Epílogo.

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Enfermos Mentales. Epílogo.

Los guardias sujetaban a Elizabeth por los brazos, cada uno por uno lado, prácticamente arrastrando sus pies por el piso. Ella no parecía hacer ningún esfuerzo en soltarse, se dejaba llevar debido a los efectos secundarios de la pastilla que le habían dado. Estaba fuera de sí misma.

Los guardias, luego de vestirla con la típica bata blanca de puntos rojos, la metieron en una de las muchas habitaciones del Edificio de tratamiento intensivo nivel 1. Los pasillos era bastantes y muy extensos, por lo que habitaciones sobraban. Elizabeth fue llevada al último piso, al quinto, en la última habitación del pasillo. La soltaron ahí dentro y ella misma se dirigió caminando sonámbula a la ventana. Los edificios de nivel intensivo estaban bastante alejados de los principales; pero aún así, a varios metros de distancia, podía observar el edificio principal y el campus. Los adolescentes y adultos allí parecían niños jugando en el patio, y ella por un momento se sintió la madre de todos ellos. Eso le causó gracia, se rió sin tratar de reprimir su alegría. Se sentía bien no reprimir nada.

Los guardias la observaban con pena, «Está perdida» dijo uno de ellos, cerrando la puerta y dándose la vuelta para marcharse.

Pasó una hora. Una mujer de camisa manga larga color negra y falda campana del mismo color se acercó a la habitación con Sheyla y los demás siguiéndole el paso.

—Su amiga, al llegar aquí, tenía expectativas de un lugar extraño y tenebroso, donde todo el tiempo estaría en peligro. Pero al ver que este era un sitio normal, ella misma creó la amenaza —explicó la Srta. Griffin, la psicóloga del internado—. En cuanto vio la oportunidad, osea, luego de besar a Alex, creyó que enfrentaría consecuencias gigantes. Inventó a este... acosador y esos retos. Así que tranquilo, Steffman. Esto no es tu culpa. Cualquier mínima cosa podía llevarla a sentirse amenazada y dio la casualidad de que sucedió contigo —lo miró con compasión, viendo como este trabagaba saliva no muy convencido—. Era normal dentro de lo que cabía. Hasta que empezó a ver a Bethany nuevamente. Revisamos su habitación, las pastillas que mantenían su esquizofrenia controlada... fueron cambiadas, alguien las suplantó por aspirinas.

—¿Pero quién? —preguntó Erick con esperanza de que todo fuera una mentira, de que alguien haya manipulado todo para que pareciera que Elizabeth fuera el desconocido.

—No sabemos, aún estamos investigando. Pero creemos que pudo ser la misma Elizabeth cuando mandaba los mensajes —aclaró ella matando toda esperanza de Erick.

—No entiendo, ¿Cómo es que ella no recordaba cuando mandaba los mensajes? —preguntó Sheyla.

—Mira, la esquizofrenia tiene mucha similitud con el Trastorno de Personalidad, por los que estos a veces se pueden confundir. Lo que nunca llegamos a pensar es que Elizabeth tendría —anunció la Srta. Griffin—. Quien tenga esta enfermedad puede tener más de 2 identidades dentro de sí. Cada una completamente diferente a la otra. Con diferentes vidas y puntos de vista diferentes sobre un mismo tema. En algún momento del día, Elizabeth se transformaba en esa persona. Su otra personalidad era el desconocido, Bethany. Aunque Elizabeth no supiera esconder un cadáver, el desconocido sí. Si Elizabeth no sabe mentir, el desconocido es un profesional. Cuando su otra personalidad perdía el control del cuerpo, Elizabeth no recordaba nada. Como si nada hubiera pasado.

—¿Entonces algunos mensajes se los imaginaba y otros eran enviados desde el celular que escondía su otra personalidad? —preguntó Alex.

—Exactamente —respondió—. El Desconocido estaba empezando a ganar total control de su cuerpo, provocando un repentino cambio de personalidad en su amiga. Esto se veía reflejado en sus sueños —dijo sacando una libreta del bolsillo de su bolso—. Aquí le ordenamos a Elizabeth que escribiera sus sueños más resientes, esto fue lo que puso —dijo resumiendo el sueño de Elizabeth en el que la asesinaban bajo el agua y cuando se vio a si misma en el espejo roto de su habitación—. En ambos se puede ver como su otro yo intentaba matarla, metafóricamente, para poder tener el control. Es como una batalla interna en la que lucha consigo misma.

Enfermos Mentales [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora