12. Tarde en la playa.

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Subí a mi cuarto para cambiar la falda y la camiseta por un bikini y ropa algo más cómoda. No sabía si ponerme un bañador negro que me estilizaba mucho o un bikini rojo que todavía no había utilizado. Opté por la segunda opción al recordar que el color favorito de Anto era el rojo. Me puse unos shorts grises y una camiseta holgada junto con mis chanclas. Cuando salí de mi habitación Anto lo hizo a la vez de la suya y sonreí al ver que el también se había puesto un bañador rojo.

- Yo también llevo un bikini rojo.- dije mientras cerraba mi puerta con llave.

- No me digas, ahora si que vamos a ir iguales.- dijo colocándose las gafas a la vez que yo.- Me muero por verte en bikini ¿lo sabías?

Automáticamente mis mejillas se tiñeron de rojo y para disimularlo giré la cabeza mirando a la bolsa de playa que tenía colgada en el hombro. Unos segundos después llegamos a la entrada de la residencia, nuestro punto de encuentro habitual. Allí ya estaban todos esperando y los saludamos alegremente.

La playa estaba a unos cinco minutos de donde nos encontrábamos, lo cual es maravilloso. El verano llegaba pisando fuerte y el calor se notaba cada vez más. Cuando llegamos a nuestro destino pusimos entre todos un par de sombrillas y dejamos las cosas a la sombra. Todos fueron directos al agua excepto Sam y yo que todavía seguíamos poniéndonos crema porque eramos los más blancos del grupo.

- ¿Te he dicho alguna vez que tienes un gusto pésimo para las gafas de sol?- dijo mientras me restregaba crema por los hombros.

- Pues a mi me encantan, me las ha regalado Antoine.- le reproché.

- No se si  te habrás enterado, pero habéis salido en un periódico.- dijo dándose la vuelta para que esta vez fuera yo quien le pusiera crema.

- Si, no me lo recuerdes. Todo lo que dicen es mentira yo no estoy saliendo con él para manipularlo ni por interés ni nada de eso. Yo le quiero Sam.

- No quiero que te hagan daño Elena. Ya sabes como es la prensa y todo eso. Anto es un personaje público y está acostumbrado a las críticas, pero tú no.

- Lo sé y se que va a ser difícil acostumbrarme a eso. Pero lo que ahora importa es que estamos juntos y somos felices.

- Bueno ya sabes que me sigues teniendo para lo que quieras.

- Lo sé, y tú también me tienes a mi. Anda vamos al agua que me muero de calor.- dige cogiéndole de la mano y arrastrándolo por la arena.

Cuando llegamos a la orilla y el agua nos rozó los pies pude comprobar lo fría que estaba y mi mejor amigo también porque ambos soltamos un gritito que llamo la atención de todos. Mis ojos se cruzaron con los azules de Anto, él me sonrió y me miró de arriba a abajo super descaradamente y yo me mordí el labio muerta de la vergüenza.

- Vamos, no seáis gallinas.- gritó Julio.

En una fracción de segundo Sam me cogió de la mano y empezó a correr adentrándose en el agua helada, yo solté un grito ahogado cuando mi querido Sammy tiró de nosotros haciendo que nos capuzaramos por completo.

- ¿Estas bien hermanita?- dijo esbozando una sonrisa burlesca.

- Que te den Sammy.- dije  tirándole agua a la cara para hacerle rabiar.

Fui nadando hacia donde estaba Anto hablando con Julio, este último se fue con los otros cuando yo llegué y se pusieron a jugar al voley en la orilla.

- ¿Te he dicho ya lo buena que estas con ese bikini rojo?- dijo acercándose a mi y colocando sus manos en mis caderas. Ante su comentario me puse más colorada que se bañador.

Amor Por Despiste Où les histoires vivent. Découvrez maintenant