Capítulo 95: Despedidas

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—¿Has estado llorando?— preguntó Cat del otro lado de la pantalla.

Los días habían pasado y, de a poco, iba sintiéndome algo mejor. Aunque todo seguía siendo complicado, Matthew y yo intentábamos esforzarnos al máximo para sentirnos mejor. Luego de la noticia de Christine y Jamie, había estado decaído y triste la mayor parte del día. Pero aún así, intentaba esconderlo para que yo no me contagiara su angustia.

Ojalá hubiera podido decirle que la notaba, y también, que la sentía.

A pesar de ello, haberme sincerado con Matthew para contarle todo el infierno que había vivido, logró quitarme un gran peso de encima. Hacerlo fue, claramente, muy duro. Para ambos. Pero luego, pude confirmar que fue la mejor decisión que tomamos; tanto para él, al escuchar cómo se convertía en realidad su peor pesadilla, y como para mí, al compartir en voz alta por primera vez mis peores recuerdos.

Cat seguía sin conocer gran parte de la historia. De hecho, me había encargado de cubrir cada uno de los puntos ciegos para que no descubriera la verdad. Sentía que aún no estaba lista para contárselo, y que siquiera ella estaba lista para oírlo.

—No— mentí, rebuscando en la heladera algo que comer—. Llevo un par de noches en vela, estoy terminando de preparar los últimos trabajos que me resta entregar.

Sostuve entre mis manos la manzana que había hallado y le entregué un mordisco, a la vez que observaba con atención la mirada atenta que Cat ponía sobre mí.

—Lo sabes, Mich. No puedes mentirme— habló chasqueando la lengua—. Suéltalo.

¿Qué mentira rápida puedo inventar para despistarla? Pensé mientras masticaba la manzana.

—Hemos peleado, con Matt. Tonterías, tú sabes, una cosa llevó a la otra y terminamos gritándonos en el medio de la noche— murmuré—. Espero que cuando regrese, podamos solucionarlo.

Cat pareció aceptar mi mentira. Continuamos hablando durante un rato más, ultimando los detalles que quedaban para nuestra mudanza.
Cada vez faltaba menos, y ya daba por seguro que abandonaría Asterville en menos tiempo del que quería. Pero intentaba convencerme a mi misma de que todo funcionaría más que bien; de una vez por todas tendría la vida que me merecía. Aunque me faltara la parte más importante para completarla.

—¿Se lo has dicho a Matthew?— preguntó con la voz temerosa refiriéndose a un tema que solo nosotras dos conocíamos.

—No. Y aún no sé cuándo lo haré.

Black Soul llegó algunas horas más tarde. Había estado escabulléndose varias veces a la semana para reunirse con el jefe y los integrantes de The Crown. Aún continuaban planeando el gran ataque, pero Matthew había decidido hacerme a un lado. Por una parte lo entendía, ya había tenido suficiente. Pero otra parte de mí deseaba estar al tanto de todo, conocer cada movimiento que se aproximaba. Tal vez, para dormir más tranquila por la noche, o simplemente para que no me volviera a agarrar desprevenida.

—Traje comida china— gritó Matthew una vez que atravesó la puerta. Sonreí ante su llegada y lo observé con atención.

—¿Cómo te ha ido?— pregunté en un susurro, quitándome los restos de lágrimas que habían quedado sobre mi rostro.

—Se podría decir que bien. Estamos avanzando en ello— respondió, y me entregó una mirada que me hizo saber que había notado mi gesto—. Maisie te manda saludos, y dice que cuando todo termine, deben salir a beber el café que les quedó pendiente.

—Por supuesto—contesté, ayudando a Matthew a poner la mesa.

Coloqué los vasos y me acerqué a retirar la comida china de la bolsa de madera. Simultáneamente, Matthew también intentó hacerlo y nuestras manos terminaron enredadas dentro de ella. Nos quedamos algunos segundos en silencio, envolvió su mano sobre la mía y las llevó hasta la parte central de su pecho.

Black Soul   |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora