Capítulo 1

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Estoy sentada en mi escritorio, mordiéndome el interior de la mejilla y pensando en los problemas que tendré por mentir en la entrevista con la trabajadora social, encargada de mi caso sobre la adopción de Mía Gatti, una niña de 5 meses, hija de Camila Gatti, mi mejor amiga.

Camila y yo nos conocimos en el instituto, yo nunca fui una chica muy agraciada pero trataba de ver la vida de manera positiva; en vez de dejar que las personas se burlaran de mí yo me reía de mí con ellas, siempre traté de ver el lado cómico de las cosas y era de cierto modo "la fea graciosa" del grupo.

Una vez, cuando teníamos 14 años, un chico me invito a salir y estaba tan asustada que Camila me animó a ir; yo era muy tímida en estos temas debido a que tenía problemas para hablar por mis frenos y a eso sumen que era una reverenda estúpida en todas las materias menos en arte; eso no ayudaba a mi autoestima.

Pero Cami no lo veía así, ella siempre veía lo mejor de mí. Recuerdo esa tarde, ella me dijo: - eres hermosa Oriana, veras que todo sale bien.

Aun así, yo estaba asustada. ¡Por Dios, nunca me sale nada bien! Y cuando Mark vino a buscarme, estaba demasiado nerviosa; fuimos a una heladería y la pasamos... bien, debo decir; hablamos de nuestra vida e intereses, estaba muy feliz, pero cuando me dejo en mi casa, al despedirse, me besó; ¡era mi primer beso y no sabía que hacer!

Trate de imitarlo pero al abrir mi boca el trato de meter su lengua y me puse nerviosa, gire mi rostro y termine cortándole el labio con mis frenos; me quería morir, me disculpe pero me dijo que no había problema y se fue.

Cuando le conté a Camila lo que pasó, me dijo: -no te preocupes, le pudo pasar a cualquiera Ori. – Pero ese cualquiera siempre era yo.

La siguiente semana, todos sabían lo sucedió y se mofaban, yo reía con ellos y nos burlábamos de lo sucedido. Pero ningún chico lo volvió a intentar nada hasta que me quitaron los frenos hasta los 17, por eso era muy extrovertida hasta cierto límite, los chicos no veían de otra manera que no fuese la amiga graciosa.

Y eso no cambio hasta el baile de fin de curso, poco antes de graduarnos, Lucas Stevens me invito al baile, él era el mariscal del equipo de fútbol, yo estaba que me mataba de felicidad así que, al llegar el día Camila me ayudo a arreglarme y tratar de verme lo mejor posible.

No poseo una gran belleza, mi cabello es negro con algunas ondas, soy delgada y mi piel es un poco trigueña, definitivamente lo único atractivo en mí son mis ojos verdes.

Llevaba puesto un vestido azul con el escote en forma de corazón, pegado hasta la cintura y de ahí, caía suelto hasta poco arriba de mi rodilla. Cuando me observe en el espejo no lo podía creer, definitivamente era la nueva versión de Oriana Sabatini.

Camila también se veía hermosa, pero, ¿a quién quiero engañar? Ella siempre se veía hermosa con su cabello marrón en ondas, sus ojos color café, su delgada figura y ese vestido blanco que le quedaba a la medida, parecía un ángel.

El padre de Camila nos llevó porque mis padres no sabían del baile, ellos piensan que ese tipo de eventos no son para mí. Verán, soy la menor de tres hermanos, Tiziana es la mayor, me lleva tres años, ella era la estrella en el instituto, buenas calificaciones, buena deportista y presidenta de su generación, en este momento está cursando su segundo año de medicina, en definitiva es el orgullo para mi familia; mi hermano me lleva dos años, el famoso Lizardo Sabatini, él era el mariscal del fútbol americano y el líder del equipo de natación, sus calificaciones siempre estaban por encima del promedio y nos llevó a la victoria del campeonato estatal en su último año, al entrar a la universidad ganó una beca deportiva y ahora está cursando su primer año de administración con beca deportiva, en definitiva, es el otro orgullo de mi familia; luego estoy yo, mis padres saben que tengo problemas con las calificaciones, con mi falta de aptitud para los deportes y que frecuentemente me llaman la atención por ser poco seria en lo que respecta a mi vida, mis padres no poseen muchas esperanzas en mí, pero esa noche todo sería distinto. No pensaría en ellos y me concentraría en disfrutar la velada.

Casada con mi jefe | Dybatini - TERMINADAHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin