Capítulo tres (sexta parte)

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Harry se metió en la cama de Louis cada noche por un mes, silenciosamente y sin avisar.

Louis escucharía sus pasos en el pasillo, haciendo que la madera rechinara, y suavemente le diría, "Está bien," y esperaría a que Harry abriera la puerta y apareciera.

Cada vez, Harry le sonreía, levantando las sábanas suavemente. A veces iría hacia Louis inmediatamente, y Louis lo dejaría sostenerlo en su pecho. Otras veces se quedaba al borde del colchón con su espalda hacia Louis completamente. O se giraba hacia Louis pero mantenía una distancia considerable.

Pero estaba en la cama de Louis.

No hablaban mucho sobre ello ya. En la mañana, Harry se encogería de hombros y sonreía, aún en las sábanas junto a Louis, sin atreverse a moverse hasta que Louis estuviera listo.

"No podía dormir," diría, o "Te extrañaba" o simplemente no daba una excusa.

Louis no le pediría que se fuera. Y tampoco estaba seguro de tener una razón para hacerlo, de todas formas. Se había acostumbrado al nuevo olor en sus sábanas, la forma en su cama, el raro sentimiento que se asentaba firmemente en sus costillas. Habían pasado cinco años desde que había conocido a otra persona de esta forma, perfectamente de cerca, recostados uno al lado del otro como nervios felices de solo tocarse y recostarse y existir.

El verano llegó, opresivamente caliente, y Harry gimoteaba sobre tener que ir a trabajar después de que se había acostumbrado a sus vacaciones como maestro. Louis se reía y le hacía limonada y le pedía ir al parque a dar caminatas. Y en las tardes, ponía su cabeza en el regazo de Harry, y Harry se recostaba en su cama, y se despertaban al mismo tiempo.

Mayo estaba empezando a desvanecerse, el calor y la humedad de Junio empezaban a aparecer, cuándo Louis se levantó para encontrar un espacio vacío a su lado.

Las sábanas estaban ardiendo con el calor de un cuerpo y el olor de Harry, y gimió débilmente, estirándose para tocar el lugar a su lado. Harry debió haberse ido apenas. Debería estar cerca.

Salió de la cama, y fue a recoger su bata del suelo. Se rascó los ojos y salió de la habitación hacia la sala de estar, pasadas las cortinas de encaje que flotaban sobre la alfombra, movidas por el leve viento. La radio estaba encendida, e inclinó la cabeza, intentando encontrar el origen del sonido. Siguió caminando, empujando sus dedos de los pies en la alfombra, apretando su bata más a su alrededor.

El sonido se hizo más fuerte, y luego estaba parado frente a la puerta de la terraza, mirando a través de las cortinas. Podía ver la curva del hombro de Harry, la parte posterior de su cabeza, la base de su cuello. Había humo de cigarro, sus pies estaban descalzos en el suelo de la terraza y tenía un vaso de cerveza a su lado.

Louis empujó la puerta lentamente, y Harry miró detrás de él brevemente, sonriendo. No dijo Hola, solo metió su cigarro devuelta a su boca, la punta brillando de color rojo mientras inhalaba. Tenía la radio balanceada en la cornisa, al lado del cenicero. La cosa estaba escupiendo estática en una repetición de un reportaje anterior, Louis solo captó piezas de este.

"...Las tropas Alemanas se han movido constantemente por la frontera de Francia, intentando irrumpir en el Canal de la Mancha y en la Isla Británica..."

"Hola," murmuró suavemente Louis mientras se acercaba a la cornisa. Harry lo miró, su cigarro aún atrapado en su boca, y sonrió mientras lo sacaba.

"Hola," dijo suavemente, humo escapándose de sus labios. Louis parpadeó al movimiento, a la forma en la que su boca se fruncía, cómo se veía casi rojo en la obscuridad temprana.

"...El primer ministro Churchill sigue decidido en este momento a rechazar las conversaciones de paz en un intento por aliviar la situación actual..."

Feeling it out (Alex/Harry/Louis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora