Un Trevor ebrio

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Dicen que el amor de tu vida aparece cuando menos te lo esperas, cuando crees que todo está perdido

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Dicen que el amor de tu vida aparece cuando menos te lo esperas, cuando crees que todo está perdido. ¿Quién podía a decir que iba a conocer el amor de mi vida cuando alguien me había rodo el corazón?

Haber conocido a Trevor ha sido lo mejor que me ha podido pasar. Solo puedo decir que Trevor es el hombre que toda mujer necesita y quiere, es un hombre con un enorme corazón y lo sé porque me lo ha demostrado una y otra vez.

Ya había pasado dos semanas que Trevor y yo vivíamos juntos, debo de admitir que todo ha sido como un sueño hecho realidad. Ambos nos comprendíamos muy bien, manteníamos nuestros espacios, también nos dedicamos en hacerle una remodelación en la sala de estar, cambiando el sofá, los muebles y por último el comedor.

Ahora el apartamento de Trevor estaba tomando una apariencia más acogedora y familiar, una apariencia que verdaderamente indica que hay una pareja viviendo allí.

Estaba mirando a Trevor, quien se estaba vistiendo para asistir a la despedida de soltero de Liam. Aquello me ponía un poco nerviosa porque sabía que Liam tiene una forma de celebrar sus cosas a lo grande, aunque también confío en Trevor, él es la persona más leal que he conocido.

—¿Cómo me veo? —pregunta dándose la vuelta hacia mí, lo miré de arriba hacia abajo. Llevaba una camisa de color negra con unos pantalones vaqueros, unos zapatos de color negro. También se ha peinado hacia atrás dejándolo completamente atractivo.

—Te ves hermoso—digo levantándome de su cama y acercándome a él. —¿Te portarás bien?

—Te lo prometo. —Trevor lleva sus manos a mi cintura—No tardaré mucho, mañana es la boda de Liam, no quiero que una dama de honor como tú tenga a un moribundo caballero.

—Me alegro escuchar aquello, tú diviértete y no llegues tarde—digo dándole un beso en la mejilla.

—¿Qué harás en mi ausencia?

—Alice y yo beberemos vino, en dos días se irá a Colombia junto a Richard. Realmente Richard ha atrasado el proyecto para quedarse para la boda de Liam. —digo animadamente.

—Bien, pues te veo luego. Tú también pórtate bien. Te amo—me da un beso fugaz en los labios y sale de la habitación dejándome sola.

Alice miraba detenidamente la sala de estar mientras le daba un sorbo a la copa de vino blanco que le había servido. Me acomodé en el sofá y la observe con una sonrisa, ella me mira y me sonríe.

—Debo de admitir que su apartamento es mucho más grande que el tuyo. ¿Cuándo se casaran?

—No lo sé, cuando estemos preparados. La verdad es que nos sentimos a gusto como estamos. —digo dándole un sorbo a mi vino.

—¿Quién no estar a gusto viviendo como ambos están ahora? Y ¿Cómo le va a él en su nuevo empleo en los fines de semanas?

—Pues se está adaptando, son nuevas reglas, nuevo horario... pero sé que le encanta lo que está aprendiendo. Me alegra mucho saber que ya está siguiendo hacia adelante—Alice asiente.

—¿No te molesta que trabaje los días que mayormente estás libre? Digo, lo que más quieren los novios recién mudados es pasar todo el día juntos—Alice se acomoda en el sofá.

—No me molesta ni en lo más mínimo, compartimos mucho cuando regresa del trabajo y pasamos tiempo juntos...

—En la cama, claro—dice Alice riendo, dejo escapar una pequeña risa y la miro fijamente.

—¿Y tú? ¿No hay ningún hombre por allí que no me has contado? —digo mirándola con los ojos achinados, Alice se ruboriza un poco y mira hacia otro lado intentando ocultar su rubor. —No me lo puedo creer... ¿de quién se trata? ¿Lo conozco?

—Me gusta alguien, pero es complicado. Cosas complicadas en mi mundo.

Me quedo con ganas de escuchar más, pero también sé cuando Alice quiere hablar sobre ello o no y en esta ocasión ella no quiere contarme nada sobre el misterioso chico con quien se está viendo.

—¿Y tus padres? ¿Qué han dicho sobre la mudanza? ¿Te echan de menos?

—Ya sabes cómo son mis padres. Muchas personas dirían que es algo absurdo, pero lo cierto es que mi familia y yo somos muy unidas, llevamos muy bien ese título. —digo mirando mi copa.

—Entonces... ¿La joven Ashley se ha quedado con tu casa? —pregunta mordiendo su labio inferior intentando aguantar su risa.

—Pues sí y está muy contenta con ello. No me quejo, ella se lo merecía y creo que es una buena forma para que tenga independencia.

Pasamos una gran parte de la noche hablando sobre trabajo, sobre cuando nos habíamos conocido y también chismeando unas cuantas historias que han pasado dentro de la empresa, ya la media noche había llegado, por lo cual Alice se despide de mí dejándome completamente sola.

Trevor me había prometido que no iba a tardar mucho, por lo que me preguntaba que estaría haciendo... Liam me había invitado a la fiesta de soltera de su novia, pero esta y yo ni siquiera nos dirigíamos la palabra, por esa razón rechacé la invitación.

Me levanto del sofá y camino hacia mi habitación. Me dejo caer en la cama y cierro los ojos con la esperanza de que todo esté bien con Trevor, solo espero que se porte bien con la alocada fiesta de despedida de Liam.

Abro los ojos lentamente, miro el reloj y veo que son las 2 am, me siento en la cama y me fijo que Trevor aun no ha llegado, doy un suspiro levantándome de la cama. Camino hacia la puerta de la habitación y salgo de ella para dirigirme a la sala de estar, entonces en ese mismo instante veo como la puerta se abre, hasta que al fin llega.

Trevor entra y cierra la puerta tras de él. Camina un poco tambaleante hacia mí y me mira sorprendido.

—¿Qué haces despierta? —dice con la voz ronca.

—Pues me acabo de despertar. No pensaba que llegaras ahora—Trevor me sonríe bobamente y camina hacia mí en plan seductor, algo que me causaba bastante gracia.

—Te vez muy guapa—dice Trevor llevando su mano a mi cintura.

—Y tú muy ebrio—digo, pero entonces el olor a alcohol llega a mi nariz y también el olor a tabaco... o algo así, era un olor asqueroso que no podía tolerar. —¿Fumaste?

—Solo un poco de yerba, Liam insistió un poco. —lo miro sorprendida, ¿Trevor fumando yerba? Jamás lo vi venir.

—Creo que es suficiente por hoy, muchacho. Vamos a darnos un baño frío para quitarte esta peste y luego nos dormiremos. ¿Qué te parece? —digo, sabía muy bien que mañana iba a ser un día muy cargado y no quiero que Trevor luciera como un loco.

—La fiesta fue una locura—dice Trevor mientras ambos caminábamos abrazados hacia la habitación. —Te juro que Liam es todo un maldito, la fiesta era muy... fuerte, pero pude sobrevivir a los obstáculos y mira, aquí estoy.

—Sí, todo ebrio y drogado. Mañana será un largo día, mejor vamos a darle la ducha rápida para dormirnos...

Ahora tenía que hacerme cargo de un Trevor ebrio, pero lo cierto es que me alegro un montón que ha llegado sano y a salvo.

De repente llegaste a mí © EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now