"Ni pensar en aquello me dolía ya"

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La vida es ahora

La última frase que recuerdo de aquella época donde éramos completamente felices. La última frase sincera con la que me atreví a mirarle a los ojos y sonreírle felizmente deseándole lo mejor, y por supuesto fantaseando sobre el brillante futuro que nos esperaba juntos.

Lástima que no fuera así. Lástima que todo termino por una simple cuestión de principios morales. Lástima que el minuto a minuto no fuera lo suficiente tiempo para él. Lástima que desde aquel instante nada funcionara, podríamos haber sido muy felices juntos.

Desde aquel momento lo supe, supe definitivamente que él sería el hombre de mi vida, el hombre de mis sueños. No me lo creía, estaba en frente suyo y seguía sin creérmelo. Estaba tan enamorado de él que ni siquiera podía hablar mientras contemplaba sus brillantes ojos. No me salían las palabras, los pensamientos en mi cabeza solo chillaban Joder bésale, estas en una puta fiesta de neón.

Recordaba esos momentos con constante nostalgia sentado en mi cama. ¿Que habría sido de él?

-Isak, a cenar!- chilló mi madre desde el piso de abajo.

Cerré el portátil desde el que buscaba información sobre vuelos a España.

-Voy!- dije levantándome de la cama.

Como ya veía venir, la cena aun no estaba lista. Mi madre me había llamado para que la ayudara a poner la mesa. Traidora.

Anne, o como yo la llamo, mamá, siempre ha sido una persona poco cariñosa. A mi por supuesto me había dado mucho amor después de que el gilipollas de mi padre la hubiese dejado tirada a mis 6 años. Mi madre siempre fue creyente, pero muy muy cristiana, hasta el punto de no dejarme salir de casa sin rezarle al señor para que no me pasara nada yendo al instituto, a lo que a mis 15 años dije basta. Ya no era la misma desde lo de Even, al igual que yo. Ella siempre puso mi felicidad por encima de la suya, asique abandonó por un tiempo lo segundo que más quería en el mundo, a cristo, para que lo que más quería en el mundo fuera feliz. Y de verdad que nunca le estaré lo suficientemente agradecido. Seguía siendo creyente pero no tan radical, y ahora a mis 20 años no le suponía ningún problema el hecho de que yo fuera gay, solo faltaría. Aunque no lo demostraba lo suficiente, la quería con locura.

-¿Como ha ido el dia?- dije mientras colocaba los vasos encima del mantel que previamente puso ella.

-Bien, hoy ha venido al bufete un señor que necesitaba un abogado- me explicaba mientras ponía sal a las patatas que se freían en la sartén. - Pero no uno cualquiera. Yo me he ofrecido sin dudarlo y después me han explicado el caso..

Terminó de escurrir las patatas y las puso en el centro de la mesa cogiendo una y llevándosela a la boca.

-Me tocaba defender a un asesino en serie que se dedica a robar en casas de ancianos y después matarlos a sangre fría. - dijo suspirando.

-¿Y que has hecho?

-Lo he rechazado, esa bestia no se merece ser defendida, y menos por una abogada como yo. – a lo que sonrió tímidamente sentándose en la mesa.

Me molestó no ver su gran sonrisa, era una persona brillante, mi madre salió adelante ella sola, sin trabajo y con un crio de seis años que solo hacía que molestar y malgastar el dinero que no tenía. Después de un año de penurias y visitas al comedor social consiguió un trabajo en secretaria del bufete. Yo fui creciendo y la mujer tímida y asustada que era mi madre había desaparecido casi por completo. Digo casi por que terminó de desaparecer cuando tuvo la oportunidad de sacarse la carrera de derecho, a los 28. A lo que aceptó de inmediato.

AFTER YOU by MaybehappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora