28

12K 959 152
                                    

“Los declaró esposos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

“Los declaró esposos. Pueden besar al novio”

Aún recuerda como sintió aquel beso. Los labios de su marido se habían acoplado perfectamente a los suyos. El tacto de aquel beso había sido especial; cada uno de los besos que se dan a diario eran especiales, pero recuerda que ese fue único. Con ese beso firmaron una nueva etapa en su vida.

Muchas personas hablan sobre que el matrimonio llega a arruinar muchas vidas, ellos pueden asegurar que esas personas están más que equivocadas. Estaban viviendo una vida plena y feliz.

Inconscientemente sonrió. Su vida era perfecta. No podía quejarse de nada. No siempre las cosas iban bien, pero no importaba porque siempre sabían cómo resolverlo.

— ¡Papi! — el grito de Austin se escuchó desde afuera del baño. — ¿Qué tanto haces? Necesito que me ayudes con algo.

— En un momento salgo. — limpió el sudor que se había acumulado en la palma de sus manos. Estaba demasiado nervioso. — Sólo cinco minutos... — dijo para sí mismo.

Salió del baño y un Austin de catorce años y con el ceño fruncido lo esperaba afuera.

— ¿Porqué esa carita, bebé? — preguntó acariciando la carita de su bebé.

— Payton y Avery están haciendo cosas sucias en el sofá de la sala. Es un asco, papá. — arrugó su pequeña naricita.

— Cuando tengas diecisiete y tengas pareja no vas a poner esa cara.

Bajaron hasta la sala donde efectivamente Payton y su novia daban un gran espectáculo. Parecía que su oxígeno no tenía fin.

— ¿Qué hacen? — preguntó Louis de repente, haciendo sobresaltar a las chicas. Avery estaba completamente sonrojada, Payton rio ante la actitud de su novia. — Rubias, necesito un enorme favor, ¿pueden ir al supermercado por mi? — le preguntó a las chicas. Ellas asistieron al unísono. Escuchó el llamado de André desde la planta de arriba — Oh... Lo olvidaba, traigan yogurt de banana y fresa para André y compren algo para ustedes y Austin. — dijo por último y las chicas asistieron, aún apenadas por aquella escena.

— ¿Puedo ir? — preguntó Austin.

— No, aún no terminas tu tarea de matemática. — Austin hizo un puchero como último recurso — Eso ya no funciona conmigo.

Subió hasta el cuarto de su hijo André. André es un niño de apenas cuatro años. Un niño que pasó por muchas cosas en su vida, hasta que Louis y Harry lo adoptaron hace tres años. André era un lindo chico, tímido, cariñoso y risueño. Le costó adaptarse a su nueva familia. Era demasiado tímido cuando se trataba de hablar con sus hermanos.

Sin duda, amaban a esa pequeño. Y es otra de las mejores cosas que les habían pasado en esos años.

— Hola, bebé. ¿Ya no jugarás? — preguntó al ver que guardaba todo.

— No... He teminado. — dijo cuando su último osito de peluche fue puesto en el recipiente. — Teno hambe, papi.

— ¿Galletitas y leche? — le preguntó mientras lo tomaba en brazos.

— No, papi. Leche hace mal a mi estógamito. — Louis no pudo evitar carcajearse. André frunció en ceño, confundido — ¿De qué dies, papi?

— De nada, amor. ¿Te parece jugo de naranja? — le preguntó mientras lo sentaba sobre la mesa.

— Nadanja, ¡sí! — aplaudió con sus pequeñas manitas — Papá gustan las nadanjas. — dijo refiriéndose a su papá de rizos.

— Sí, tu papá ama las naranjas.

Austin entró a la cocina con el teléfono en la mano.

— Tío Niall está llamando. — Louis lo tomó entre su mano y lo puso en altavoz.

— Hola, Ni. ¿Qué sucede? Tiene que ser demasiado importante como para que me llames en mi día libre. — dijo con reproche.

Niall estaba saliendo desde hace tres años con el mismo chico. Shawn, era un buen tipo y lo más importante amaba con locura a su amigo. No le sorprendería que lo estuviera llamando para decir que se va a casar.

— Recuerdas la entrevistadora que habló contigo en fashion week de Nueva York — frunció el ceño.

— Sí, claro. Vanessa Blade o algo así.

— Ella. Se comunicó conmigo hace poco. — ya sabía exactamente lo que quería y claramente diría que no. — Antes que digas que no. Ella quiere hacer la entrevista contigo, con Harry y los chicos. Ella, básicamente, quiere hablar con relación a Sienna.

Sí se hablara de Sienna, probablemente, nunca terminarían de hablar. Había tanto que hablar sobre ella, y todas eran cosas buenas. Y es que, esa mujer era algo que no se podía olvidar; no se podía olvidar lo dedicada, cariñosa, amable, educada que era. Era imposible olvidar al alguien como ella. Ella había dejado una gran huella en el mundo y era imborrable. Pocas personas logran eso, muy pocas personas logran marcar tu vida, y sí lo hacen, probablemente, no sea de la mejor manera, pero ella había logrado dejar un buen sabor de boca porque con ser simplemente ella había logrado muchas cosas.

— Niall, yo no soy la persona más indicada para decidir algo así. Está decisión tiene que ser tomada por los chicos y Harry. No puedo decir sobre eso. Ellos decidirán sí están completamente preparados para hablar de ella.

En todos esos años ellos nunca habían hablado con la prensa sobre Sienna. No se sentían preparados.

— Lo siento, pero...

— Dile que sí... — la voz de su esposo se escuchó a sus espaldas. Dirigió su mirada a Harry que ya tenía a André entre sus brazos.

— Niall, te llamaré luego. — colgó. Caminó hasta donde estaba su esposo para saludarlo.

Cuando André vio a su papá Lou acercar sus labios a los de papá Harry tapó sus ojos con sus pequeñas manitas. Los mayores rieron ante la acción de su hijo menor.

— ¿Cómo estuvo tu día? — preguntó después de haber besado a Harry.

— Mal, pero ahora que los veo está mucho mejor. — respondió con una gran sonrisa.

— Sobre lo que escuchaste...

— Está bien, por mi no hay problema. Estoy listo y creo que los chicos también. — Louis se limitó a asentir. — Bueno... — le pasó a André — Iré al baño. — depositó un último beso en los labios de Louis. — ¡Austin! ¡¿No vendrás a saludar a tu padre?! — gritó al salir de la cocina.

Louis colocó un plato de galletas frente a André, cuando estaba por sacar el jugo de la nevera se acordó de algo. ¡Mierda! 

— ¡Harry! — gritó y salió rápidamente de la cocina. Al llegar al baño tocó fuertemente la puerta — ¡Harry, sal de ahí...!

La puerta del baño se abrió bruscamente. Un Harry con los ojos llenos de lágrimas salió. Los ojos verdes del rizado no sólo brillaban por las lágrimas había mucha emoción e ilusión en ellos.

— Lou... Louis, ¿qué es esto? — preguntó con voz suave al castaño.

— Harry... Hace semanas no me he sentido del todo bien, sólo quería comprobar. Ahora tengo miedo de verla y que el resultado no sea el que espero. — lágrimas comenzaron a derramarse. Tenía tanto miedo de ver la respuesta — Harry, no quiero que nos llevemos una desilusión, yo...

— Es positiva. — dijo sin titubear, su vista estaba perdida en la respuesta de la prueba de embarazo —. ¡Louis! ¡Mierda! ¡Es positiva! ¡Hay dos malditas rayas! ¡Lou, vamos a ser padres! — gritaba el rizado. Lágrimas de felicidad recorrían sus rostros.

— ¿Padres? — preguntó para sí mismo el castaño. No podía creerlo. Sus manos bajaron hasta su abdomen — Estoy embarazado. — Harry asintió con una gran sonrisa. Le entregó la prueba a Louis. No había duda — ¡Harry, estoy embarazado!

— Así es, amor. Vamos a ser padres. — dijo con emoción mientras abrazaba fuertemente al su lindo esposo. — Te amo tanto. — beso suavemente sus labios.

— Yo te amo más.


Simplemente... Louis |l.s| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora