Primer día de clases

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Correr, preocupación, adrenalina y sobre todo indisciplina

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Correr, preocupación, adrenalina y sobre todo indisciplina. ¿Cómo es posible que llegaré tarde a mi primer día de clases? Prometí ser un maestro ejemplar y puntual este año, pero anoche con tan solo 4 shots de tequila me volví loco. Incluso había despertado en la casa de una chica rubia con montones de tatuajes en sus brazos.

Me asusté como jamás me había asustado y no por el hecho de que la chica fuera así, de hecho, debo de admitir que es verdaderamente hermosa, pero al darme cuenta de que estaba en otra cama con otra mujer pensé que iba a ser el fin de mi relación con Hayley.

Para mi suerte, la chica era nada más y nada menos que Alice, la amiga de Hayley... se había preocupado de mí al verme tan ebrio que me llevó a su casa, me di una ducha allá y finalmente me trajo a casa, pero nunca pensé en quedarme dormido y aquí estoy, corriendo para llegar a la escuela con mi nuevo uniforme.

Al entrar a la escuela, corrí por el pasillo intentando recordar en cual aula tengo que dar la clase, pero entonces el director Brown me espera con los brazos cruzados y con la mirada más seria que cualquiera de sus caras anteriores. Me detengo y lo miro nervioso porque estoy seguro de que allí viene un tremendo sermón.

—Es inaceptable que, a estas alturas, tú estés llegando 30 minutos tardes en el primer día a clases. Quiero una buena excusa para no reportarlo a recursos humanos, entrenador York. —dice seriamente el director Brown con los brazos cruzados.

—Bueno... lo que pasa es... yo...

—¡Sin rodeos! —me grita.

—La verdad es que se me ha olvidado en encender la alarma para despertarme, digamos que ayer en la noche me pasó algo y me trasnoché. Será la última vez que pasará, se lo prometo—digo mirando mis manos esperando de que me perdone. Escucho que da un suspiro de resignación.

—Trevor, este año será tienes que iniciar con los pies en la tierra. Estos chicos necesitan a un mentor, no a un tonto que llega tarde. Espero que sea la última vez que haces aquello, entra al aula ahora antes de que esos muchachos hagan un caos.

Asiento y entro al aula, los chicos estaban esparcidos por toda el aula hablando sobre sus vacaciones. Camino hacia mi escritorio y dejo mi mochila sobre él, miro con determinación el aula y me fijo de que Matt se encontraba en una esquina con su cabeza cubierta por su abrigo, Ashley estaba en la parta delantera como de costumbre y podía ver caras nuevas dentro del aula. Tomé mi silbato, inhalé todo el aire que mis pulmones podían resistir y exhalé todo el aire en el silbato provocando el sonido agudo que todos odiaban, haciéndolos estremecer y quedarse callados.

Todos rápidamente volvieron a sus asientos, muchos sonreían por verme... creo que me extrañaron un poco.

—Buenos días, alumnos... para los que no me conocen, soy el profesor de educación física y el entrenador de la escuela. Mi nombre es Trevor York, pero obviamente pueden llamarme entrenador. Muchos hemos escuchado la frase "Borrón y cuenta nueva" pues este año escolar es justamente eso. Dejaremos todo atrás para volver a iniciar desde 0, la ventaja de aquello es que necesitamos iniciar bien este año... sus calificaciones deben de mejorar, muchos saben que es su último año—digo caminando de un lado a otro—Y estoy seguro de que será un excelente inicio de año. —un alumno levanta la mano, parece ser nuevo. Le doy la palabra para que pueda hablar.

—He escuchado que salieron muchos jugadores del equipo, ¿se hará algo para ocupar el hueco?

—Interesante pregunta... confirmo que por el momento han salido 10 alumnos del equipo de fútbol americano, incluyendo a nuestro mariscal de campo. Desde mañana iniciaré con el reclutamiento, no se desesperen por favor, que, como cada año, siempre entro más que lo que faltan. Bueno... sin nada más que decir, iniciaré con el tema principal para iniciar las clases de educación física.

Después de dar clases a dos cursos, me dirijo al vestidor para poder llenar los balones, mañana pienso iniciar con los entrenamientos y no quiero perder el tiempo. Camino por el pasillo, muchos alumnos me saludan y yo les sonrió. Entré al vestidor y enciendo el interruptor que se encontraba en la pared para iluminar este lugar.

Camino hacia el gran canasto donde estaban todos los balones y sorprendentemente había balones nuevos. Sonreí satisfecho por aquello. Siento que alguien se coloca detrás de mí, giré media vuelta y me encuentro con Matt, quien me miraba sus manos temblorosas.

—Hola, entrenador... yo... yo quiero disculparme por mi comportamiento tan inapropiado... estaba confundido y muy mal. Me pasé todo el verano en terapia con un psicólogo y me había dado cuenta de que me comporté muy mal—dice con la voz temblorosa—Usted dijo que habrá borrón y cuenta nueva este año... me encantaría seguir en el equipo.

—Es imposible—le contesto tajantemente—Después de tu comportamiento, dudo mucho aceptarte en el equipo.

—Pero entrenador... si no estoy dentro del equipo no podré recibir una beca deportiva. Sabe muy bien que este año vienen muchos representantes de diferentes universidades. Por favor... necesito estar dentro, sabe lo importante que es esto para mí. —dice la última frase en un hilo de voz.

—Matt, tengo todo un año para pensar que haré contigo. No entrarás al equipo de fútbol americano—digo dándole la espalda.

—Por favor... se lo suplico... necesito esa beca. He aprendido de mis errores, por favor, éntreme al equipo. Es que...

—¡Tenías que pensarlo mejor cuando me faltaste al respeto! —lo interrumpo verdaderamente molesto—Matt, por favor, vete del vestidor. Ya te dije que no voy a permitirte entrar en el equipo.

—¡Es que no sé qué más hacer! —me grita—¡No sé hacer nada más que jugar! No tengo las excelentes calificaciones para obtener una beca en una universidad, mi padre... mi padre se acostaba con otra mujer y dejó a mi madre, él ni se preocupa en hablarme. Mierda, lo entiendo, entiendo que me odia por lo que hice, pero estoy aprendiendo a valorar más las cosas y si no obtengo esa beca deportiva seré un don nadie. Usted siempre ha dicho que todos merecemos una oportunidad, por favor... necesito esa oportunidad.

—Matt...

—¿Qué tengo que hacer? Dígame y lo haré—dice con desesperación, entonces me volteo y este se arrodilla ante mí—Se lo suplico, yo no volveré a faltarle el respeto y si lo hago puede votarme del equipo... por favor entrenador York... necesito la beca... no quiero ser un fracasado...

—En la banca... estarás en el equipo, pero en la banca. Tu puesto de corredor será remplazado hasta que me demuestres que puedo confiar en ti otra vez. Ya no más discusiones y párate de allí... no hace falta que hagas eso. —digo cruzándome de brazos.

—Muchas gracias, entrenador—dice levantándose del suelo—Le prometo que lo impresionaré... voy a arreglar las cosas.


El día hacia concluido, me despedí de algunos alumnos que se encontraba en la entrada de la escuela esperando a sus padres mientras yo apenas salía para dirigirme al gimnasio y volver con mi rutina diaria. Tomo mi celular y marco el número de Hayley, no hemos tenido una conversación estable desde que se ha ido dejándome con la duda de que porque Calvin fue a comer pizza en la noche en su recamara. Y apenas pudo decírmelo para luego despedirse deseándome suerte en mi primer día de clases.

Hola, cariño—me saluda Hayley con su voz hermosa.

—Hola, preciosa. ¿Cómo estás?

Bien, estoy comiendo algo... ¿Cómo te ha ido en tu primer día de clases? —pregunta atentamente.

—Cansado, tuve que organizar muchas cosas, pero fue divertido volver a ver a los chicos... piens...—pero me quedo callado al escuchar que un tipo le habla a Hayley desde el otro lado de la línea... mierda. —¿Estás comiendo con el tipo?

Así es... me invitó... Trevor ¿te puedo llamar más tarde? —era como si me hubiesen dado una patada en la entrepierna. Aprieto mi mandíbula y cuelgo la llamada.

—Mierda—me paro en seco mirando mi celular. Ese tipo se iba a aprovechar de la situación... ¿Cómo Hayley podía aceptar cada cosa que ese tipo le diga? ¿Por qué está comiendo con él como si fueran amigos? Mierda...

De repente llegaste a mí © EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora