Capítulo 27: OMG

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—Wow, eso fue...

—Increíble— me interrumpió.

No sé en que estaba pensando cuando decidí tener sexo con Black Soul dentro del baño de un avión. No lo sé. Pero no me arrepiento. Si fue increíble en estas circunstancias, no me imagino lo que será en la cama.

*

¡Sólo te pido que no grites!

—Vamos, Mía, habla ya.

—Me acosté con Matthew. Bueno, en realidad no me acosté literalmente...— no pude seguir porque los gritos de Cat me interrumpieron del otro lado del teléfono.

—¡OMG! ¡OMG! ¿Estás bromeando?

—No.

—¿Cuándo sucedió esto? ¿Y en dónde? ¿En su casa o en la tuya? ¿Se cuidaron no? ¿Con qué fruta compararías el tamañ...— la interrumpí antes de que siga con esa pregunta.

—Cat. Basta. Si sigues hablando tan rápido no podré contestar a ninguna de tus preguntas.

—Lo siento. Prometo no interrumpirte— tomé aire y me recosté en el sofá.

—Bueno, sucedió hace algunas horas y no fue ni en su casa ni en la mía. Fue en el baño del avión y sí, por si te lo preguntas, es muy incómodo. Sí nos cuidamos y no voy a responder a tu última pregunta.

—Bien, ¿y cómo fue? ¿Estuvo malo, regular, bueno o excelente?

—Increíble. Superó a todos los anteriores.

—Bueno, teniendo en cuenta que solo has dormido con Travis creo que eso tiene sentido. ¿Cómo fue todo después de eso? ¿Tenso? ¿Normal? ¿Ardiente?

—Oh por Dios Cat, pareces una periodista.

—Me preparo para la universidad. Ah, y tocando el tema, debo contarte algo, luego hazme acordar.

—Está bien. El clima después fue algo incómodo, pero creo que ni a él ni a mi nos molestó. Salir del baño sin levantar sospechas fue toda una odisea y en ese momento nos reímos y la pasamos bien. Luego cada uno volvió a su asiento, nos dormimos y el resto del camino fue en silencio.

—¿Y al llegar que hicieron?

—Él me dejó en mi casa y dijo que tenía que hacer unas cosas. Se fue y creo que todavía no ha vuelto— hice una pausa y miré por la ventana. Ya había anochecido—. ¿Qué querías contarme?

—En cinco semanas abren las inscripciones para aplicar en la Universidad de Oxford. Y por si no lo recuerdas prometimos hacer esto juntas desde que teníamos doce años...— dijo Cat en tono amenazante.

—Lo sé. No he cambiado de opinión. ¿Tú si?

—De ninguna manera. Aunque deba pasar sobre el cadáver de mi padre— solté una carcajada y puse otra cucharada de helado en mi boca.

—Deberías volver a haber con ellos, ya sabes cómo s...— no pude terminar de hablar ya que unos golpes en mi puerta me interrumpieron. Me asomé por la ventana y lo vi, apoyado contra el árbol con las manos en los bolsillos. Mi corazón comenzó a latir rápidamente—. Debo irme Cat, te llamo luego.

Colgué antes de que Cat pudiera protestar. Me acerqué hasta la puerta y la abrí despacio.

—Hola— me saludó Travis del otro lado de mi puerta. Quiso acercarse a darme un beso pero me alejé.

—Hola—le contesté.

—¿Puedo pasar?

Miré hacia atrás, pensando una excusa y le respondí:

—No. Mi padre llegó de excursión hace un rato y dejo todo sucio. Tengo tierra hasta en las orejas.

—Entonces, ¿qué te parece si vamos a cenar a algún lado? — preguntó decepcionado. Lo miraba y lo único que me transmitía era desconfianza.

—No puedo Trav, tal vez otro día.

—Vamos Mía, ¿te comportas así por lo del otro día?— me interrogó mirándome a los ojos. Me quedé callada—. Fue solo sexo casual. Y sí, a mí me gustaría que volvamos a ser algo, pero si no quieres te respeto. Sólo quiero acompañarte por qué sé que estás sola y sé lo mal que la estás pasando— sus palabras me movilizaron. Él estaba siendo sincero, lo sabía. Pero igualmente prefería tomar un poco de distancia.

—Lo siento, hoy de verdad estoy ocupada. Lo dejamos para otro día, ¿te parece?

—Está bien. Nos vemos— dijo en un tono enojado y comenzó a marcharse. Cerré la puerta y me dirigí hacia la cocina a guardar el helado. Volvieron a tocar la puerta y puse los ojos en blanco. ¿No podía conformarse con un no?

—¿Qué pas...— me detuve al ver a Matthew del otro lado. Antes de siquiera poder saludarlo se me abalanzó y pegó sus labios con los míos, formando un beso desesperado.

Cerré la puerta y le correspondí. No podía controlarme cuando se trataba de él. Me acorraló contra la pared y acarició mi cintura por debajo de la ropa. Pasé mis manos por su cabello y nuca, acercándolo aún más a mí. Se separó para buscar aire y mirándome me dijo:

—Hola.

—Hola— saludé con una sonrisa. Nos miramos a los ojos y los dos transmitíamos lo mismo. Deseo.

Volvimos a unir nuestros labios pero esta vez de una forma más tranquila. Enrollé mis piernas en su cintura y él me sostuvo agarrándome por el trasero. Abandonó mis labios y comenzó a bajar hacia mi cuello en donde me produjo una mezcla de dolor y placer mientras me marcaba.

Bajó las escaleras hasta mi habitación aún conmigo en brazos y sin encender la luz nos acostamos sobre la cama.

Nos volvimos a besar una y otra vez- y no solamente en los labios- a medida en la que nuestra ropa comenzaba a desaparecer. Una vez completamente desnudos, nos fundimos y nos dejamos llevar por el deseo y el placer.

Black Soul   |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora