Capítulo dos (tercera parte)

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Harry no recordaba cuándo fue que Alex y él empezaron a pelear.

Estaba casi seguro de que fue cuándo tenían alrededor de once, y se habían mudado de la bonita casa en la ciudad a una casa más grande y elegante al otro lado de la ciudad, con paneles de madera obscura y un pequeño patio frontal. Habían discutido sobre qué lado de la habitación querían, y Alex había tirado de su cabello y gritado.

Tal vez fue cuándo tenían doce, y su padre había hecho que Harry dejara el club de fútbol para unirse al club doméstico de la escuela, dónde pasaba cada tarde punzándose sus torpes dedos con agujas mientras su hermano hacía amigos y corría afuera bajo la luz del sol.

Tal vez siempre habían peleado, como los hermanos lo hacían, pero empeoró cuando uno de ellos empezó a ser acosado por su padre y el otro pasaba desapercibido.

No recordaba cómo había empezado. Pero sabía que en algún punto, peleaban todos los días, gritándose, empujándose. Peleando sobre postres y sobre quién iba a caminar de qué lado de la acera en el camino a la escuela y quién era más alto y cualquier otra cosa en la que pudieran pensar. No tenían razón para pelear además de que uno era adorado y el otro no, y esa parecía una razón suficiente para pelear.

Pero también sabía que un día, tenía quince, y era el inicio del año escolar, y estaba furioso.

Su espalda dolía de cuando se había arrodillado en el suelo de la cocina y había restregado la superficie sin manchas toda la noche, por órdenes de su padre, quién aún pensaba que Harry no estaba listo para ser el omega que nadie querría. Se sentía débil y mareado, su almuerzo era demasiado pequeño, porque a pesar del hecho de que era tan delgado como un fósforo, mucho más pequeño que su hermano, su padre aún insistía en que era demasiado grande, demasiado feo para que algún alfa decente lo desease.

Estaba enojado, exhausto, y luego estaba sentado en el patio de la escuela cuando su hermano pasó junto a él.

Bueno, no junto a él, su pie colisionó con la espinilla de Harry, fuerte, y levantó la cabeza de repente, mirándolo. Su hermano lo miró de regreso, y solo sonrió débilmente, mirando de nuevo hacia sus amigos.

"Lo siento, Harry," dijo, "No te vi."

"Debiste haberlo hecho," soltó Harry, "¿No miras a ningún lado?"

Alex solo parpadeó hacia él, y frunció el ceño.

"¿Qué?"

"Dije," dijo Harry mientras se ponía de pie, "¿No jodidamente miras a ningún lado?"

Se paró justo frente a su hermano, intentando cuadrar sus hombros huesudos y estrechos, y Alex solo lo miró.

"Jesús, Harry, ¿por qué no te calmas?" rio.

Se rio. Jodidamente se rio.

Harry recordó cuando le gustaba oír a su hermano reír. Cuando lo hacían juntos. Cuando eran dos alfas que tenían los mismos amigos y no había nada entre ellos.

"No te rías de mí," soltó Harry, "No te rías."

"Dios, amigo," uno de los amigos de Alex rio detrás de él, "¿Este es tu amigo?"

"Seh," dijo Alex pasivamente, solo mirando a Harry, "No me estoy riendo de ti, hermanito, Cristo."

"Ustedes dos apenas se parecen," dijo otro de los amigos de Alex, "¿Seguro que son gemelos?"

Feeling it out (Alex/Harry/Louis)Where stories live. Discover now