7. Acampada.

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El sábado me levanté a las once y media de la mañana. Me percaté de que hoy por la tarde nos iríamos de acampada y que tenía que preparar todas mis cosas aún, pero me lo tomé todo con tranquilidad ya que era mi fin de semana.

Lo primero que hice fue poner música. Desayuné un café y unas tostadas disfrutaba de las vistas al mar. Después, me puse ropa cómoda y empecé a limpiar ya que los sábados solían ser mis días de limpieza.
Con la música todo se hacia más ameno e incluso disfrutaba cantando con la escoba a modo de micrófono mientras barría. Puse una lavadora y luego fregué el suelo.

Entre una cosa y otra se me hicieron las una menos cuarto y todavía no había preparado nada. Saqué de debajo de la cama la tienda de montaña que fue cortesía de mi padre hace unos años. Su regalo me hizo mucha ilusión porque era la tienda de campaña que nosotros utilizabamos cuando eramos pequeños y obviamente me traía muy buenos recuerdos. También deje encima de la cama un par de sacos de dormir, uno era doble y el otro individual.

Luego en mi mochila metí un par de leggings negros y un pantalón de chándal gris, cuatro camisetas básicas de diferentes colores, una zapatillas de deporte, un par de prendas de abrigo, el pijama y ropa interior. Metí un pequeño neceser con las cosas de higiene básicas.

Cuando terminé de hacer todo revisé los mensajes que tenía en mi móvil. El novio de Lisa cedía su furgoneta de ocho plazas como medio de transporte y a todos nos pareció perfecto. Julio y Natalia habían comprado la comida hoy por la mañana. Todo iba sobre ruedas y ellos parecían muy emocionados.

Me duché y me puse unas mallas negras junto con una camiseta blanca y me dejé el pelo suelto.
A eso de las dos y media llamaron a mi puerta y se trataba de Antoine. El cual iba guapo hasta con chándal.

- ¿Has comido ya?- me preguntó apoyándose en el marco de la puerta.

- No que va.

- Pues vente a mi cuarto a comer, que estaba haciendo pasta y me he pasado con las cantidades.- dijo con su habitual sonrisa.

- Genial, no me apetecía nada cocinar.

Cogí las llaves para que no me pasara lo mismo de hace unos días y entramos en su habitación. La cual estaba inundada de su olor.

- ¿Lo tienes todo preparado?- le pregunté mientras él ponía los platos.

- Si, todo esta en esa mochila.- dijo señalando una que estaba encima de su cama.

- Perfecto, pues a las cuatro partimos, vamos en la furgoneta del novio de mi amiga Lisa. Yo ya he preparado la tienda de campaña y los sacos de dormir.

- Va a ser mi primera vez yendo de acampando, nunca antes había ido a una. - dijo poniendo los platos sobre la mesa.

- Pues te lo vas a pasar genial ya verás. Yo llevo toda mi vida haciendo acampadas con mis padres y me encanta. Por cierto, esto huele muy bien. - dije cogiendo un poco de pasta con el tenedor para probarla.- Mmm que rico.

Terminamos de comer mientras hablábamos de cualquier cosa.

- ¿Te importa si me acuesto un poco en tu cama, aún nos queda cuarenta y cinco minutos para irnos. - dije mirando la hora en el móvil.

- Claro que no, mi casa es tu casa ponte cómoda.- dijo tirándose sobre la cama y quitándose la camiseta.

Me quité los zapatos y me acosté a su lado.

- Voy a cerrar los ojos pero no me voy a dormir, ¿vale?- dije acurrucandome en su pecho desnudo.

- Si te duermes yo te despierto luego. - dijo acariciandome el pelo cariñosamente.

Amor Por Despiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora