Despertar cada día y vivir una zona de guerra la cual tener que enfrentar todos los días no era fácil y menos para Jung HoSeok, quien era señalado como enfermo por tener preferencias sexuales diferentes.
¿Acaso merecía tal dolor por ser diferente? ¿...
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Allí estaba nuevamente él y sus tontos sentimientos.
Su corazón no pudo evitar acelerarse al ver aquella sonrisa preciosa que iluminaba todos sus días.
Era hermoso, sin duda Kim TaeHyung en pocas palabras era un deleite a la vista.
De todo lo que podría pasarle en la vida, HoSeok jamás pensó enamorarse luego de aquel día en que su familia lo aborreció y lo dejo solo, en la calle, sin saber a donde ir.
Esa persona especial que ponía el mundo de HoSeok de cabeza era la única razón por la que se despertaba todos los días.
Para Jung, lo único bueno de sus días era poder ver a quien le gustaba, aunque fuese de lejos, apreciándolo sin tener que recibir alguna reacción negativa por parte de él.
Eso era lo único que podía hacer HoSeok, observar a TaeHyung de lejos, sin que este lo supiera.
»Vuelve atúrealidad, Jung. Se dijo a sí mismo HoSeok.
Era cierto, estaba soñando despierto de nuevo, así que avanzó a pasos inseguros por los pasillos del instituto con la mirada en él suelo. Tal vez si se atrevía a alzar la mirada, le iría mal. De nuevo aquellas miradas estaban puestas sobre su persona, como era común.
No entendía como toda la escuela lo sabía, pero lo único que entendía que también estaba solo allí.
Ni siquiera podía ir a clases normal que todos le señalaban, se iban de su lado, no querían ni tocarle.
Siempre era de esa manera, debía acostumbrarse a ello.
Divisó a lo lejos, sacando libros de su casillero a Kim Taehyung. De nuevo aquellos latidos acelerados, nervios a flor de piel y mejillas sonrojadas aparecieron.
Odiaba cuando su corazón hacía eso cuando TaeHyung estaba cerca, seguramente era como una gelatina temblorosa por causa de su nerviosismo.
Tantas veces HoSeok dudó si acercarse o no al chico, para poder ser amigos aunque sea, pero no lo hizo. Es decir, podría arruinar la reputación del chico si tan sólo le hablase, no podría hacer eso, no sería egoísta.
No dañaría la reputación del chico que le gustaba, HoSeok debía seguir como ya estaba, solamente mirándolo de lejos sin que nadie viera que le observaba demasiado.
Bajo la mirada, volviendo a mirar el suelo y avanzar a su respectivo salón de clases.
Tenía tantas ganas de poder hablarle, pero no quería tener en su cabeza y corazón si el menor rechazaba tener aunque sea una palabra con él. Era mejor así, antes que decepcionarse.
No debía mirar a Kim Taehyung demasiado, sería la burla nuevamente al igual que el menor, solamente le haría quedar mal con todos.
Ellos podrían ver sus acciones, aquellos demonios que lo seguían, y podría firmar sentencia de muerte por esa razón.
Otra vez, fue cobarde y se retiró.
Si, ese era un día normal cómo cualquier otro.
Cada día era un tormento para Jung HoSeok, quien tenía que lidiar día a día con las constantes burlas a causa de su orientación sexual.
Con dolor, Jung cubrió su rostro, ocultando sus lágrimas de aquellas personas.
