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Sarah's Pov

Nos encontrábamos sentados en los asientos del hospital, esperando a que Bill saliese de la habitación de Georgie.
Tenía un brazo fracturado, y seguramente un trauma de por vida, pero me ponía feliz saber que estaba vivo.

También, pude observar como la felicidad de los padres de Bill volvió a ellos, y parecía que sus malos tratos hacia él desaparecieron. Estúpido, ¿no?

—Sarah —llamó Beverly, llegando al pasillo.

—¿Ocurrió algo? Luces preocupada —pregunté luego de analizarla con rapidez.

Ella me miró, con sus ojos llenándose de lágrimas.

—Tendré que irme de Derry, con mi tía —anunció con la voz temblorosa.

—¿Qué?

—Mi padre está muerto —dijo con sequedad—, no hay ningún adulto que pueda hacerse cargo de mí aquí.

Lágrimas llenaron mi cara al caer en la dura realidad. Mi mejor amiga tenía que irse, y no había ninguna solución.

—Buenas tardes —saludó mamá a la enfermera que se encontraba en el comienzo del pasillo, dónde todos se encontraban, para luego dirigirse hacia nostras—, ¿por qué las caras largas?

Ahora todos habían puesto la atención en nosotras, mirándonos con preocupación.

—¿Qué sucedió? —preguntó Ben con confusión

Beverly se secó las lágrimas y habló.

—Tengo que irme de Derry, ya no tengo familia aquí.

Todos nuestros amigos se pusieron pálidos.

—No, no puede ser.

—Imposible, tiene que haber una puta solución —exclamó Richie con las cejas alzadas.

—No, chicos, no la hay —bufó la pelirroja—. Tendré que irme con mi tía a Portland.

Todo el lugar se quedó sumergido en un tenso silencio, sin saber cómo reaccionar ante tal declaración.

De repente, mamá sonrió, como si algo se le hubiese ocurrido.

—Podrías quedarte a vivir con nosotras —propuso, haciendo que el alma le volviese a Bev —, tendría que hablar con tu tía, ya que de ella depende todo.

—¡Oh, Dios! —exclamó con felicidad— Está afuera.

—Bien, espérenme, ¿si? —nos sonrió levemente para luego comenzar a ir con rapidez hacia dónde estaba la tía de mi amiga

Volvimos a sentarnos, con el ambiente tenso, esperando a que Bill saliera y así podríamos irnos.

"¡Adios Georgie!" pudimos escuchar levemente desde la habitación dónde se encontraba la familia Denbrough, para luego visualizar como Bill salía de ahí.

—¿V-vamos? —preguntó el castaño haciendo que la mayoría simplemente asintiera, sin decir nada, provocando que el entrara en un estado de confusión

Una vez que ya estábamos por subirnos a nuestras bicicletas, unas voces nos frenaron.

—¡Ustedes!

—¡Esperen ahí!

—¿Mamá? —hablé extrañada al verla con otra señora de cabello pelirrojo

—¿Tía? —preguntó Marsh de la misma forma, pero viendo a aquella mujer

—Bev, querida —llamó la tia de Beverly llegando a su lado—. ¿Estás segura de que quieres quedarte con ellas? —la observó con las cejas alzadas— ¿Realmente segura?

—Claro que sí, Sarah es de mi familia —respondió la pelirroja, sonriendo hacia mi.

—Está bien, te quedarás con las Mendes. Pero vendré a visitarte cada verano, ¿si? —Beverly asintió con rapidez— Cuídate, querida. Las veo el próximo verano —se despidió para luego dirigirse hacia mamá y a mi—. Que no le pase nada, por favor.

—Está en buenas manos, nada de que preocuparse —sonrió mamá con sinceridad.

La tía de Beverly se secó una pequeña lagrima, para luego abrazar a la pelirroja, haciendo que ésta sonriera incómoda. Se despidió, para luego subirse a su auto e irse.

—¿Las veo en casa? —preguntó mamá

—Quizás tengamos compañía —respondí mirando a los chicos de reojo, quiénes estaban demasiado perdidos.

. . .

—Eramos adultos, de la edad de nuestros padres.

—Y nos veíamos para la mierda —agregué con diversión, haciendo reír al resto.

—Lo único que recuerdo era que teníamos mucho miedo —habló Marsh con una mueca.

Minutos después de un profundo silencio, Bill tomó un vidrio de alguna botella rota y se levantó de su lugar.

—Júrenlo —nos miró con seriedad—. Juren que si Eso vuelve, nosotros también.

Todos dimos nuestra aprobación ante tal acto, y así comenzó a acercarse a uno por uno, para hacer un pacto de sangre, uno que no podría romperse.

Se acercó a mí, al ser la última, sonriéndome con timidez.

—No va a doler, c-creo.

—No te preocupes, Billy.

Tuve que morderme la lengua para no empezar a insultar en dos mil idiomas diferentes. Creo que el corte era bastante profundo, pero era por una buena causa.

Juntamos nuestras manos, mezclando aquel líquido rojo y provocando que el dolor se hiciera más fuerte. Posiblemente podríamos contagiarnos de alguna enfermedad de transmisión de sangre, pero parece que a nadie le importaba.

—Te odio Bill —sentenció Stanley con seriedad, haciendo que William lo mirase con preocupación. Pero luego comenzó a reír, contagiándonos a todos.

Y así, cada uno comenzó a irse. Stanley, Eddie junto a Richie, Mike y Beverly y Ben.

—Que divertido —sonreí burlesca—, quedamos so-

Sin esperármelo, Bill ya había presionado sus labios sobre los míos.

Si así se sentía el cielo, no quería bajarme nunca.

Profundicé el beso, tomándolo por la nuca, manchando sus suaves mejillas con la sangre de mis manos.

Nos separamos lentamente, como si no quisiéramos que aquel momento terminara.

—Te quiero, Billy —sonreí dulcemente al ver su cara tan de cerca.

—Sarah —tomó aire profundamente—, ¿q-quisieras ser m-mi novia?

—¿En serio lo preguntas? —bromeé haciéndolo reír.

Volví a juntar nuestros labios con más emoción que antes.

—Veamos, Stan y Mike cinco dólares porque se besaron —escuché detrás nuestro—. Beverly, diez dólares porque son novios. No, Eddie, amor de mi vida. No te salvarás de perder la apuesta, son cinco dólares. Pero podría bajar el precio con ciertas cosas a cambio.

—¡No seas idiota!

—¡Y tú! ¡Sarah, querida! —exclamó Richard mientras me sacaba de los brazos de Bill— Tienes que darme quince porque Beverly y Ben se besaron y están juntos.

—¿En serio? —pregunté fingiendo estar sorprendida— Oh, que lastima. Dejé mi dinero en el hospital.

El pelinegro me miró confundido, mientras que yo tomaba a Bill del brazo y comenzamos a correr antes de que Richie me matara por no cumplir con mi apuesta.

—¡Ven aquí, maldita estafadora!

una nueva loser ; bill denbrough Donde viven las historias. Descúbrelo ahora