Capítulo I EXTRA

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Aclaración: este capítulo está ubicado aproximadamente después de que Sarada salió del hospital por su herida (cap. Traición) también después de que llega Sumire y Boruto cree que Sarada no fue al puente.
En sí queda entre los capítulos  (Desde cero y plan de dos)

Por un error me salté esta parte, pero aquí está ¡Disfruten!

***


Cerró los ojos sintiendo como jugueteaban con su rostro, nunca le emocionó tanto el maquillaje, quizá por ser hija única e intentar llenar las perspectivas de una familia que esperaba un varón. Hizo una mueca de dolor ante los jalones en su cabello, hubiese reclamado, pero era su abuela que la peinaba, aun no se sentía de tan buen humor para entablar una conversación con ella como solían hacer.

La traición seguía siendo un recuerdo flagrante.

Notó que su abuela hizo leves pulsadas cuando maquillo la zona cercana a sus labios, ahí, donde su castigo estaba plasmado. 

— El vestido es precioso.

Escuchó la voz de su madre y, segundos después, la puerta abrirse.

— Adivina quien lo mandó, Sarada.

Hizo un movimiento con los hombros para dar a entender que era ignorante. Aun no podía creer que tuviese que ir a esa fiesta. Sabia que era importante para su familia. Ella como primogénita debía estar allí. De hecho, siempre le gustó ir y pavonearse frente a los demás al ser la legitima hija de Sasuke Uchiha, pero ahora... ahora solo quería encerrarse en una habitación sin salida y terminar de sufrir.

Aun le parecía increíble, ¿Cómo diablos consiguieron convencerla? Ahora estaría en su departamento sufriendo porque él estaba a unos metros de ella y no podían estar juntos. 

— Levántate, cariño. Es hora de poner el vestido.

Intentó sonreír ante su madre, ella no tenia porque merecer su negatividad en sus problemas amorosos.

La bata se deslizó en sus hombros hasta caer al suelo. Su abuela le acomodó el delgado camisón que ya traía. Miró como sacaban poco a poco, las telas y partes del vestido. Hacia bastante tiempo que no usaba uno así. Dejó que le pongan las medias como si fuese una muñeca a la que vistieran. Ella lo hubiese echo por si misma si tuviese el humor, al menos, tenia de excusa que se acaba de recuperar de las heridas.

Sintió las lagrimas acechar cuando su abuela le acomodó las zapatillas, por un momento, la imagen de Boruto con un pañuelo y de rodillas, le llegó. Recordó su suave tacto limpiando su herida, y como sus ojos azules se dilataron cuando en su habitación, se escuchó el rasgueo de sus medias.

— Se que no te gustan el corsé, pero te armará muy bien.

Su madre fue la interrupción perfecta, bateó sus pestañas al igual que sus sentimientos y se levantó. Le colocaron una fina bata, y sobre ella, el corsé. Siempre odió esa prenda, pero al menos, tenía con que distraerse.

Hizo una respiración profunda y al instante, jadeó cuando apretaron mucho.

— Mamá. — se quejó y la miró con desaprobación.

— Lo siento, ¡olvide que estas herida! — se precipitó y ella suspiró.

— Estoy bien, solo no me asfixies.

Sakura asintió y terminó de atar la prenda. Después, Sarada sintió su animo caer en picada al ver el color de su vestido. Rojo vino; le encantaba, pero le recordaba a él.

Sintió la suavidad del vestido cuando lo tuvo encima. Estiró los brazos para que lo acomodaran y esperó que su cabello cayera sobre su espalda, pero nunca sucedió. Entonces, le dio curiosidad ¿qué le habían hecho? Escuchó a su madre suspirar y le echó un vistazo al espejo.

Podría morir y esperarte otra vida [3]✓Where stories live. Discover now