Capitulo 15

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Manuel: Pero en fin quería hacer una última cosa.

Are: Que me vas a hacer?-pregunté asustada.

Manuel: Esto-y sin darme tiempo a nada estampó sus cálidos labios con los míos. Era tan irreal tenerlo frente a mí, creo que me estaba empezando a gustar. No me opuse a el beso, al contario abrí mis labios para darle mejor seguimiento, el tomó mi cintura con sus manos y me tumbó lentamente en el sofá quedando yo debajo de él. Pasé mis manos por su espalda acariciándola, sintiendo sus firmes músculos en mi piel. Su aliento me envolvía a cada instante que pasaba, el beso se iba intensificando cada vez más, el movió su mano de mi cintura a mi espalda pasando por debajo de mi blusa. De pronto recordé a Jennifer y el momento quedó totalmente arruinado. Detuve el beso y me traté de incorporar, pues era difícil con el encima.

Are: Ya Manuel-puse mis manos en su fornido pecho intentando apartarlo.

Manuel: Que sucede Arely?-me miró confundido.

Are: Es sólo que no puedo hacerlo-él se quitó de encima, me levanté enseguida y me fui apresurada hasta mi habitación.

Cerré la puerta son sumo cuidado y me deslicé por ella. ¿y ahora que iba a hacer? Sabía de sobra que el chico me gustaba, y muchísimo. Era tan estúpido que llevara apenas un par de días ahí y ya estuviera así por alguien, alguien que ni por asomo había imaginado encontrarme en mi fatídico traslado. ¿Alguien tenía idea que como evitar que los sentimientos le ganasen a la razón? Era tan confusa la situación que la cabeza comenzó a darme vueltas, gateé hasta la cama y me quedé dormida.

Eran cerca de las 1O :OO cuando desperté. Tenía una manta sobre mí, seguro que Diego la había puesto. Antes que nada decidí darme una ducha caliente, tratando de planear el día, este sería un día nuevo, empezaría como si apenas hubiese llegado y no conociera a nadie. Bueno, sólo como si no conociera a Manuel. Ese era el punto, trataba de huir de todos cuando el problema era él...o yo. Sacudí mi cabeza negativamente mientras las gotas de agua calientes caían sobre mi cabello. Tenía que afrontar todo esto, nunca había sido una cobarde y ahora no iba a cambiar ello solamente por que no quisiera dar la cara. Haría como si nada hubiera pasado y lo ignoraría como si no lo conociera, igual que la primera vez, esperaba que en esta ocasión no se viniera mi plan abajo como la vez pasada.

Diego había hecho el desayuno, se me hizo raro que Manuel no apareciera. Juro que luché contra mis instintos internos, pero no pude evitarlo. Discretamente le pregunté por él.

Diego: Fue a entrenar, con eso de que tiene partido la semana que viene pues tuvo que ir...

Are: Ah si, me comentó algo de eso-traté de sonar lo más casual posible.

Diego: Pues ya sabes, a apoyarlo se ha dicho!-sonrió.

Mi hermano siempre con su optimismo por delante. Vergüenza me daba aceptarlo pero le tenía envidia, envidia de que él se veía tan feliz, de que el sería tan feliz con su futura esposa y yo, tan amargada y pesimista como siempre no lograba llegar a nada.

Diego se fue a un trabajo que había conseguido hace apenas unas semanas y yo me quedé sola en casa. Decidí hacer limpieza general, aunque a decir verdad los chicos eran limpios, no hubo más que recoger un puñado de ropa de cada habitación y meterlo a la lavadora.

¿Y ahora que hacía? Estaba muriendo de aburrimiento ahí

Ya lo tenía, daría una vuelta por allí conociendo un poco la ciudad, tomé una chaqueta y salí del edificio. Caminé un par de cuadras, me encontré un parque donde había banquillos por todos lados, me senté en uno, porque aunque no hubiera caminado mucho andaba totalmente cansada. Recorrí con la mirada el enorme parque lleno de gente, hasta que me encontré con la mirada de alguien más. La chica tendría mi edad quizá, me miraba como si buscara algo, la verdad es que intimida demasiado, rehuí de su mirada enseguida y me puse de pie para regresar a casa. Lo más seguro es que hubiera imaginado todo ese rollo de la chica, ignoré el asunto de todos modos. La casa seguía vacía cuando llegué, ya pasaban de las cuatro de la tarde y nadie se preocupaba por mí, sentí auto lastima. 

Mis pensamientos eran tan patéticos, sacudí mi cabeza intentando alejarlos como si eso fuera posible. Entre tanto me di cuenta que no había comido, así que traté de cocinar, porque eso no se me daba muy bien, filete con papas. Una hora después me estaba deleitando con mi comida, no es que no me hubiera quedado bien, sólo que la comida que yo hacía no era de mi agrado, pero que se le iba a hacer. Manuel llegó poco después de que terminara mis alimentos. Venía con una maleta y ropa de entrenar. Se veía tan sexy. Pero no, me iba a concentrar en lo dicho la noche pasada.

Manuel: Hola!-saludó.

Are: Hola -

Give me everything (ADAPTADA)(Terminada)Where stories live. Discover now