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La luz del sol reflejando entre las ramas de los árboles fue golpeando la piel blanquecina del rostro de Mark mientras esté dormía, el viento soplaba ligeramente manteniendo la zona fresca. Jackson había tumbado la manta gruesa que siempre cargaba en su mochila, recargando a Mark sobre esta con su cabeza en su regazo, el castaño dejaba suaves caricias sobre el pelo enredado del menor sosteniendo sobre sus piernas el peso de la cabeza del menor, sintiendo el subir y bajar de su cuerpo con cada respiración que daba. Lentamente el peliblanco abrió los ojos escuchando el silencio del bosque, las hojas secas moviéndose y el agua dulce fluyendo en el río, algunas aves cantando entre las copas de los árboles y pecesitos de colores saltando en el agua. Su nariz detectó inmediatamente el aroma tan tranquilizante y atrayente de su alfa, el aroma de Jackson a café, dulce y cálido, haciéndolo restregarse en el regazo del mayor buscando sentirlo más cerca.

- Estoy aquí.- el castaño susurró mientras jalaba el cuerpo pálido del menor cerca suyo.

Mark entreabrio los ojos mientras que el alfa acariciaba su espalda con cariño y cuidado, con sumo cuidado, lo hacía sentir valioso y protegido, lo hacía sentir importante aunque fuera sólo un inútil Omega, lo hacía sentir que era importante en su vida. El peliblanco bostezo mientras levantaba la mirada somnoliento hasta observar la perlada sonrisa del castaño, dulce y sincera. Correspondió la sonrisa mientras se levantaban, se quedó sentado sobre la tela blanda y gruesa de la manta bajo suyo, sin sentirse apenado de su cuerpo delgado y curvado.

- Ven.- El castaño le extendió los brazos como a un cachorro y Mark avanzó a gatas hasta él, abrazándolo y permitiendo que este lo acunara entre sus brazos, tranquilizandolo sobre su regazo.- Eres mi pequeño Omega, Mark.- la nariz del mayor se había clavado entre su cuello y su clavícula, causándole escalofríos a Mark cuando sentía sus inhalaciones profundas y los roces de sus labios contra su piel, haciéndolo estremecer mientras ladeaba el cuello dócilmente.

- No me sueltes.- rogó en un hilo de voz casi imperceptible.

- No lo haré.

El peliblanco apretó los mechones de pelo lacio y oscuro de la nuca de Jackson mientras lo olfateaba, sus brazos alrededor suyo eran un sentimiento único, un sentimiento agradable y cálido y así había sido desde que eran pequeños niños jugando a atraparse en el bosque.
La mirada de Mark se posó en un árbol, algo alejado y bastante alto, con una rama rota, una rama que no volvía a crecer y se mantenía rota.

- No me vas a atrapar, cabeza hueca.- gritó el castañito moviéndose hábilmente entre los troncos, corriendo con sus zapatos de cuero por entre el lodo y las hojas, esquivando piedras, ramas y raíces, con el viento agitando su cabello de un lado a otro.

- ¡No me llames así!- gritó el menor persiguiendolo torpemente, tropezando con alguna piedra de vez en cuando y comenzando a acalorarse con su grueso abrigo y sus botas de cuero para la nieve mientras corría.

- ¡Copito de nieve, sí que eres lento!- el mayor sonrió cínicamente mientras alardeaba de su velocidad. El peliblanco hizo un puchero mientras fruncía el ceño e inflaba sus mejillas, corriendo tras él.

- Idiota.- alcanzó a jalar levemente su ropa casi atrapándolo, sin embargo terminó soltando un bufido cuando Jackson corrió a toda velocidad contra un árbol y comenzó a subir por las ramas, haciendo crujir algunas mientras ascendía hasta una rama bastante alta. Mark se quedó en la base del tronco, observando cómo el mayor subía sin ningún problema, sólamente se quedó estático mirándole con vértigo.

- ¿Que pasa? ¿Demasiado para ti?- Jackson, como un niño juguetón, le terminó sacando la lengua a Mark y este volvió a formar su puchero tan característico antes de comenzar a buscar como subir.

Piece Of Me - MarkSonWhere stories live. Discover now