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Sarah's Pov

—¿Qué quieres comer? —me preguntó Beverly

—¿Cocinamos juntas? —propuse levantándome de su cama

Ella asintió y ambas nos dirigimos a la cocina de su casa.
Decidimos que íbamos a hacer unos simples sandwiches, y así fue.
Estaba terminando de ponerle ketchup al mío cuando el teléfono de la casa comenzó a sonar.

—Bill quiere que vayamos a su casa más tarde —avisó Beverly sin terminar la llamada, para luego mirarme pícaramente—, también quiere hablar contigo.

Reprimí una risa, y tomé el teléfono.

—¿Billy?

—Hey —saludó el tartaja de vuelta—, p-podrías haberme di-dicho que esta-ta-tarías con Bev —rió por alguna razón—. H-hablé con tu madre.

—Santa mierda —exclamé abriendo los ojos—, ¿te dijo algo desubicado? Disculpa, es media bromista.

—N-no te preocupes —suspiró él con diversión—, es diverti-tida.

—Si eso crees —sonreí mientras enredaba el cable del teléfono en mi dedo—, ¿nos vemos más tarde?

—N-nos ve-vemos m-m-más tarde.

Colgué la llamada con una gran sonrisa en mi boca. Beverly, quién se encontraba apoyada en la pared mientras comía su sandwich, me miró divertida.

—¡Oh, Billy! ¡Nos vemos más tarde! —comenzó a reír a carcajadas— Ya dile que te pida casamiento, por favor.

—No sería mala idea —reí junto a ella mientras empezaba a comer mi sandwich —. ¿A ti te gusta alguien?

Ella se sonrojó ferozmente mientras yo comenzaba a reír.

—Creo que me gusta Ben —murmuró pero la castaña la escuchó perfectamente.

Grité y grité con emoción con tan solo pensar en la linda pareja que harían esos dos, haciendo que Beverly se tapase los ojos aturdida.

Luego de unas horas escuchando canciones del más reciente álbum de Queen, y viendo algún que otro programa de televisión, llegamos a la casa del tartaja, quién había reunido al grupo para ver algo en su garaje.

Saludamos a William, quién nos dirigió hacia dicho lugar, comentando que ya todos se encontraban allí.

Saludando a todos, nos sentamos junto a un proyector que se encontraba señalando con su luz a un gran mapa en la pared con las cloacas de Derry en él.

—A-aquí desapareció Georgie —señaló en una parte del Sur del pueblo—, a-aquí encontram-mos el z-zapato de Betty —marcó en la izquierda del mapa — y aquí e-e-encontraron el b-brazo de Pa-patrick —finalizó señalando el lugar dónde se encontraba el molinete—. Y t-todos ést-tos luga-gares desemb-b-bocan en una ú-ú-única parte, en el p-pozo de...

—¡Ya no quiero seguir hablando de ésto! —lo interrumpió Eddie utilizando su inhalador— ¡Es verano, somos niños! ¡Estoy teniendo un maldito ataque de asma! —continuó mientras se dirigía al mapa— ¡Ésto es aterrador!

—¿¡Qué haces!? —exclamó Bill viendo con enojo como Edward intentaba quitar el mapa— ¡Deja eso ahí!

Kaspbrak no tuvo tiempo de responder ya que el proyector comenzó a reproducirse por sí solo, empezando a asustarnos a todos.

Fotos borrosas, que al pasar, cada vez se hacían más visibles, permitiendo ver la escena del momento exacto en el que mi supuesto padre me ahorcaba en aquella madrugada.

—¡Apaguen esa maldita mierda! —vociferé sintiendo mis ojos aguarse

Las imágenes cambiaron rápidamente a fotos de Bill con su familia, hasta llegar a una en la que todos ellos se encontraban mirando sonrientes a la cámara, a excepción de la mamá de Bill, quién tenía todo el pelo en la cara. Pero de repente, las imágenes se comenzaran a enfocar más en ella, haciendo que en cada una, el cabello de Sharon se moviese cada vez más, dejándonos ver a Eso.

—¡Apágalo, Bill!

Cumpliendo nuestras peticiones, Mike pateó el proyector haciendo que todos quedásemos a oscuras, aunque ésto no duró por mucho ya que una esquina de la habitación volvió a estar iluminada, con el payaso ahí presente.
Él comenzaba a acercarse a Beverly, arrinconándola cada vez más.

—¡Abran la estúpida puerta!

La luz logró que Eso se fuera, dejando a Beverly en paz, quién en éste momento se encontraba abrazando a Ben con miedo.

—Y-ya sabemos d-donde está Eso —habló William dirigiéndose hacia la puerta de salida—. V-vámonos.

Todos lo miramos confundidos, sin saber a qué se refería.

—A Neibolt Street —respondió el tartamudo.

—¿¡Después de eso!? —preguntó Stanley incrédulo

—Bill, es verano —comentó Richard intentando hacer cambiar de idea a Bill.

—Vuelve a decir verano una vez más y... —Bill hizo silencio antes de terminar la oración, subiéndose a su bicicleta y alejándose de nosotros

Rápidamente les hice una ademán al resto para que vayamos con él y —muy a pesar de la mayoría— así fué.

—¡Bill, espéranos! —grité al llegar a Neibolt Street

Bill nos miró con desaprobación.

—No era necesario que vinieran, no es lo que ustedes querían ¿verdad? —rió con ironía— Pero, ¿que pasará cuando un Georgie o una Betty, o uno de nosotros desaparezca? —nos miró buscando una respuesta— Para mí, entrar a ésta jodida casa es más fácil que entrar a la mía. Ver el cuarto de Georgie, con sus tontos peluches, juguetes, ¡todo! ¡Está todo! Menos él.

—Wow —musitó Tozier.

—¿Qué?

—No tartamudeó —respondió el chico atónito.

Después, comenzamos a decidir quiénes entrarían y quiénes no.
Al final Richie, Eddie, Bill y yo estábamos observando la terrorífica casa por dentro.
Por el rabillo de mi ojo, pude ver como Richard se encontraba observando un papel con muchos nervios.
Nos acercamos con lentitud hacia él, mientras que el pelinegro nos señaló el papel dejándonos ver que era un cartel de desaparición.

—¿¡Lo ven!? ¡Es mi cara, mi nombre, mi edad, la fecha de hoy! —exclamó con más pánico— ¡El 76, aquí lo dice! ¡Desaparecí!

Bill lo tomó de los hombros para frenarlo con sus insultos.

—Sólo está jugando contigo, quiere que tengas miedo —explicó el castaño haciendo que Richie se relajase—, vamos.

Empezamos a subir las escaleras con temor de lo que podríamos encontrar.

En unos de los pasillos pudimos observar a Betty Ripsom tirada en el piso, suplicando por nuestra ayuda. Cuando ya estaba a punto de tomarle la mano, algo la jaló de las piernas, llevándosela a quién sabe dónde.

una nueva loser ; bill denbrough Where stories live. Discover now