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[✓] Editado

Sarah's Pov

—Bueno, tartaja, para no molestarte más iré a sumergirme en todas las cajas qué no abrí, así encontraré mi bicicleta  —me puse a pensar si era una buena idea, no sonaba muy bien—, supongo.

—P-pero no me m-molestas, en lo absoluto —sonrió el castaño tímidamente.

«Sarah, no la cagues» me amenacé mentalmente

—Gracias, Billy. Te veo luego —me despedí para luego dirigirme hacia mi casa

—¿Ya llegaste?

—Si, mamá.

—¿Cómo te fue... —dijo para luego acercarse más a mí—... con tu futuro novio?

—¡Mamá, Bill no es mi novio!

—Te estoy haciendo una broma, no te pongas histérica —se quejó ella—. Ni qué te hubiese venido

—No es una simple broma —hablé bufando por su comentario—. ¿Sabes dónde está mi bicicleta?

—Quizá en el garaje.

—Está bien, ¡gracias!

. . .

Luego de más de quince minutos, había terminado de encontrar y limpiar mi amada bicicleta.

—¡Eh, mamá! —exclamé llamando su atención— Está como nueva.

Claro, estaba super orgullosa de mi trabajo y claramente debía presumirlo.

—¿Lo hiciste tu sola —preguntó inspeccionando el vehículo graciosamente—, o te ayudaron unos duendes mágicos?

—¿Sabes qué? —la miré con fastidio falso— Deberías dedicarte a la comedia, eres realmente buena con eso.

—Lo tendré en cuenta, gracias por la recomendación —reímos por las estupideces que dijimos—. La señora Denbrough nos invitó a cenar.

—¿Le dijiste que sí, verdad? —pregunté expectante y ella asintió— Pues, está bien. Tengo que irme, los chicos me esperan.

—Nos vemos más tarde —sonrió y le devolví el gesto al ver que no iba a hacer ningún comentario—. Después cuéntame qué pasa con tu nuevo novio.

Le saqué el dedo del medio y me fuí corriendo con mi bicicleta antes de acabar muerta.
Rápidamente toqué tres veces en la puerta de los Denbrough y Bill la abrió sonriendo.

—Hola tartaja —bromeé mientras que él me miró mal para luego reír junto a mí.

—¿Ya estás li-lista?

Me frené sobre mis pies dramáticamente para después mirarme a mi misma de arriba a abajo.

—Creo que lo estoy —hablé con gracia yendo a tomar mi bicicleta—, ¿tú que dices? ¿¡Ya viste!? ¡Encontré mi bicicleta! Soy una muy buena buscadora de basura, ¿tú que crees?

Él me miró extrañado haciéndome soltar una carcajada.

—P-pienso que e-es geni-nial.

—Estoy bromeando, tontito. ¡Vamos con los demás idiotas!

Nos subimos a nuestras respectivas bicicletas y comenzamos a andar, yo siguiendo al castaño ya que no conocía dónde quedaba la casa de Eddie ni el lugar hacia donde iríamos después, por eso trataba de prestarle atención al camino y así poder venir algún día sin ayuda de alguien más.

una nueva loser ; bill denbrough Where stories live. Discover now