Todo vuelve a empezar

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Cuando Larissa despertó aquella tarde en el sofá, ya que su mejor amiga dormía en su cama. Ella sentía el olor del almuerzo, el cual ya había sido servido horas atrás, pero había quedado en el aire. Creyendo que era cerca del mediodía se desperezó, comenzó a buscar el pantalón que se había sacado en algún momento en la madrugada, y una vez completamente vestida, se dirigió a la cocina. Una vez allí, se encontró con Kara y Lena lavando los platos, sus dos mejores amigas se encontraban sentada frente a la isla de la cocina, pero ambas estaban sentadas de lado, por lo que la isla les quedaba de costado. Su hermano Matt se encontraba frente a la heladera, tomando jugo de naranja del envase. Era una vista digna de una postal, o de una de esas propagandas en las que aparecen las típicas familias perfectas. Larissa carraspeó, lo cual llamó la atención de Harriet y Danielle, la cuales corrieron hasta donde se encontraba la rubia. Ambas chicas abrazaron a Larissa, la cual luego de corresponder al abrazo, comenzó a reír.

-Chicas, solo fue un día, no es como si hubiera desaparecidos durante años -bromeó la rubia con una sonrisa-

-Pero se sintió como una eternidad -respondió la daxamita aún abrazada a ella-

Larissa volvió a reír y sus amigas la soltaron, comenzando a reír con ella. Las tres amigas se sentaron donde las dos castañas estaban anteriormente, y fue allí cuando Kara y Lena se giraron casi al mismo tiempo. Aquella sincronía asustó a la pequeña Danvers, ya que no solía pasar seguido.

-Así que... ¿Hay algo que pueda comer? Muero de hambre -preguntó Larissa en un intento desesperado por dejar de tener la mirada de todos sobre ella-

Kara rió y Lena abrazó a su hija, dejándola confundida

-Entonces... ¿No estaba a punto de ser castigada hasta que tuviera noventa?

-Estamos felices de que hayas vuelto -susurró la mujer de cabello negro a la menor-

-Yo también estoy feliz de ser yo misma de nuevo -respondió Larissa con una sonrisa- Ahora... Que hay de cenar, almorzar... Lo que sea, realmente tengo hambre -comentó riendo-

Kara dejó frente a ella una gran torre de panqueques, llamando la atención de la pequeña rubia. La chica de cabello rubio comenzó a comer, y a su alrededor las conversaciones se reanudaron, creando un pequeño murmullo.

-Entonces... ¿Qué hay? Practica con Alex... Algún experimento... Lucha con aliens... Lo que sea, estoy lista -Dijo Larissa entre bocado y bocado-

Al oír lo que dijo, todas las conversaciones volvieron a cesar y volvieron a observar a la pequeña Danvers, la cual volvió a sentirse incomoda.

-El día de hoy tú no harás nada, ya hablaré con la DEO sobre eso -le dijo Kara- Lena y yo debemos trabajar, pero Danielle y Harriet dijeron que se quedarán haciéndote compañía

-De hecho, yo podría pasar la noche aquí si no les molesta -respondió Harriet, sorprendentemente interesada en la conversación-

-Está bien -respondió Kara con una pequeña sonrisa-

-Yo también quisiera quedarme -dijo Danielle rápidamente, ganándose una mirada poco amistosa de la chica de ojos color avellana-

-Como ustedes deseen -dijo Lena tomando su abrigo y las llaves- Lari, sabes donde está todo, los números telefónicos de urgencia y...

-Mamá, creo que puedo defenderme bastante bien con mis poderes -la interrumpió Larissa-

Lena inspiró mientras apoyaba su dedo pulgar e índice sobre sus sienes, masajeándose levemente. Luego de unos segundos, soltó un suspiró, y al ver que su hija no cambiaba su mirada, observó a Harriet.

-Harriet, ¿Tú sabes el número telefónico mío y de Kara por si algo sucede, verdad? -preguntó Lena, bajando su mano-

-Claro que sí señora Luthor -dijo la anteriormente mencionada-

-¿Por qué no confías en mí? -preguntó Larissa al mismo tiempo-

-Cariño, sabes que te amo, pero tus poderes son algo... Preocupantes -dijo Lena buscando las palabras correctas-

-Lee, debemos irnos ahora, habla después con Lari sobre sus poderes -dijo Kara, observando a su hija y a su esposa-

-Tienes razón, hasta luego -les dijo a las adolescentes antes de depositar un beso en la frente de su hija-

Ni bien la puerta se cerró, Larissa se giró a observar a sus amigas

-¿Y ahora que? -preguntó la rubia-

...

Era cerca de las 10PM cuando Larissa descubrió que su alter ego malvado había guardado varias botellas de alcohol en su mochila. Dos horas más tarde, Harriet se encontraba bailando sola, mientras Larissa la observaba desde lejos. Danielle, sabiendo que ni a ella ni a su otra amiga alienígena le afectaba el alcohol, se resignó a comer Pringles, algo que ella había desconocido antes de conocer a Larissa.
La pequeña rubia no lograba apartar la mirada de su mejor amiga, le gustaba verla moverse al ritmo de la música, o como su cabello quedaba en su cara y Harriet no se molestaba en quitárselo. Le gustaba también lo simple que ella estaba vestida, y como aquello resaltaba su belleza.

-Estoy completamente enamorada de ella -susurró la pequeña Danvers sin haberlo pensado-

-Lo sé, Larissa, lo he notado hace mucho tiempo -respondió Danielle observando a su amiga-

En ese momento, la rubia se giró a ver a su amiga, la cual solamente le sonrió burlonamente.

-No quería decirlo... Sobre lo que dije ayer... -la chica de ojos verdes comenzó a intentar disculparse, pero no sabía por dónde empezar-

-

No tienes nada por lo que disculparte, no te pongas así, se que estabas bajo el efecto del Dendkel verde, y que en realidad no eras tú -respondió mientras intentaba llegar al fondo del envase de las papitas-

-No puedo tomarte en serio mientras haces todas esas caras por una papita -dijo Larissa-

Ambas rieron, y cuando las risas cesaron, Larissa pareció caer en la cruda realidad. Ella, una alienígena, alguien que aspiraba a ser una persona que pelea contra el mal como su familia, alguien con una doble identidad, estaba enamorada de una humana. Una humana que, como cualquier otra, tenía debilidades, puntos débiles, podía morir con solo una bala, o con algo tan simple como una mala caída.
Y eso era lo que más le gustaba a Larissa de ella, el hecho de que a pesar de que la vida humana fuera tan frágil, hubiera personas como Harriet que tuvieran el valor de enfrentarse a cualquier cosa que se les pusiera en el camino. Larissa sabía que su mejor amiga era alguien por quien valía la pena correr todos los riesgos, pero el hecho de que le pudiera llegar a pasar algo en un futuro por su culpa la aterraba.

-Dan ¿Que voy a hacer? -le preguntó a su amiga con preocupación-

-Deberías consultarlo con la almohada -respondió la chica de ojos celestes-

Con esa respuesta, Larissa volvió a observar a su mejor amiga, la cual ahora se encontraba tomando quien sabe que. Mientras vió a Harriet acercarse al dúo, la rubia pensó que era mejor si ella lo volvía a pensar con tranquilidad.

Bueno, se me fue Junio y no llegué a publicar esto, pensaba aprovechar que era el "pride month" para finalmente definir de quien gustaba Larissa. En los próximos días estaré subiendo el próximo capítulo (si hay suerte lo publico entre hoy y mañana)

La hija de supercorpWhere stories live. Discover now