1. Reencuentro.

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Voy de camino a Vigo donde se encuentra mi universidad. Estoy practicamente sola en el tren y creo que ya he escuchado todas mis listas de Spotify. Creo que es hora de presentarme, soy Elena, tengo 22 años y estudio traducción en la universidad de Vigo. Yo no soy de allí, yo nací y me crié en una ciudad del sur de España llamada Murcia y sin lugar a dudas una de mis ciudades favoritas de todo el mundo, por eso me costó bastante abandonarla cuando me dieron la beca para estudiar en el norte.

He sido de notas normales pero los idiomas siempre han sido mi fuerte por eso me metí a esa carrera.

Hablemos de mi físico... Si esperais que os diga que soy una chica delgadita y rubia la llevais clara. Soy una chica grande y con grande me refiero a una talla 42 o 44 sin embargo nunca me he sentido acomplejada con mi cuerpo, sino que siempre he intentado sacarle partido a mis curvas. Mi pelo es una de las cosas que más me gustan de mi cuerpo, es castaño claro, largo y ondulado. Mis ojos siempre han sido un misterio, hay gente que me dice que los tengo marrones y otras personas dicen que los tengo verdes así que siempre digo que son pardos, una mezcla de ambos colores.

Respecto a mi personalidad, soy una chica tímida al principio que poco a poco se suelta y coge confianza. También, me considero una persona humilde y empática ya que siempre me pongo en el lugar de los demás.

Por otro lado, he de decir que me encanta escuchar música y que lo estoy haciendo casi todo el tiempo. Además adoro leer y cocinar, aun que esto último no se me de tan bien.

Estaba tan sumergida en mis pensamiento que casi se me pasa la parada, bajo algo acelerada del tren y cojo mi maleta en la que en realidad tampoco llevo muchas cosas porque las vacaciones de semana santa habian sido cortitas y en Murcia ya tenia algo de ropa, ¿he mencionado antes lo que me encanta la ropa e ir de compras?

Bueno, este cuatrimestre llego con fuerzas para darlo todo , es el segundo año de carrera y me debo de poner las pilas.

Las calles de Vigo estaban tranquilas como siempre, hacia un poco de fresquito y la brisa que inundó mis fosas nasales olía a mar y os prometo que es uno de los olores más agradables que os podeis encontrar. Di un paseo hasta llegar a la residencia, que se encontraba más bien a las afueras de la ciudad. Entré y salude a la recepcionista con una sonrisa. Monté en el ascensor hasta llegar a la décima planta donde se encontraba mi habitación la cual gozaba de unas magníficas vistas al mar de las cuales me sentía afortunada. Al llegar a mi cuarto todo estaba tal y como lo habia dejado unas semanas atrás, deshice la maleta y guardé toda mi ropa rapidamente y fui corriendo, literalmente, a la habitación de mi mejor amigo Sam.
Llamé a la puerta y esperé con una sonrisa a que abriera, y cuando lo hizo me lance a sus brazos para abrazarle. Aun que estaba sin camiseta y en pantalón de pijama.
- ¡Te has fijado en la hora que es! - me dijo con voz ronca cuando cortamos el abrazo. Miré el reloj de mi muñeca y eran las ocho de la mañana, tampoco era tan temprano.

- Eso que más da. Que ¿me has echado de menos?- dije tomando asiento en la silla de su escritorio

- No sabes cuanto, ¿que tal te han ido las vacaciones?

- Bien, pero se me han hecho muy cortas. ¿Tú cuándo volviste de Bélgica?- le pregunté. Ah, se me habia olvidado mencionar que Sam era belga. Cuando llegó sabia poco español, por eso me cedí voluntaria para ayudarle, porque como ya había dicho antes me encantaban los idiomas.

- Llegué ayer, ah por cierto, mi abuela me ha dado esto para ti- sacó de su maleta una caja de bombones. Me caía genial su abuela Margaret, haciamos facetime frecuentemente.

- Dile a tu abuela que la adoro, la operación bikini se va a posponer. ¿Sabes algo de Lisa?

- Si, esta currando en la cafetería esa de en frente, osea que habrá entrado a trabajar ya.

- Bueno pues vistete y vamos a por un café, que todavía no he desayunado y tengo ganas de verla.

- Esta bien...-dijo suspirando a la vez que entraba al baño.
Diez minutos despues ya estaba fuera con una sudadera gris y unos pitillos negros. La verdad es que no os voy a negar que Sam es un pivón, porque lo es y no hay nada de malo en admitirlo porque es y siempre será un hemano para mi y yo para él.
Salimos de la residencia tatareando una canción de nuestro grupo favorito: Twenty One Pilots.

Al llegar a la cafetería Lisa nos abrazó a los dos nada más vernos.

- ¡Os he echado tanto de menos!- gritó entusiasmada
Nos sentamos en la barra y pedimos dos cafes con leche. Mientras nuestra amiga nos cantaba que había conocido a un chico. Lisa siempre estaba igual pero luego sus relacciones duraban muy poco, aunque eso no le hacia peor persona. Sin embargo, nos dijo muy convencida de que Miguel (era así como se llamaba el chico) era el indicado.

Charlamos de las vacaciones y nos reimos un montón de las anécdotas de Sam en el pueblo con su abuela. Dice que ganó jugando al bingo con todas las octogenarias amigas de su abuela. También nos prometimos que este cuerso nos ibamos a esforzar al máximo cada uno con sus carreras; Lisa en Historia del Arte , Sam en Bioquímica y yo en Traducción para disfrutar ese verano como si fuera el último de nuestras vidas.

Cuando termino el turno de Lisa fuimos al centro de compras y volvimos un poco loco a Sam, que por si no lo sabiais odia ir de compras, aunque se acabo comprando uan camisa monísima. Después comimos en nuestro resturante indio favorito.

Por la tarde, Lisa se fue porque habia quedado con su novio. Por lo tanto Sam y yo fuimos a mi habitación ha hacer maratón de Harry Potter como buenos frikis que eramos.
A mitad de La cámara de los secretos nos entró hambre así que pedimos pizza. Y de madrugada cuando terminamos la última pelicula Sam se fue a su cuarto medio zombie por el sueño. Mañana era el primer dia de universidad e ibamos a estar reventados.





Espero que os haya gustado el primer capítulo. Perdonar los errores gramaticales, prometo ir mejorando con el paso del tiempo.

No os olvideis de comentar y votar♡

Un beso.

~I.

Amor Por Despiste Where stories live. Discover now