya me encontraba.
Me cruzaba pareja de personas mayores,que hacía unos segundo habían cambiado de tema de conversación, para cambiar de hablar de sus problemas, para murmurar de mi, sentía sus ojos clavados en mi espalda.
No me extrañaba mis pintas no eran del todo amigables, podían pensar cualquier cosa, desde que si era un indigente a que era una persona que había perdido la cabeza y venía a secuestrar niños.
Sentia el miedo en las miradas de algunas de ellas, otras directamente se quitaban de mi lado con rapidez, cambiandose a andar por el césped.
Las risas de niños cada vez se escuchaban más fuerte pudiendo ver como no muy lejos de allí empezaba un largo parque de juegos para ellos.
Bordee aquel lugar para no pasar por medio no quería que todas las madres salieran de allí disparadas con sus hijos por mi culpa, yo ni mucho menos tenía ninguna intención de secuestrar a ningún niño como mis pintas seguramente dirían.
En mi campo de visión se como un perro, un perro blanco con varios toques marrones por su cuerpo, que se novia con agilidad buscando algún objeto lanzado supongo que por algunos de sus dueños. Había podido ver varias veces a ese mismo perro correr a gran velocidad hacía el mismo punto, para luego volver a su zona de comienzo cual no llegaba a visionar.
Podía recodar lo mucho que me gustaban esos animales de cuatro patas que nada más llegar a mi casa te saludaban con gran efusividad.
¿Tendría mascotas?, En casa de la Pelirroja que decía ser mi mujer, no había visto ninguno, pero en cambio recordaba llegar a casa y que me saludaran.
Seguí andando siguiendo aquel borde mientras miraba todos aquellos niños jugando en el parque, como reían, aquella risa con la que últimamente había soñado, ahora sonaba en estéreo, la escuchaba como si allí mismo estuviera creándome una especie de dolor en la cabeza, haciendo que tuviera que sentarme con rapidez.
Una joven que podía ver en frente no muy lejos de donde yo me encontraba junto a un montón de libros a su alrededor se levantó para acercarse a mi lado, con rapidez al ver como me sentaba con mis manos en la cabeza.

-Disculpe se siente bien?.

Pude ver como unos ojos turquesas profundos como el azul del mar se quedaban observandole fijamente buscando una respuesta de mi parte.

-Si, si..- Dije levantando la mirada para poder verla mejor.

- Que te ha pasado?.-Pude comprender que esa pregunta la estaba prefuntando por las pintas que tenía en aquel momento.

-Llevo días caminando sin rumbo, queriendo encontrar algo que me diga que es lo que ha pasado en un largo tramo de mi vida.

-No te acuerdas de quien eres?.

-Si, me acuerdo de parte de mi vida, parte de esa vida difuminada, de la otra mitad directamente no se recuerdo nada.

-Yo recuerdo haberte visto en alguna parte, pero ahora mismo te juro que no caigo.-Dijo aquella muchacha intentando ayudarme.-Pero podemos hacer una cosa..-Una pequeña pelo a cayó justamente en el suelo al lado de nosotros estábamos.-A alguien se le escapó el tiro.-La vi reírse mientras que su mirada se clavaba en alguien detrás mía.-Esta pelota es tuya cariño?..

-Si.. lo siento, no la lance bien, sólo quería echarmela a mi perrita.-Dijo una voz tímida e inocente detrás nuestra.

-No te preocupes, no ha pasado nada, pero la próxima vez ten más cuidado para no darle a nadie.zSe levantó a darle la pelota en mano a la niña.

-Esperanza!!.-Una voz se colo como eco en mi cabeza, haciendo que me diera la vuelta inmediatamente cuando vi como habían recogido a aquella niña, la que debía de ser su madre, ya que podía escuchar "Que te he dicho de hablar con desconocidos caeiño".
No logre verlas de frente, sólo pude ver la espalda de ambas como aquella niña de baja estatura de cabellos hasta los hasta la cintura agarrada de la mano de su mamá igualmente con aquellos cabellos castaños, medio ondulado, que se movían a compás de sus movimientos.

-Valiente empanaera llevo, si mis amigas se entera que he estado enfrente cerca de ella y no le he pedido un autografo me mata-Me dijo aquella muchacha sacándome de aquella visión.

-Perdona?.-Dije mirándola nuevamente, al ver que ya habían desaparecido.

- Como me dijistes que te llamaba?.- Me dijo ella cambiando de tema.

- No te lo he dicho.. aunque tu tampoco...- Dije mirandola.

- Me llamo Lucía.-Dijo estirando su mano.

-Encantada Lucía.. Yo me llamo Pablo. - Dije sin más.

- Sabes que podemos hacer?.- Me dijo con rapidez.-Te voy a llevar a mi casa, mis amigas no es tan y podrás bañarme y arreglarse tranquilamente antes de ponernos a investigar en tu pasado.

- Me ayudarías asi?, sin conocerme de nada?.

-Alguien debe hacer que cambie este país no?, anda vamos.

Malú & Pablo López ~El Secreto~ 2 Temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora