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24 de noviembre, 2:43 am.


Harry apenas había logrado conciliar el sueño, y es que desde que Siena se fue, él no había logrado dormir como debería. Pensaba todo el tiempo en Siena, su esposa nunca había viajado por tanto tiempo, y esa era la razón por la que la extrañaba tanto. Extrañaba su calor, extrañaba las conversaciones en la noche, extrañaba el olor de su amada esposa, extrañaba todo de ella. Era irónico porque al principio de su relación ni siquiera podía verla en pintura. Agradecía a su madre por habérsela presentado e insistir en que iniciaran una relación.



Los ojos de Harry se mantenían cerrados. Pronto sintió una brisa por todo su cuerpo, una brisa fría, pero, curiosamente, cuerpo se sintió cálido. Casi pudo sentir una mano tocando su mejilla.



- Recuerda que te amo, Harry. Cuida a los chicos. Encárgate de recordarles todos los días lo mucho que los amo. Quiero que sean felices, se que al principio será difícil, pero vamos, somos los Styles, y los Styles somos valientes.



Su pecho comenzó a doler. Quería gritar, pero algo impedía que las palabras salieran de su boca. Sus ojos se mantenían cerrados.



- Gracias por haberme hecho feliz todos estos años, se que al principio fue difícil para ti, porque prácticamente fuiste obligado a amarme. Te agradezco haberme dado la felicidad de tener una familia. Recuerda que aunque no estaré físicamente con ustedes, siempre estaré en sus corazones.



Lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, deslizándose por sus mejillas.



- ¿Sabes? Encontré a tu chico, encontré al chico del que tanto me hablabas. Él está más cerca de lo crees. Quiero que seas feliz con él, con nadie más, halaré de tus pies sí te atreves a dejar a ese lindo chico por otra persona. Ese chico es increíble, es una gran persona. Fuiste un estúpido al rechazarlo. No quiero que te cierres al amor. Recuerda que, sí tú eres feliz, yo lo seré.



» Esto no es una despedida, de ninguna manera lo es, estaré con ustedes en cada paso que den. No consientas tanto a Payton. No dejes tu ropa tirada en cualquier lugar. Siempre usa velas olor a lavanda cuando sean fechas especiales, odio los otros olores, no quiero que mi casa tenga olor feo.



Nunca olvides que te amo.



De pronto sintió como unos labios fríos se posaban en los suyos. Luego de eso la brisa fría que, de alguna manera, lo estaba abrigando se fue. Su pecho se comenzó a sentir vacío, solo podía sentir el dolor. Despertó de golpe. Sintió sus mejillas mojadas.



Definitivamente la ausencia de Siena ya le estaba afectando. Sonrió, mientras tocaba sus labios.



Su teléfono comenzó a sonar. ¿Quién estaría llamando a esa hora? Decidió averiguarlo.

Simplemente... Louis |l.s| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora