Black Soul |Completa|

Capítulo 57: El final de Sonia

—¿Entonces, este está bien?— preguntó Matthew acomodando el cuello del esmoquin.

—Perfecto— dije con una sonrisa en los labios.

Minutos después Matt salió del cambiador y pagó su traje. Luego de insistirle mucho dejó que yo pagara el vestido negro que me había comprado.

Salimos de la tienda ya con nuestros atuendos puestos. Black Soul llevaba un traje negro oscuro que hacía juego con sus ojos. Una camisa gris y un moño negro adornando su cuello. Yo, por mi parte, había optado por un vestido más conservador. Era negro y largo, con mangas largas y cuello alto. Me coloqué unos tacones también negros y até mi cabello en una cola alta.

Esperamos nuestro coche mientras fumábamos un cigarro. La noche estaba agradable a pesar del frío y la gente paseaba de un lado al otro sobre la peatonal. Minutos más tarde Fred nos recogió con su camioneta y nos llevó a la fiesta que el señor Davenport hacía en memoria de su esposa, Sonia.

Aparcamos frente a la lujosa mansión, que a pesar de las circunstancias seguía luciendo tan llamativa como antes. Había flores por toda la entrada y de fondo sonaba una música clásica que transmitía una sensación triste al escucharla. Bajamos del auto y tomados de la mano, subimos las escaleras con destino a la puerta.

—Bienvenidos— nos dijo el mayordomo, con una nostalgia que se notaba inclusive hasta en su hablar. Un recuerdo de su persona alegre, recibiéndonos a la casa hace un par de meses inundó mi memoria.

—Gracias. Lamentamos mucho su pérdida— habló Matthew golpeándole el hombro. Asentí con la cabeza y miré hacia el frente.

Un gran grupo de personas se encontraba en el salón. La mayoría adultos, vestidos de negro con ropa elegante y prolija. Había camareros que servían copas de vino y ofrecían algunos canapés a los invitados. En el centro se encontraba un gran cuadro, con una fotografía del rostro de Sonia, rodeado de una gran cantidad de flores.

Logré visualizar a Cristian Davenport en el medio de la habitación, mirando el cuadro con una nostalgia que inundaba todo su cuerpo. Con un leve golpecito en la cintura, Matthew nos dirigió hacia él.

—Señor Davenport, lo sentimos mucho. Sonia era una mujer encantadora— dijo Black Soul en el intento de ser cordial.

—Lamentamos mucho su pérdida, en verdad Cristian— le dije, mirándolo de frente. Por más de que sus ojos conectaron con los míos, su mirada estaba completamente perdida.

—Gracias. Realmente su muerte fue algo tan inesperado que no lo había imaginado en ningún momento de mi vida. No sé cómo hacer para seguir sin ella— hizo una pausa y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas—. Si me disculpan— habló por última vez antes de retirase.

Matthew y yo paseamos por la sala, saludando a algunas personas y probando distintas rarezas que había para degustar. Recordé a Sonia como una mujer conservadora pero simpática, correcta y sobre todo alegré, y me pregunté qué le había pasado para terminar de esa manera.

—Mía— me dijo Matthew completamente serio, quitándome de golpe de todos mis pensamientos.

—¿Qué?— pregunté un tanto asustada.

—No veo la hora de poder quitarte ese vestido.

Me reí con una carcajada llamando la atención de todos a mi alrededor. Inmediatamente me sonrojé y no por el hecho de que todas las miradas estuvieran puestas en mí.

—¿De qué te ríes?— preguntó él cerca de mi cuello—. Realmente no estoy jugando, pelirroja.

Levanté las cejas ante su cercanía y tomé un vaso de whisky de una de las camareras que pasaba por allí.