Flor Eterna © (The walking dead 3.5)

Epílogo

Epílogo

Con el rabillo del ojo Mara miraba el camino que se abría frente a la camioneta, con Shelly abrazada a ella. Aun no lo creía pero se había ido. Se había ido de la prisión. Recordaba las ultimas palabras de Daryl. Su declaración, le gustaba oír esas palabras más aún que su significado real, porque esas palabras eran suyas, solo de ellos dos. Su mente estaba perdida en esos momentos cuando frente al vehículo se cruzó el animal al galope, obligando a Five a frenar rápidamente.

—Era... —comenzó a decir Poker siguiendo con la vista al cuadrúpedo.

—Es Flame —dijo Mara incorporándose y saliendo del coche.

—Eh.. no, espera —se quejó Five.

Mara bajó del vehículo sin escucharle, y se encaminó en dirección hacía donde había ido la yegua.

—Marita hace unas horas que hemos salido, no podemos pararnos —dijo Five siguiéndola.

—Es Flame y no está con Michonne —dijo ella —. No me puedo ir sin más.

Prefiriendo no discutir, Five asintió.

—Poker, quédate con ellas, yo voy con Mara en busca del bicho.

Pasaron varias horas siguiendo al animal, que por suerte se movía en círculos y no se alejaron realmente de donde Poker les esperaba. Cuando finalmente se pudieron acercar a él y coger sus riendas la tarde había caído.

—¿Que pretendes que hagamos ahora?

—Esperar a Mich o ir en su busca —contestó ella —. Lo que tu prefieras, eso lo dejo a tu elección —declaró con rotundidad.

—No me jodas Marita.

—No, no te jodo. No voy a irme sin saber que mierda a pasado con Michonne, le debo dos vidas aún, porque ella me la ha salvado varias veces, así que no lo voy a discutir. Hasta que no sepa que le ha pasado a Mich no me voy a ir a ningún sitio.

—Es tarde, no nos hemos desplazado una mierda y tú te pones cabezota. Ésto es jodidamente perfecto, es exactamente como lo teníamos planeado. Estoy por poner un puti y llenarlo de mujeres castas, porque sería mejor negocio —fue jurando hasta llegar al coche —¡Poker! Organiza un campamento en el claro que hay al Este, yo me voy a buscar a la descendiente de Mushasi para devolverle su montura y poder seguir camino de una puta vez...

—Voy contigo —dijo Mara.

—Y una mierda —contestó volviéndose —. Tú ayudas a Poker, y te encargas de las otras dos, las sabes llevar por lo que sé... Poker no tiene paciencia.

—Eso es verdad —corroboró su compañera.

Obedeciendo las ordenes de Five, Mara siguió a Poker y siguió sus instrucciones para asegurar el perímetro de donde pasarían la noche. Luego comenzó a inspeccionar los árboles.

—¿Que haces? —preguntó la militar con curiosidad.

—Busco un árbol al que Shelly pueda trepar si hubiera problemas... —explicó, pero la mirada interrogativa de la mujer la hizo añadir —. Antes de llegar a la prisión las enseñe a subirse a los arboles, por si había problemas... tener un plan b donde refugiarse y al que los caminantes no llegan

—Es ingenioso.

Estaban preparando un fuego, cuando Five regresó con la yegua pero nadie más.

—No he podido dar con ella —declaró —. Y lo siento pequeña, necesito descansar. Si tanto significa para ti, seguiré mañana pero...

—No, está bien —dijo Mara abatida.

Cenaron levemente, para racionar las reservas teniendo en cuenta ese día de retraso en sus planes, sin alejarse del vehículo. Cuando iban a apagar el fuego, unos ruidos les alertaron.