Junio

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Miré a Taylor, quien sonreía con los pulgares hacia arriba al verme vestido con un elegante esmoquin color negro

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Miré a Taylor, quien sonreía con los pulgares hacia arriba al verme vestido con un elegante esmoquin color negro. Me miré al espejo, el traje estaba hecho a mi medida, el corbatín estaba bien elaborado, el pantalón por igual. Mi camisa era totalmente blanca, me había puesto unos gemelos con forma de diamantes, mis zapatos eran de charol y para ser sincero me quedaba muy bien el atuendo. La última vez que me vestí así fue para una ceremonia hace 5 años, luego no volví a vestirme tan formal, ni para las cenas familiares.

—Entonces... ¿Se llevará el atuendo, señor? Debo de confesarle que se ve verdaderamente bien. Como una superestrella—dice el empleado de dicha tienda.

—Bueno, pues ¿qué opinas, Taylor? —doy media vuelta para quedar frente a ella.

—Te ves hermoso—dice sonriendo aún más.

La tienda no era la más sofisticada y mucho menos cara, se trataba de una tienda donde vendían esmoquin usados y lo vendían a un precio competitivo. No era algo de sorprenderse, solo era un baile de graduación y no quería gastar por solo una noche. Además, siempre le he dicho a mi hermana que el día que gaste un montón de dinero en un esmoquin sería el día de mi boda.

Me quité el esmoquin, me puse mi ropa normal, que consistía en pantalones vaqueros, una playera negra y tenis de color negro, me dirige hacia la caja y pagué... 75 dólares. No había nada más hermoso que no gastar tanto dinero. Junto con Taylor caminamos por la acera buscando un lugar donde comer, ella y yo habíamos acordado tener un día de hermanos, aparte de que el baile iba a ser mañana.

—¿Cuándo viene tu chica? —pregunta Taylor mirando un McDonald's que estaba frente a nosotros.

—Hoy al medio día—digo siguiéndola, ya que ella decidió comer aquí—Me preguntaba ¿puedes prestarme tu auto para ir a buscarla?

—Claro, hermanito—dice sonrientemente.

Ambos finalmente entramos, pedimos nuestra orden y en unos 6 minutos nos entregaron la comida. Nos sentamos cerca de la ventana para ver hacia afuera mientras comíamos. Taylor había pedido dos hamburguesas de doble carne con una porción extra de papas fritas, y un gran vaso lleno de Coca-Cola. Yo apenas tenía una hamburguesa normal con papas fritas normales y un vaso de soda sin colorante... normal. Mi hermana ya me estaba asustando, realmente que sí, no era normal que comiera tanto.

—Oye ¿es necesario comer mucho? —pregunto abriendo el envoltorio de mi hamburguesa.

—Si, tengo tanta hambre—dice comiendo sin parar—¿Crees que estoy engordando?

—Si, claro que sí. Tu hasta tienes panza sobresaliente, antes no estabas así... en unos meses... Taylor ¿acaso no te cuidabas con Liam?

—¿Qué? No estoy embarazada idiota—dice a la defensiva... como si intentara de convencerse de algo.

—No me digas que sospechas un embarazo—dejo la comida en un lado. Ella se queda callada mirando sus papas fritas—¿Estás embarazada?

—No estoy segura. Siempre he sido irregular con mi periodo y supongo que por eso no me ha llegado—dice mirando sus manos—No deberías preocuparte, siento que está por llegar.

De repente llegaste a mí © EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now