3. The light is coming.

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Peter volvió a Francia tres semanas después de su encuentro con Sebastian.

En domingo, pasando poco más de medianoche con Pierre cubriendo verdaderamente su espalda y ropa Nike cómoda envolviendo su piel. Michelle había llegado horas antes, iban a arribar juntos pero él debía terminar unos cuantos asuntos con sus primeros socios genuinos y ella tenía planes propios aguardando en tierras francesas.

No sabe que le cansó más, si el haber tenido un curso intensivo de leyes —americanas, francesas e inglesas— repasar todos los contratos de la familia Delacour o hacer nuevas alianzas con gente sustancial y confiable. Quizá tal vez su cansancio se debía en gran medida por el nuevo encuentro consigo mismo que comenzó desde la visita de Melania, y también era muy posible que fuese por sus esfuerzos tenaces para sanar algunas llagas abiertas. La ventaja de esas semanas fue que casi todas sus cicatrices estaban ya en la palma de su mano, aún le costaba un poco parar ciertas hemorragias emocionales, pero él podía con ello.

Lo importante era que ya estaba en el que debería llamar hogar. Pierre le juró que nadie se enteraría de sus movimientos confidenciales en América; él le creyó pues últimamente el francés había dado cosas buenas que considerar. Agradeció mucho a sus deidades guardianes por haberle puesto un guardaespaldas leal (esta vez por fin sólo a él).

Tras abrir la gran puerta de madera fina condenó a los Delacour a la profundidad de los infiernos varias veces al ver un masculino rostro níveo recostado sobre las finas sábanas de su lecho.

A esa hora y con la pesadez del viaje Peter se encontró con un espejismo de antaño. El Sebastian joven estaba allí, con sus veintiún años frescos y aquella hambre de comerse al mundo. Tenía casi la misma proporción de barba y la bondad aún se notaba sobre sus pómulos aristocráticos, llevaba un pijama de seda blanco y Peter quiso sentirlo entre sus dedos, una porción de su rostro era besada por las almohadas, párpados relajados con las pestañas extendidas a su máxima expresión y los labios entreabiertos casi invisibles.

Al parecer su insistente mirada marrón había sido tan penetrante que sus perlas azules se abrieron como un relámpago. Inicialmente tenían la pinta de la confusión y poco a poco la frialdad y rechazo se apoderó del ya oscuro matiz en su iris. Gracias a su entrenamiento reciente, a Parker sólo le dolió aquel contraste con la misma intensidad de una hormiga molesta.

Mentalmente alabó una docena de veces a la señora Trump por los días pasados en los cuales le sostuvo  con la firmeza de una columna vertebral y sus dejos fungieron como hilos de acero que unían a todas sus inseguridades. Melania lo hizo sentir en libertad, casi tal cual un ave es dejada fuera de las condenas de sus barrotes indolentes. Ambos compartieron a las estructuras óseas de los cuerpos escondidos en la profundidad de sus armarios. Y estaba completamente seguro que nunca tendría tal acercamiento real con alguien —a veces incluso se encontraba rezando para obtener eso que muchos jóvenes a su edad recibían por parte de cupido— porque el universo le había arrebatado una infinidad de oportunidades y nirvanas brillantes.

Peter avanzó entre pasos ligeros hasta la mesa que solía usar para tomar su vino favorito en soledad, dejó su bolsa de viaje e hizo estiramientos para desquitar un poco el exceso de tensión en sus músculos. Se echó porras cuando ella no se apareció a los alrededores de aquella habitación, sus sensibles oídos tampoco captaron ninguna canción peligrosa y su corazón bombeo sangre con normalidad. Permitió el florecimiento de una sonrisa clandestina cuyos petalos fueron captados por el océano vibrante que yacía en el colchón cubierto por mantas azul turquesa.

—Estoy enterado de cada una de tus actividades y por lo que tenía entendido, tu vuelo debió haber aterrizado hace cuatro horas. —la voz le sonó ronca y suave. Tan suave que la hormiga de dolor se transformó en una araña furiosa, Peter no sabía si prefería su tono indiferente a la miel que de pronto brotaba de su boca astuta.

Starring Role |Starker|Where stories live. Discover now