Pestañeé un par de veces para volver a la realidad, fue como si algo o alguien explotara la burbuja en la que me había sumergido. De repente me percaté del ruido de las gradas, recordé que aún seguía en el estadio y el partido seguía su cauce. Mi cabeza se había perdido entre los ojos del francés que miraban fijamente la portería, a mi lado mi padre y mi hermano animaban a los colchoneros se venía tiro por penalti y yo seguía aún un poco desubicada.
El número siete del Atlético de Madrid apuntó y golpeó el balón con su musculada pierna haciendo que este entrará por la escuadra derecha, anotando un gol sensacional a los colchoneros.
Ese ojiazul era Antoine Giezmann y por muy patético que sonara, yo acababa de imaginar una vida a su lado.
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No me puedo creer que este sea el fin de la novela. Espero que os haya gustado el final, quizá yo me arrepienta un poco de este desenlace, pero soy muy impulsiva y en mi cabeza la idea sonaba genial.
Gracias por haber gastado vuestro tiempo leyendo mis capitulos repletos de faltas de ortografía, escritos en el verano por puro aburrimiento y por mi repentina afición al mundial.
Ha sido un placer, aunque no me perdereis de vista tan fácilmente, todavía tengo mucho por contar.
Hasta pronto🖤.
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Amor Por Despiste
FanfictionElla una chica completamente normal. Inteligente, tímida e inocente. Experiencia nula en el amor, sin embargo, una amante de la lectura y sin duda una romántica empedernida. Elena tiene la vida perfecta: unos buenos amigos, unas notas ejemplares en...
