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Sarah's Pov

Sin escuchar los gritos de los demás, la seguí con desesperación, entrando a una habitación sumergida en la oscuridad.

—¿Betty? ¿Estás aquí?

Al no escuchar respuesta, me volteé viendo como el resto me miraba con preocupación en el final del pasillo. Una vez que estaba a punto de salir, la puerta se cerró de golpe.

—Mierda —musité con fastidio—. ¡Chicos, ayuda! ¡Ayúdenme a abrir la puerta!

Exhausta, me volteé, sentándome contra la puerta. Un globo rojo comenzó a flotar hacia mí, haciéndome asustar por enésima vez en el día.

—No eres tan fuerte sin tus amiguitos, ¿verdad Sarita? —escuché aquella maldita voz

—¿No te cansa joder con ser mi padre? —bufé con fastidio— ¿Estás demostrando la inexistente vida sexual que tienes o que?

El que se suponía era mi padre, ahora era el bendito payaso de dos metros y medio.

—Te crees muy graciosa, Sarah.

—Gracias, querido. Me halagas —reí con ironía—. Eres realmente patético, ¿no te parece estúpido querer joderles la vida a unos adolescentes?

Por enésima vez, me tomó del cuello, elevándome en el aire.

—¿No te cansas de intentar matarme? Patético.

—Pequeña y dulce, Sarah. Siempre con tan buenos modales —rió chillonamente—. ¿Quieres venir a flotar con papi?

Me soltó, haciéndome caer en el piso, para luego señalar a mi "padre" flotando entre globos.
Abrí la puerta con rapidez, huyendo de aquella estúpida escena.
Llegué a una habitación con tres puertas, donde Richie y Bill se encontraban.

—¿Dónde está Eddie? —pregunté con preocupación al no verlo por ningún lado

Ellos me explicaron que por diversas razones se separaron, quedando encerrados en distintas habitaciones y cuando al fin pudieron salir, Edward estaba desaparecido.

"No da miedo", "da miedo" y "da mucho miedo" pude leer en las puertas escritas con lo que parecía ser sangre.
Nos miramos en busca de aprobación, y decidimos abrir la primera, encontrándonos con una habitación a oscuras. Bill presionó un interruptor, y una luz se prendió, enfocando el cuerpo de Betty Ripsom sin sus piernas.

Luego de tranquilizarnos ante tan horrorosa escena, volvimos a abrir la primer puerta, y ésta vez, un pasillo se encontraba allí. Comenzamos a guiarnos por los gritos de Eddie en algún lugar de la casa.
Al abrir la última puerta, pudimos observar a Kaspbrak tirado en el suelo, con el payaso a punto de comérselo, pero éste dejó de hacer lo que estaba haciendo para dirigirle una mirada llena de tristeza a Bill.

—¿No soy real para ti, Bill? ¿No lo soy? —se secó una lágrima falsa— Fue muy real para Georgie.

Corrimos con desesperación hacia donde Eddie se encontraba, mientras que comenzábamos a gritar al ver como Eso se nos acercaba cada vez más, con sus grandes y largas garras.
Sin esperarlo, Beverly llegó con los demás, clavándole un metal a Eso en la cabeza.

Éste empezó a dar vueltas cómo si de un loco se tratase, rasguñó a Ben, haciendo que cayera al piso y luego huyó por una puerta.

—Richard, no me toques —amenazó Eddie al ver cómo el pelinegro lo tomaba del brazo—. ¡Te dije que no me to...!

Un agudo grito nos hizo hacer entender que debíamos llevarlo al hospital.

—N-nos atacaron, Señora K —intentó explicar Bill

—¡No trates de culpar a nadie! —habló la mujer

Bufé con fastidio, para luego voltearme hacia donde estabs Beverly y preguntarle si podía golpear a la madre de Eddie, recibiendo un "no en público" como respuesta.

Entre toda su dramatización, a la mayor se le cayeron las llaves de su auto, las cuales Bev estuvo a punto de levantar si no fuera porque la idiota comenzó a reprocharle cosas.

—No me toques, Marsh —sentenció tomando sus llaves con brusauedad—. He escuchado muchos rumores sobre ti, no quiero que una sucia como tú, cerca de mi hijo.

—Oh, ¿que sucede? —pregunté fingiendo lástima— ¿Tiene envidia de que ella tenga más vida sexual que usted? Idiota.

Me miró con furia, para luego anunciar que Eddie no se juntaría nuevamente con nosotros, para luego finalmente irse.

Bill llamó nuestra atención, explicando que había descubierto dónde estaba el pozo, y que podríamos volver más preparados.

—¡No habrá próxima vez, Bill! ¡Estás loco! —exclamó Stan con enojo

—¿Por qué? ¡Sabemos que nadie va a hacer nada! —señaló Beverly con obviedad

—¿Que esperan? ¿Fingir que no hay un payaso asesino de niños dando vueltas por Derry? —pregunté con ironía

—¡Por poco mata a Eddie! —habló Richard con obviedad para luego señalar a Ben— ¡Y miren a éste idiota, está goteando salsa de tomate!

—Tú lo dijiste, Ben —verbalizó la pelirroja, mirando al mencionado—. El volverá cada 27 años.

—¡Tendré 40, y muy lejos de aquí! —respondió con simpleza— Pensé que tu también querías irte.

—Quiero hacer algo importante —alzó las cejas diciendo lo obvio—, no huir.

—Perdón, pero ¿quien invitó a Molly Ringwald al grupo? —preguntó con humor el pelinegro, mientras que Marsh le mostraba el dedo del medio— Hay que afrontar la realidad, ¡el mundo real! —exclamó para luego voltearse hacia Bill— Georgie murió, no hagas que nos maten también.

—Georgie no está muerto —refutó el castaño

—No pudiste salvarlo, pero puedes salvarte tú.

—¡No, discúlpate! ¡Estás asustado, al igual que todos! —exclamó Bill con furia, dándole un empujón al pelinegro— ¡Discúlpate, maldita sea!

Richard le devolvió el golpe, haciendo que los chicos los separasen con rapidez.

—¡Son unos perdedores! —vociferó con furia el pelinegro— ¡Y los matará ese maldito payaso!

—¡Ya cállense! —grinté impaciente— ¡Parecen unos malditos niñitos!

—¿¡No lo ven!? ¡Esto es lo que Eso quiere! ¡Separarnos! —explicó Beverly con obviedad— Estuvimos todos juntos cuando lo enfrentamos, eso nos mantuvo con vida.

—Bien, yo planeo seguir con vida —finalizó Richie yéndose bruscamente.

Stan y Ben repitieron su acción, haciendo que sólo quedásemos Mike, Bill, Beverly y yo.

—Mike.

—Lo siento chicos, no puedo hacerlo —nos miró apenado—. Mi abuelo lo dijo, soy ajeno a ésto y seguiré así.

Nos quedamos sumergidos en un abrumador silencio, habíamos peleado y eso no se sentía para nada bien.

—Bill.

—¿Que rayos quieres ahora, Sarah? —preguntó con enojo

—Vete al carajo —insulté con indignación, tomando mi bicicleta para luego largarme de ese lugar.

Oficialmente, El Club De Los Perdedores se había separado.

( ! ) si llegaron hasta este punto se la historia les recomiendo no seguir leyendo ya que la estoy editando y debo agregar capítulos que nos están escritos y probablemente se confundan al leer lo que sigue

una nueva loser ; bill denbrough Where stories live. Discover now