Robin's One Shots

1

PERSONAJE: Jason Todd

TITULO: Happier

ADVERTENCIAS: Ninguna pero está muy sad

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Habíamos terminado hace dos meses, yo te amaba de verdad y lo seguiré haciendo por el resto de mi jodida vida. Te amé como jamas pensé lograría amar a nadie y creí que tu hacías lo mismo querida, en serio lo creí, pero me equivoqué.

Tan solo dos meses y ya habías encontrado a alguien más. Que patético fui al creer que todo lo que me decías era verdad, pero no te puedo culpar ¿Quien querría estar con alguien tan mierda como yo?

Aun recuerdo la última vez que te ví, nuestra última pelea.

Planeamos ir al cine a ver esa película de la que tanto hablabas porque salía tu actor favorito, pero yo no llegué jamás por ti.

Sabías de mi identidad secreta, te lo había confesado hace algunos meses después de un año de relación y lo habías aceptado, nos habíamos mudado juntos e incluso pensaba en pedirte matrimonio para ser honestos.

Eras la indicada, eras un maldito ángel en medio de una ciudad que era el mismo infierno. La primera vez que te ví pensé que nadie era digno de ti, eras demasiado perfecta para cualquier simple mortal y yo no era la excepción, por eso me esforcé tanto en mejorar para poder merecerte y al fin me aceptaste.

Esa noche no pude llegar a nuestra cita porque Gotham necesita a Red Hood, tu entendías eso mejor que nadie, no eras como las otras chicas que enloquecen por esas cosas. Pero el problema no fue ese, el problema fue cuando llegué a nuestro hogar.

Ahogaste un grito al verme tan herido en el umbral de la puerta, apenas y podía ponerme de pie esa vez, tenía un disparo en mi pierna y otra en mi hombro, me desangraba frente a tus ojos y pude ver el terror en tus ojos.

Por suerte eras doctora y sabías que hacer, siempre fuiste tan lista, siempre sabiendo que hacer.

Me acostaste en el sillón y con lagrimas en los ojos trajiste todo lo necesario para extraer las balas y suturarme.

-Estoy bien- ese fue mi vano intento por tranquilizarte

-No mientas- susurraste sin dejar de atenderme -No mientas más por favor- tu voz estaba quebrada pero luchabas por no llorar, no frente a mi

Me mantuve en silencio todo el demás tiempo y cuando terminaste de ponerme la ultima venda volviste a hablar.

-Ya no puedo más- susurraste derramando al fin un par de lagrimas

-¿A que te refieres?- siempre fui un masoquista, quería que lo dijeras

-No puedo ver como mueres literalmente por esta cuidad- admitiste mientras evitabas mi mirada -Ya no más, lo siento-

-Puedo dejarlo, pídemelo y lo haré- supliqué mientras acariciaba tu mejilla

-No pediré que dejes de ser tú- sonreíste triste y besaste mi mano con ternura -Me enamoré de quien eres y no quiero que cambies- dudaste un poco al decir lo siguiente -Pero ya no puedo más Jason-

-¿Porque?- no estoy seguro de que exactamente preguntaba

-Porque te amo y no quiero verte morir en mis brazos- sollozaste -Lo siento Jay-

No te merecía, nunca lo hice. Fuiste mía exactamente un año y seis meses y esos fueron los días más felices que tuve en toda mi patética existencia de mierda pero como todo lo bueno en mi vida te fuiste y me dejaste en la miseria.

No te iba a retener en contra de tu voluntad así que te dejé ir a la mañana siguiente. No hubieron lagrimas ni reclamaciones, simplemente hiciste tus maletas y te fuiste sin meditar palabra alguna, te fuiste como un fantasma y me aterró la idea de que tal vez nunca hubieras existido de verdad y todo hubiera sido una ilusión de mi rota mente.

El primer mes me la pasé en bares de mala muerte buscando alcoholizarme hasta perder la conciencia, esa era la única forma que había encontrado para reprimir las jodidas ganas de llamarte, incluso estrellé mi celular contra la pared de ese baño para no hacerlo.

Roy junto con mis hermanos fueron los que me hicieron una intervención cuando en una misión Red Hood casi mata a golpes a un criminal que ya se había rendido.

Bruce simplemente me había relevado de todas las patrullas hasta que estuviera "mentalmente estable" de nuevo.

Dickie después de eso iba todas las tardes posibles a mi departamento, creo que temía que hiciese una locura. Damian me dió una golpiza por ser tan estupido como para dejarte ir pero cuando vió que no ponía la menor resistencia a sus golpes terminó diciendo que tal vez nunca te había merecido y no pude darle mas razón. Timmy fue el que mas me ayudó, no decía nada, simplemente se sentaba a mi lado y me escuchaba hablar por horas, y solo hablaba de ti querida.

Dos meses después de que desapareciste de mi vida Roy al fin me había convencido de salir a divertirnos, ir a cenar e ir a jugar a los bolos en nuestro lugar favorito. Todo iba perfecto. El idiota me estaba dejando ganar para subirme los ánimos y fue cuando te vi.

Podría distinguir tu risa de entre un mar de gente. Tu estabas con alguien más.

Estaban riendo mientras le enseñabas a jugar. Lo reconocí como uno de tus compañeros de trabajo en el hospital de Gotham.

Él era todo lo que yo nunca podría llegar a ser, era todo lo que merecías.

No hice una escena, simplemente salí de ahí sin meditar palabra y Roy me siguió sin decir nada.

Te amaré por el resto de mi vida, y si él te hace feliz no me interpondré querida, pero si te llega a lastimar yo romperé todos los jodidos huesos de su cuerpo y haré que nombre cada uno mientras lo voy haciendo.

Como yo nadie te amará, y espero que logres conocer a alguien que ames como yo te amaré por siempre y espero que él te amé aunque sea la mitad de como lo hago yo.

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