13. Beca.

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La alarma me despertó como cada lunes y me levanté con la pata izquierda esa mañana. Literalmente, porque me caí de la cama en un intento fallido de apagar la alarma. En comparación con el bonito día que hacía ayer, hoy estaba muy nublado y parecía que se iba a poner a llover en cualquier momento, creo que esto era lo peor de vivir en Galicia. Mi mal humor fue creciendo consecutivamente y decidí darme una ducha para calmarlo y espavilarme. Me vestí con unos vaqueros y tomé un café rápido. Sam me llamó ofreciéndose para llevarme a la universidad pero le dige que me apetecía ir andando, y era cierto.

Salí de mi casa algo antes de lo normal ya que esta mañana me decían la nota del proyecto ese tan importante que os comenté hace unos cuantos días. Estoy bastante nerviosa porque de ese trabajo dependen las notas de dos de mis asignaturas, y en parte mi futuro también dependía de ello. Los nervios hicieron que andara más rápido y que entonces tropezara con un bordillo, lo bueno es que no me hice daño, pero una mujer mayor se acercó a preguntarme si estaba bien y me dió mucha vergüenza. Creo que hoy no era mi día, pero espero que la nota del trabajo fuera buena y me alegrara un poco.

Al final llegué a la universidad diez minutos antes y esperé en la puerta del departamento a que llegara el profesor Hurtado, que para mi suerte llegó cinco minutos antes de la hora prevista para la tutoría.

- Buenos días señorita Martínez, pase- dijo abriendo la puerta del departamento y dejandome pasar a mí primero.

Tomé asiento en una de las sillas que estaban enfrende de su escritorio, en la otra dejé mi mochila.

- Bueno he de comentarle que su trabajo ha sido magnífico, enhorabuena. Ha obtenido una nota de 9,75 sobre diez y no podría estar más contento de usted. Su tema: las lenguas olvidadas, muy original por cierto, está perfectamente desarrollado y ha recopilado muy buena información. Le he enseñado su trabajo a más profesores, espero que no le moleste.

- En absoluto.- dije emocionada y orgullosa de mi misma.

- Su trabajo ha despertado el interés de la corresponsal de su carrera, María Dolores Ónega, y me ha dado esto para usted.- dijo tendiendome un sobre blanco de tamaño folio.

Al abrirlo lo primero que alcancé a leer fue: Beca de estudio en la universidad de Madrid, especializada en la carrera de traducción. Creo que abrí mucho los ojos, era una de las mejores universidades de España, y a mí me habían concedido un beca en ella. Esto era increíble, no me lo creía aún.

- ¿Una beca? ¿Cómo la he obtenido?- pregunté flipando todavía.

- La corresponsal presentó su proyecto a la junta de educación y todos los allí presentes pensaron que se trataba de un  proyecto fin de carrera, así que se sorprendieron gratamente al enterarse que se trataba de una estudiante de segundo año. Y decidieron cederle esta beca para explotar su potencial en una universidad especializada y de mayor calidad. Felicidades Elena.

- Muchísimas gracias, estoy muy agradecida.- dige estrechandole la mano con profesionalidad.

- Ha sido un placer tenerle como alumna, espero que aproveche muy bien esta oportunidad. Tiene toda la información bien detallada en los papeles que le he entregado. Al final del sobre tiene que rellenar un formulario con sus datos y debe entregárselo al director de esta universidad, quien después lo mandará a Madrid.

- De acuerdo, muchas gracias por estos dos años, le aseguro que aprovecharé esta oportunidad.- dije convencida.

- De nada, espero que le vaya bien.- dijo a modo de despedida.

Salí de la facultad y dí una vuelta por el campus hasta llegar al árbol donde me solía poner en los ratos libres. Me senté a la sombra del mismo ya que el día se había arreglado y empezaba a hacer más calor. Saqué los papeles del sobre y me dispuse a leerlos detenidamente. La beca me pagaba los meses que me quedaban de este año de carrera y el siguiente, es decir el último. También me concedían el alojamiento, que sería una habitación compartida en el campus. En teoría me iría a Madrid a finales de mes, y estabamos a dos, con lo cual tengo mucho tiempo para mentalizarme y hacerme a la idea de todo.

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